Álvaro Ramos Chaves arrasó en la convención del Partido Liberación Nacional (PLN) con el 78% de los votos de las -apenas- 111 mil personas que acudieron a votar. Ahora, el economista buscará seducir a un electorado apático, de cara a las elecciones presidenciales del 2026.
Revista Dominical habló con el aspirante presidencial sobre la influencia de Óscar Arias y José María Figueres en su campaña, se le consultó si es el candidato de la cúpula verdiblanca y si tendrá un rol protagónico en la elección de las candidaturas a diputaciones.
Asimismo, se le preguntó por qué aceptó trabajar para el gobierno de Rodrigo Chaves conociendo las sanciones por acoso sexual y una estructura de financiamiento paralelo en su campaña presidencial. Le ofrecemos tanto la entrevista escrita como en formato de videopódcast.
— Usted ahora es candidato presidencial del PLN. En una entrevista con RD, el expresidente del TSE, Antonio Sobrado, dijo a que esta será la elección más complicada desde los años 40, y no descarta violencia. ¿Cómo se preparan usted y su familia para ese reto?
— Esa es una muy buena pregunta. En efecto, he tenido que proteger a mi familia desde el inicio de la precampaña. Algunos de los adultos en la familia, como mi padre y mi madre, han estado un poco más visibles. Pero mi esposa es funcionaria de un organismo internacional, y tiene muchas limitaciones para la participación electoral, entonces ella ha tenido que mantenerse bastante protegida junto con mis hijas.
“Ella ha tenido una recarga enorme porque claro, además de trabajar tiempo completo, le recargué el cuido de las niñas. Sin embargo, el mayor esfuerzo de toda la familia ha sido la pérdida de privacidad, nosotros éramos personas habituadas a tener una vida muy normal, yo iba a la feria, al supermercado, al mall, al cine, una vida super normal, y creo que a partir de ahora será mucho más difícil llevarla.
“Pero bueno, son parte de las consecuencias y los sacrificios que hay que tener. Afortunadamente, ellas todavía tienen bastante margen de maniobra en ese sentido. Ayer (lunes) fueron al cine mientras yo estaba en reuniones.

“La principal preocupación va más por el lado de las redes sociales. La gente se está habituando a ver muchas mentiras en las pantallas, y les cuesta diferenciar la verdad de la mentira. Entonces, hay que empezar a tener como un proceso donde uno pueda ayudar a las personas a distinguir.
“Antes, los códigos de ética de la prensa, como ustedes, permitían hacer un filtrado de información que fuera mucho más confiable, pero ahora cualquier persona, incluso sin estudios periodísticos, pone una página, le pone ‘Periódico Los Patitos’, y ya empieza a decir cualquier cosa y lo reparte redes, donde mucha gente ni pone la mano, creyendo que es verdad.
“Ese, creo yo, va a ser el reto grande de la campaña que viene, una campaña sucia en redes. Pero estoy confiado en que tendremos la capacidad de, de manera sostenida, ir construyendo nuestro mensaje, ir comunicándolo. Esta precampaña que ganamos con esa contundencia respondió a una estrategia y a un método muy bien desarrollado desde el primer día".
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— Durante la precampaña estuvo acompañado por don Álvaro Ramírez, doña Victoria Gamboa Ross y doña Daniela Coll. Pero también lo han acompañado figuras tradicionales, hemos visto a don Fernando Berrocal. ¿Álvaro Ramos es el candidato de la cúpula liberacionista?
— No lo es. Yo llamé a personas valiosas de Liberación Nacional con las que tengo vínculo personal, y yo tengo ese estilo. Creo que la confusión que hay es que había mucha gente habituada a que no puedo hablar con usted porque primero le tengo que pedir permiso a su jefe. Para mí no existen los jefes políticos. Yo llamo a las personas con las que quiero hablar, y punto.
“Obviamente, cada una de estas personas tiene algunos vínculos históricos con figuras del partido, porque son liberacionistas; no podés tener un Liberación sin liberacionistas. Otra cosa es que queramos que Liberación crezca y que se sume mucha gente no liberacionista, pero evidentemente no puedes tener un Liberación en el que no estén los liberacionistas.
“El haber sido liberacionista implica usualmente algún vínculo de haber trabajado para alguien, pero yo los llamé a ellos. Yo llamé a don Álvaro. Yo llamé a doña Vicky. Yo los fui trayendo. No fue que llamé a alguien arriba para decirle, ‘préstame a esta persona’. Y creo que esa es la diferencia fundamental.
