
El alcalde de Pococí, Manuel Hernández, cuyo cantón fue escenario del asesinato de Geiner Zamora, subjefe de la sección de Crimen Organizado del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), afirmó que deja la seguridad en manos de Dios.
“El problema es que al final, los ciudadanos tienen que creer en Dios, y creer en que no van a pasar más cosas (...) Lo que nos queda es ojalá que la gente se sienta más segura. Al final, el único que nos puede proteger es Dios, lo demás no sabemos”, afirmó el jerarca.
La muerte de Geiner representa un hito en la escalada de violencia y la incursión del narcotráfico en el país. Además de él, cuatro agentes del OIJ fueron asesinados en los últimos 20 años, pero ninguno en un asesinato premeditado.
Ante el atentado contra el funcionario, la Revista Dominical acudió al despacho de Hernández, ubicado a un par de calles del bar y restaurante El Rubio, el sitio donde Geiner recibió tres tiros a quemarropa la noche del 31 de enero.
El motivo: obtener información sobre las acciones que ejecuta el gobierno local para afrontar los problemas sociales, de seguridad y educación, pilares para impedir que los jóvenes caigan en círculos delictivos.
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Hernández asumió la alcaldía del cantón por primera vez en el mandato 2002-2006. Regresó al despacho en el periodo 2020-2024 y, en febrero del 2024, fue reelecto por cuatro años más.
En la actualidad, el jerarca de Pococí reconoce el flagelo de la inseguridad, pero tanto este como otros temas sociales, culturales o educativos, dice, sobrepasan sus obligaciones. No fue posible que diera datos precisos sobre acciones o programas.
El 6 y 7 de febrero se solicitó a la Municipalidad precisar presupuestos y detalles de los grupos culturales que dicen apoyar, pero al 18 de febrero no remitieron los datos.
— Es una realidad que las organizaciones criminales se infiltraron en el territorio nacional. ¿Qué pasa en Pococí? ¿Cuáles son los factores que están incidiendo en que los grupos criminales se asienten aquí?
—Nosotras hemos apostado a la seguridad, hemos apostado a la educación de los niños, hemos apostado al deporte, hemos apostado a las fuentes de empleo. A partir de que yo dejo la Municipalidad (2006), me parece que se perdió el norte, los que llegaron no le dieron el seguimiento para poder fortalecer eso, generar más fuentes de empleo, generar más inversión y atacar desde pequeñitos a los niños con mejor educación, enseñarles el deporte.
“Si tenemos más gente practicando deporte, más disciplinas y una buena educación y le generamos también algunas fuentes de empleo a la gente, los jóvenes van a ir creciendo de una forma diferente“.
—¿Recuerda los programas sociales que implementaba usted (2002-2006) y se dejaron de ejecutar?
—Nosotros hacíamos mucho, ayudábamos mucho al deporte. Por todas las disciplinas apostamos muchísimo. Tanto así que muchas de esas fueron figuras a nivel de fútbol.
“El cantón exportó a muchísimos jóvenes para jugar en Primera División y fuera del país y tanto es así que al final tuvimos un resultado. En ese momento, solo en Cariari había más de 600 chiquitos en equipos, sin contar las otras disciplinas (...). Hoy día también hemos apostado y mejorado por ejemplo el polideportivo, que es el centro que atrae mucho joven”.
—En la actualidad, ¿cuántos programas sociales se implementan en su cantón?
—Ahorita tenemos Sembremos Seguridad con la Embajada de Estados Unidos y la Fuerza Pública. Es una estrategia de varias instituciones que nos unimos para ir trabajando, lo que pasa es que eso lo ve mi compañera, la vicealcaldesa. Aquí empezamos con los jóvenes desde chiquititos, pero tenemos que darles seguimiento hasta que lleguen a adultos.
—¿Y ese seguimiento se está dando?
—Digamos, ahorita sí. Ojalá que los próximos alcaldes le den seguimiento a eso para que al final acompañemos desde pequeñitos hasta que al final tengamos jóvenes mejor preparados, con mejores disciplinas.
—¿Al año, cuánto del presupuesto municipal se dedica a los programas de juventudes o iniciativas cuyo objetivo es sacar a los muchachos de actividades delictivas?
—No recuerdo ahorita. El Comité de Deportes invierte muchísima plata en eso, nosotros ayudamos con mejorar los gimnasios, las canchas. También con Sembremos Seguridad, que se invierten recursos, nosotros tenemos que aportar ahí plata, con cultura también, que hemos apostado ahí.
—Usted dice que se está invirtiendo en programas, pero hay un presupuesto que no está claro. ¿Ha aumentado o ha disminuido en los últimos años? ¿Conoce usted ese dato?
—Cada vez hemos venido aumentando más, porque hemos ayudado más a los grupos culturales, al deporte, a las canchas de fútbol. Había canchas en mal estado y hemos mejorado por lo menos 25 canchas. Hemos invertido en Cascadas, un barrio vulnerable, porque es una comunidad con casas de interés social. Ahí se hizo una inversión en una cancha de fútbol de más de ¢90 millones.
“En cada barrio por lo menos hemos mejorado las canchas de básquet, las canchitas de fútbol que antes no se tenían”.
—¿Cuál es el índice de pobreza en el cantón de Pococí?
—El cantón de Pococí, digamos, el caso de más pobreza es Barra del Colorado. Inclusive, está entre los índices de más pobreza a nivel nacional.
