El 6 de enero se celebra el día de los Reyes Magos, pero ¿por qué ese día? Un santo es el responsable de que a los hombres que visitaron al Niño Jesús se les festeje en la misma fecha en que hay otra efeméride religiosa.
¿Sabía usted que en Alemania hay una reliquia de los Reyes Magos? Conozca las razones por las cuales el 6 de enero es el día de los reyes y dónde reposan sus restos.
¿Por qué se celebra el día de los Reyes Magos el 6 de enero?
Aunque no hay una fecha exacta para ubicar la visita de los Reyes Magos a Jesús, la historia le asignó el 6 de enero como el día para festejar a estos hombres y su alabanza al hijo de Dios.
El 6 de enero en la tradición católica celebra la Solemnidad de la Epifanía del Señor. La palabra epifanía proviene del griego epifania, que significa manifestación o aparición de algo, por lo cual la Epifanía del Señor hace referencia a la aparición de Jesús.
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Sin embargo, el que también ese día sea el de los Reyes Magos recae en San Agustín (354 d. C.-430 d. C.), quien durante uno de sus sermones sobre la Epifanía afirmó que estos hombres habían llegado a ver a Jesús 12 días después de su nacimiento.
Países como España y México tienen una tradición muy arraigada en la celebración del Día de Reyes con desfiles, entrega de regalos y la muy conocida rosca de reyes.
¿Dónde están las reliquias de los Reyes Magos?
La ciudad de Colonia, en Alemania, es la que alberga un hermoso sarcófago donde descansan supuestamente los restos óseos de Melchor, Gaspar y Baltasar. Este cofre dorado, conocido como el relicario de los Tres Reyes, está ubicado detrás del altar mayor de la Catedral de Colonia.
De acuerdo con el sitio catholic.net, los magos después de conocer al hijo de Dios regresaron a la India. Ahí construyeron una iglesia y fallecieron. Según el relato, fueron enterrados en ese mismo templo.
Esa versión se basa en el libro Historia de los Tres Reyes, del autor John of Hildesheim, que afirma que después de 200 años la madre del emperador Constantino viajó a la India y recuperó los cuerpos, los depositó en un ataúd y los trasladó a la iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla.
Se dice que a finales del siglo sexto, el emperador Mauricio transportó las reliquias a Milán, Italia, donde estuvieron hasta el siglo XII, cuando el emperador Federico I Barbarroja los recuperó y se los regaló al arzobispo de Colonia.
En 1248 comenzó la construcción de una catedral para darle hogar a la reliquia. De acuerdo con la web católica, en 1864 el relicario fue abierto y se descubrieron los esqueletos de tres hombres: uno joven, otro de mediana edad y un anciano.