“A partir de ahí es esa confianza que tengo con ellos como equipo, porque yo llamé a esa persona, no me la prestaron. Y eso para mí marca toda la diferencia, porque el apoyo es a nivel de persona, no a nivel de movimiento o una estructura diferente. Yo construí mi propio movimiento“.

— Victoria Gamboa fue candidata a vicepresidenta de Desanti. Álvaro Ramírez fue candidato a vicepresidente de Figueres. ¿Es coherente hablar de renovación, pero sumar estas figuras?
— Es interesante porque ni doña Victoria, ni don Álvaro, han tenido puestos en el partido. Se los trajeron como personas valiosas que podían representar sectores a nivel de vicepresidencia, pero nunca habían estado tan adentro en la estructura del partido, esta es la primera vez que están tan involucrados.
“Además, yo los conocí en otros contextos que no eran el político. Pero claro, a la hora de tratar de entrar a Liberación en la arena electoral... Por ejemplo, a Álvaro yo lo ayudé mucho en la campaña pasada, a escribir parte del programa, pero yo nunca había entrado a la estructura electoral del partido.
“Lo que yo quiero resaltar es que son personas que en su momento figuras históricas les confiaron porque son valiosas en ellas mismas. Eso fue lo que vi yo, que son valiosas en ellas mismas y quería traerlas al equipo“.
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— ¿Álvaro Ramírez seguirá como jefe de campaña?
— Él va a continuar en el puesto, sin duda. Hizo un magnífico trabajo como lo evidencian los resultados.
— Usted es candidato electo, y eso le permitirá elegir un candidato a diputado. ¿Ha contemplado algún nombre?
— No hemos decidido al 100% pero sí hemos pensado en roles, al igual que para la vicepresidencias de la República. Ya hemos pensado en roles y eso me parece que es bastante tradicional. Lo que pasa es que, usted recordará, el oficialismo fracasó en armar sus papeletas para alcaldes porque no tenía cuidado con la paridad y con la representación.
“Por eso yo prefiero pensar en roles antes que en personas, porque uno tiene que encuadrar bien el tema de la paridad. Si uno empieza a pensar demasiado a nivel de nombres y no los roles apropiados en cada función, se le puede desacomodar toda la estructura”.
“Tengo un mandato de renovación”
— ¿Qué nivel de influencia tendrá usted en la elección de los candidatos a diputados?
— Voy a presidir el partido y presidiré esas asambleas, entonces sí tendré algún nivel de influencia. Creo también que mi contundente victoria establece que tengo un mandato de renovación, porque yo una y otra vez dije, ‘yo creo en lo que ha dicho el partido’. El partido ha dicho que ya no quiere más personas cuestionadas, que ya no quiere más nepotismo, que quiere renovación. Yo estoy alzando esa bandera y dije, ‘si yo gano, esa bandera está alzada’, y gané.
“Entonces, esos deben ser los criterios que deben prevalecer para efecto de la selección de la nómina de diputados. El partido invitó a eso, yo asumí eso como propio, y ahora sí, el partido debe cumplir.
“Tradicionalmente existía lo que se llamaba ‘la línea del candidato’, eso significaba que si usted en Acosta tenía dos grupos, el A y el B, entonces el candidato escogía el grupo A. Pero resulta que el líder más natural de Acosta estaba en el grupo B. ¿Qué pasó? Yo no influí a nivel local, yo no escogí. Si había un grupo A y un grupo B, yo no me metí en eso. Entonces, el que ganó es el que de verdad sabía jalar los votos propios.
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“A la hora de que esas decisiones empiecen a consolidarse a nivel cantonal, provincial y nacional, yo esperaría que se evidencie la emergencia de muchos liderazgos territoriales.
“¿Cómo ensamblamos una nómina de diputados que refleje un deseo de tener arraigo territorial o sectorial? Conocimiento, credibilidad y, particularmente, esta vocación de tender puentes, de abrirse a que Liberación no puede ganar solo, Liberación es la base de un movimiento mucho mayor que es para enfrentar los liderazgos tóxicos y populistas.
“Nosotros queremos ser el movimiento que diga ‘no’ a eso. Nosotros queremos seguir siendo una democracia libre, justa, próspera, donde usted no tiene miedo a decir lo que piensa”.