—Me refiero en términos generales al índice de pobreza en su cantón
—En el cantón digamos, no se ve tanto la pobreza. Aquí tenemos problemas en Barra del Colorado y la parte baja, donde están los asentamientos del Instituto de Desarrollo Rural (Inder), donde los parceleros no tienen las oportunidades para poder vender sus productos para poder cultivar y eso hace que la gente tenga más baja… tenga muy poco acceso a recursos.
“Hemos trabajado con ellos, en conjunto con Inder. Los hemos capacitado para que puedan generar pequeñas y medianas empresas, pero falta más inversión del gobierno central“.
—¿Maneja usted el dato de pobreza específico del cantón? ¿Lo conoce?
—El problema que ahorita tenemos es que no se le puede generar trabajo a una persona menor de 18 años. Yo a los 12 años saqué un permiso patronal. Hoy día hay una ley que no permite generar trabajo a menores de 18 años.
“Yo recuerdo que uno por trabajar después de los 12 años no se moría y aquí estamos, y todos los que fuimos y trabajamos a los 12 años ahí estamos. Y lamentablemente hoy no puede usted tomar decisiones con una menor“.
—La ley que protege a los menores de edad. El enfoque debería ser el educativo. ¿Qué está haciendo el cantón para fortalecer la educación? ¿Cuál es el panorama de la educación en su cantón?
—Aparte de los que nosotros estamos ayudando, para los muchachos que no quieren ir al colegio, están los Centros Integrados de Educación de Adultos (Cindea). Nosotros apostamos mucho y ayudamos a los Cindea, para que le den la oportunidad a esos jóvenes que dejan botado el estudio, porque al final no pueden.
“El Ministerio de Educación es el que tiene que venir a documentar todo eso, igual que el INA, nosotros los traemos, hacemos los convenios. En el centro cívico estamos ayudando a esos jóvenes, pero también debe venir el Ministerio de Educación y registrar cuántos han dejado botado el colegio y agarrarlos. Eso es lo que hemos hecho.
—¿Cuántos han dejado el colegio?
—Hay muchos. Los Cindea ahorita nos están pidiendo colaboración para hacer unas aulas, y hablan del caso de un sector allá de Jiménez, y unos muchachos de Guápiles que trabajan para poder estudiar.
“Aquí hay como cuatro Cindea, puede haber como unos 500 personas jóvenes que no tienen la posibilidad de seguir estudiando”.
—Existen ayudas desde la Municipalidad, al menos usted dice que las hay, pero no hay un conocimiento de los datos para tomar decisiones ¿En qué se basan las rutas y estrategias?
—Nosotros (los alcaldes) tenemos el Código. El Código dice que nosotros tenemos que luchar por el mejoramiento de carreteras, el mejoramiento de caminos, cómo recogen la basura, cómo invertimos, y colaborar con las demás instituciones. El caso del deporte, el caso de la educación, es caso de los entes rectores. La seguridad le corresponde al Ministerio de Seguridad, nosotros colaboramos, pero es el Ministerio de Seguridad al que le corresponde.
—¿Debería estar más involucrada la Municipalidad en asuntos educativos? Las carencias educativas llevarán a la falta de oportunidades y, en consecuencia, a un incremento en la violencia que va a significar una mayor inversión en seguridad.
—Si, claro, pero el ente rector es el Ministerio de Educación. Si no tiene un plan, ¿por qué nosotros vamos a tener que resolverle al Ministerio de Educación? Al final no podemos echarnos la carga. Las escuelas todos los días quieren mejoras en las aulas, nosotros les ayudamos, que no tienen pupitres, nosotros les ayudamos.
“Lo que nosotros tenemos que hacer, por ley obligados a resolver, estamos dejando de hacer para poder ayudarle al Ministerio de Educación y levantarle la carga al Ministerio de Educación, o al Ministerio de Seguridad Pública. Necesitamos que el Gobierno Central mire más hacia las zonas rurales, somos las que estamos más vulnerables”.
—¿Cuánto invierte la Municipalidad en ayudas a educación?
—Diay, habría que ver el presupuesto, pero nosotros invertimos en mejoramiento de las aulas. Pero habría que ver. Nosotras ayudamos. No hemos cuantificado cuánto. Yo no he cuantificado.
“Hemos invertido por años en mejoramiento de aulas, pupitres, en infraestructura, abanicos, refrigeradoras”.
—Ante el asesinato del agente Geiner Zamora ¿Qué acciones inmediatas toma la Municipalidad?
— (Se queda en silencio por unos segundos) Al final nosotros dependemos del Ministerio de Seguridad Pública, del Poder Judicial, de la Corte. Son ellos los que tienen que velar por la seguridad del país. Al final pedirle a Dios, porque Dios es el que nos va a proteger.
“Nosotros no estamos preparados. La seguridad le corresponde a los que tienen que ser. Que se pongan de acuerdo el Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo, y que dejen de pelear, que al final unan esfuerzos”.
—Tomando el asesinato de Geiner como un punto de quiebre, ¿qué va a cambiar en el cantón? ¿Qué pasa ahora en Pococí?
—El problema es que al final, los ciudadanos tienen que creer en Dios, y creer en que no van a pasar más cosas. Es difícil, pero esperemos que las cosas vuelvan a la normalidad y que esto que sucedió en Pococí no se repita en otros cantones.
“Lo que nos queda es ojalá que la gente se sienta más segura. Al final, el único que nos puede proteger es Dios, lo demás no sabemos”.