— ¿Cree que hay un riesgo de que la nómina de diputados no sea coherente con su discurso de renovación?
— Ese riesgo existe, no lo puedo negar, es parte de ser un partido democrático. Si yo impongo todos los diputados, entonces no hay riesgo, pero que fregado, impuse yo. Entonces no sería coherente con mi discurso.
“Va a ser un proceso muy largo de negociación, de diálogo, y una vez que ya esté la asamblea, uno puede empezar a decir, ‘mirá, esta persona o tal vez esta otra persona no cumple con no ser una persona cuestionada por alguna razón’. Ahí uno va reacomodando las piezas del rompecabezas.
“Pero es un rompecabezas enorme, y hay riesgo de que una u otra tal vez no cumplan con mis expectativas, sí, ese riesgo existe. Esperaría que no se materialice, pero el riesgo existe".
— Fuentes de La Nación indican que usted está interesado en que don Álvaro Ramírez sea su candidato a diputado. ¿Lo está contemplando? ¿Nos puede confirmar o denegar esa información?
— Él ciertamente está en la lista corta.
— ¿Hay algún otro nombre que pueda decirnos?
— Bueno, si usted no lo tiene en su fuente, no se lo revelaré.
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— Otras fuentes nos han dicho que hay excandidatos presidenciales, como don Johnny Araya y don Antonio Álvarez Desanti, interesados en buscar una diputación. Si pudiera hablar con ellos, ¿qué les diría?
— Les diría que, por favor, no lo sigan considerando, y que al menos de mi parte no contarían con mi apoyo.
— ¿Por qué?
— Porque ahí sí, la lectura va a ser que Liberación no se renovó, y yo tengo un mandato de renovación. Usted mismo lo estaba preguntando: ¿soy de la cúpula?, no, yo no les pedí apoyo a ellos, y llegué hasta aquí sin el apoyo de ellos.
“Yo le pedí apoyo a las personas que me apoyaron directamente, las que ustedes vieron en estos días, las que han estado a mi lado, esas son las personas a las que yo les pedí apoyo, y ellos no son parte de ese grupo”.

Ramos sobre aceptar trabajo en gabinete de Chaves: “Me equivoqué”
— Usted fue jerarca del gobierno de Rodrigo Chaves, fue presidente de la CCSS. Aceptó ese cargo conociendo dos acontecimientos: las acusaciones de acoso sexual en el Banco Mundial, y la posible existencia de dos estructuras de financiamiento paralelo. ¿Por qué aceptó el puesto?
— Sí. No recuerdo haber tenido tan claro lo segundo, pero es un buen punto, tenía que pensarlo. Sí tenía muy clara la acusación de acoso sexual, esa sí, mil por mil.
“Lo que ocurrió en ese escenario fue que, a quien yo le tenía confianza y que conocía desde hace muchos años, era a doña Pilar Cisneros. A don Rodrigo no lo conocía del todo. La primera conversación que tuve en mi vida con él fue cuando ya él era presidente electo, y conversamos sobre la posibilidad de que yo fuera presidente de la CCSS.
“En la campaña yo nunca hablé con él, más bien, con los que hablaba era con Álvaro Ramírez y con la gente del PLN, no estaba hablando con la gente de don Rodrigo.
“Fue doña Pilar la que me dijo, ‘Álvaro, yo sé que Rodrigo tiene una mancha en su expediente, pero él trae buena intenciones, él quiere transformar Costa Rica, yo quiero que lo apoyés en el gobierno’. Ni siquiera me pidió apoyo en la campaña, me dijo, ‘ya cuando estemos gobernando te llamamos’. Y así fue.
“Ya era presidente electo y me dijeron, ‘¿querés servir al país?‘, y ahí sí, mi anhelo de ayudar desde la Caja era muy profundo. Yo incluso le dije a doña Pilar, ‘vea, a mí no me interesa cualquier puesto, si es la presidencia del Banco Central, no me llame. Si es el Ministerio de Hacienda, no me llame. No me interesan. Pero si es la Caja es diferente para mí, porque yo sí quiero ayudar en la Caja y creo que puedo hacerlo’. Así de específico fui.
“Ella me dijo ‘creo que sí te podemos conseguir la Caja’. Es más, hasta cierto punto mi lógica era que la Caja es autónoma, yo juego en la Junta Directiva, y es un problema de don Rodrigo y su gabinete cualquier otro tema más personal de él.
“Yo llegué, armé un plan y le dije, ‘presidente, este es el plan, déjeme ejecutarlo’, y ahí fue donde empezamos con los problemas, porque nunca me autorizó el plan, pero tampoco me definía con claridad qué le molestaba mi plan. Al poco tiempo ocurrió lo del aumento salarial y fui destituido.
“Doña Pilar dijo ‘tiene una mancha en el expediente, ignórala, quiere hacer algo bueno por el país’. Ahora yo diría que tiene un montón de manchas en el expediente. Yo reconozco haberme equivocado. Le di el beneficio la duda porque doña Pilar lo respaldó, y me equivoqué".
— ¿Fue un error creer en doña Pilar y en don Rodrigo? ¿Fue un error perdonarle esa “mancha en el expediente”?
— Yo diría que sí. Mi lectura ahora es que, si vas a aceptar un puesto tan importante y de tanta responsabilidad, creo que tenés que conocer mejor a la persona a la que se lo aceptás. En parte es uno de los ejercicios que pienso hacer en este largo proceso hasta la Presidencia.
“Estar seguro de que mi equipo va a estar mucho más armado desde bastante antes de llegar al gobierno, no caer en esa práctica de ‘¿a quién me traigo para que me maneje todo esto?‘. No. Necesitamos estar muy claros, por lo menos en esbozar el equipo que vamos a llevar, porque no se puede llegar y empezar a buscar a la gente, no sale bien".
— ¿En algún momento doña Pilar intentó negarle esa mancha en el expediente? Cuando le hizo la propuesta, ¿reconoció que existía esa mancha?
— Exactamente. Eso fue, en esos términos me lo planteó, sí. Fue así la metáfora, “la mancha en el expediente”, esas palabras usó.
‘No hay influencia de Óscar Arias ni Figueres’
— ¿Cuánto pesan don Óscar Arias, don Rodrigo Arias y don José María Figueres en sus decisiones?
— No tienen influencia, no hay influencia.
— ¿Ha hablado con ellos durante su precampaña?
— Con don Óscar y don José María, hablé antes de la precampaña, pero no les pedí apoyo. Simplemente conversé sobre sus experiencias. No les pedí el apoyo.
“En el caso de don Rodrigo la conversación ha sido diferente porque él es el presidente de la Asamblea Legislativa, entonces ahí ha habido una comunicación más en términos de lo que está ocurriendo en la Asamblea Legislativa, pero no en términos de apoyar la campaña”.
— ¿Teme que la gente lo perciba como alguien que no toma decisiones sin antes consultar a la cúpula del partido?
— No, por una razón muy simple: pocas cosas he anhelado más en mi vida que poder ayudar en la Caja, y por mis convicciones, cuando vi al presidente empeñado en irse por un camino, yo le dije, ‘señor presidente, usted está equivocado, este no es el camino, este es un camino que nos va a llevar a muchos problemas’. Y perdí el puesto, me despidió.
“¿Cuánto más quiere usted que yo tenga convicciones? ¿Usted está dispuesto a perder su puesto por sus convicciones? Yo sí. Había renunciado a mi puesto en Suiza, me quedé sin él, y después estuve dispuesto a perder el puesto en la Caja por convicciones, por querer ayudar al país, por querer llevar al país por el camino correcto, y por eso es que estoy hoy aquí como candidato de Liberación Nacional.
“Una cosa es analizar antes de tomar la decisión, eso no se puede entender como vacilar, eso se tiene que entender como un proceso de análisis. Una vez que está tomada la decisión, está tomada y es firme”.
— La población quiere ver líderes autocríticos, especialmente en los partidos tradicionales. ¿Es usted autocrítico con Liberación Nacional? ¿Cuáles son los pecados que la gente le sigue cobrando al PLN?
— Sin duda alguna, una de las autocríticas relevantes tiene que ver con no haber sido suficientemente firmes en el pasado ante cuestionamientos éticos. Esa falta de firmeza la cobró el electorado, eso está claro. Afortunadamente el partido, poco a poco, sobre todo en los últimos años, ha ido levantando más fuerte la bandera ética.
“Sí existe una autocrítica de que el partido perdió su conexión con los sectores sociales. Perdió su conexión con el agro, con el solidarismo, con el comunalismo, con la cultura, con el deporte. Por eso se retomó. Por eso la nueva asamblea nacional tendrá conexión directa con esos sectores.
“También creo que, para bien o para mal, algunos líderes permanecieron vigentes durante décadas, y la gente resintió ¿cuándo pasan la página? Lo que yo digo ahora es: ya la pasamos.
“Yo no soy uno de esos líderes que tiene décadas en Liberación, por el contrario, cuando empecé esto, me acusaron de que ni siquiera militaba en Liberación, de tan nuevo que soy. Ya se pasó la página. Soy una persona nueva, soy una cara nueva y ahora represento a Liberación Nacional”.
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— Históricamente el PLN se definió como un partido socialdemócrata. ¿Cuán afín es a las ideas socialdemócratas? ¿Qué tanto marcaría la ideología socialdemócrata su eventual gobierno?
— La marcaría bastante. Sí creo que hay que redefinir la socialdemocracia. La socialdemocracia no puede ser simplemente una defensa a ultranza de las instituciones y mucho menos del statu quo.
“La socialdemocracia tiene que buscar el bienestar del mayor número de personas, y ahí es donde se vuelve crítico este enfoque en una democracia que resuelve problemas. ¿Y cuáles problemas? Los prioritarios, los derechos de las personas, asegurarme que usted tenga salud, de que se sienta seguro, de que se sienta tranquilo, que sus hijos reciban la educación que necesitan para prosperar y para ser seres humanos completos.
“Eso para mí es la socialdemocracia, resolverle problemas puntuales a usted. ¿Usted no puede emprender porque no le autoriza la municipalidad? ¿Por qué no le autoriza la municipalidad? Porque resulta que no hay agua. ¿Cómo, no hay agua en un país en el que llueve así? Bueno, es que no hay infraestructura de agua. Resolvamos ese problema, que por cierto es super grave en lugares como Limón.
“Resolvamos eso para que usted, cuando vaya a pedir un permiso, le digan, ‘sí señor, hay suficiente agua para usted, tome, vaya y emprenda su sueño’. Eso para mí es socialdemocracia. Darle oportunidades a las personas de construir sus sueños”.
— ¿El liberacionismo una figura dañada? ¿Usted se considera la cara de una figura dañada?
— No. Yo considero que el liberacionismo es un conjunto de ideas que todavía tienen vigencia y que lo único que se requería era un refrescamiento. Estoy convencido de que lo estamos refrescando, estamos dándole un tono nuevo al lenguaje, que no era defender las instituciones por defenderlas, no, eso ya pasó, lo importante son los derechos de las personas.
“Si eso requiere más participación privada o más participación pública, eso es diferente, esos son detalles, pero el foco estratégico es ‘le voy a resolver sus problemas’. Yo me considero la cara de esa renovación de las ideas para lograr el bienestar de todos”.
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— ¿Qué ofrece usted diferente a los tres candidatos anteriores, que perdieron sus respectivas elecciones?
— Principalmente ofrezco haber venido de un entorno mucho más técnico. No vengo del entorno tan político del que ellos vinieron. Creo que eso me da una credibilidad de la técnica.
“He sido una persona que tiende muchos puentes, genuinamente tengo, si se puede decir de esa manera, pocos anticuerpos en la estructura política del país. Nunca he ofendido a nadie, nunca he atacado a nadie. No tengo problemas con nadie, ni siquiera con esos tres.
“A partir de ahí me parece que es fácil decir, ‘construyamos una agenda común’. Yo creo que Liberación Nacional no puede solo, tiene que tener los puentes tendidos a los movimientos, a los sectores, a otros partidos, decirles, ‘vengan, lo importante hoy es rescatar la democracia’.
“La democracia está en riesgo, hay un fantasma de populismo autoritario que está aprovechando los miedos y las frustraciones de las personas. Está aprovechando que no hemos resuelto los problemas, está aprovechando que la mamá se siente insegura cuando su hija sale de la casa, el señor que quiere emprender y no lo dejan, y se ve obligado a hacerlo en la informalidad.
“El populismo está aprovechando esos miedos, esas frustraciones y nos puede llevar por mal camino. Yo espero persuadir a la gente de que esa es mi única agenda: resolver problemas. ¿Cómo lo resolvemos? Si tenemos diferencias, te las respeto. No me voy a meter en qué nos diferenciamos. Pero centrémonos en los problemas que estamos de acuerdo que existen y que necesitamos resolver“.