Wílmer López ni se lo imaginaba y cuando lo supo no sabía ni qué decir. El ídolo de Liga Deportiva Alajuelense quedó en shock y casi llora al conocer que 59 asociados rojinegros enviaron una petición a la Junta Directiva presidida por Joseph Joseph, solicitando que la icónica camisa 6 que el Pato defendió y con la que hizo magia dentro de la cancha no se use más, como un homenaje a esa leyenda.
Dieciséis años después del retiro del Pato como futbolista profesional, muchos de los firmantes de ese documento no entienden cómo ha pasado todo este tiempo sin que la Liga haya tomado esa decisión por iniciativa propia, pero consideran que nunca es tarde, y que tampoco debería postergarse más.
“Me toma por sorpresa, lógico, porque jamás pensé que estaban haciendo algún movimiento de esos. Ya vi la carta y todo y sinceramente de corazón quiero agradecerles a toda esta gente, a todos estos asociados, a todos estos aficionados a la Liga por pedir esa solicitud, que a uno lo halaga mucho, lo hace sentirse a uno muy bien, que motiva mucho y lo arraiga a uno todavía más a los colores rojinegros”, expresó Wílmer López a La Nación.
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Por su cabeza jamás pasó la idea de que por qué ese 6 quedó disponible y más bien le gustó que en su momento lo acogiera un futbolista muy sacrificado como José Andrés Salvatierra, que nunca se guardó nada, y que al igual que él, es un enamorado de la Liga.
“Es un número como los demás, está ahí para que se use. Uno espera que quienes lo usen, lo hagan de buena forma y le den un buen nivel al número. Yo me sentí satisfecho cuando lo usó José Andrés Salvatierra y ganó cinco o seis títulos con el número 6 en su espalda.
”Lo dejé yo y después prácticamente que lo agarró él y el número siguió ahí. El que lo usa sigue siendo figura dentro de la institución, una figura que se consolidó en su momento y que ganó títulos”, recalcó Wílmer López.
Insistió en que no sabe cómo explicar lo que siente a raíz de ese movimiento integrado por tantos asociados que piden que su camisa se retire y que tiene el apoyo de muchos aficionados más.
“Si al final se da, para uno sería un halago, un honor que una institución como Liga Deportiva Alajuelense retire la camisa que uno utilizó, en honor a uno, y más tantos años después de que uno jugó”, insistió.
Lo que sí provocó en él fue un algo grado de nostalgia, porque recordó que su inicio en la Liga no fue fácil, y en charla con La Nación rememoró cómo fue el primer día que ingresó al camerino rojinegro, cumpliendo uno de sus sueños.
“Yo motivado, ilusionado, hasta con un poquito de ganas de demostrar que tenía que haber estado en ese camerino por lo menos un año antes. Cuando estuvo Jan Postulka que andábamos como 20 jugadores haciendo partidos de turno, de pueblo en pueblo, de esos jugadores él solo dejaba a cinco en la Primera División y entre esos cinco no me dejó a mí”, mencionó.
Eso fue en el primer año que llegó Jan Postulka a Alajuelense. Ese entrenador escogió a otros muchachos. Esa decisión le dolió en el alma, pero el Pato no se dio por vencido.
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Se fue a jugar a Carmelita y con ese club debutó en Primera División. Ahí tenía de compañero al hijo de Postulka, que era portero. Y entre ellos se llevaban bastante bien.
“Como a mitad de campeonato me contó que el papá me mandaba a decir que si yo hubiese jugado los partidos esos de turno, por decirlo a así, a como estaba jugando el campeonato con el Carmen, estaría en la Liga”, apuntó.
Aquello le pareció increíble en ese momento y hoy mucho más, porque aún no entiende cómo un señor como él iba a decir que un futbolista jugará de la misma forma un partido de campeonato que un partido con gente de canchas abiertas, porque era con equipos de pueblos.
“Yo creo que es algo ilógico, no va a tener usted el mismo rendimiento ni la misma actitud porque es una cuestión lógica, cuando usted está en el campeonato, que ya hay algo de por medio. Cuando me trajeron a la Liga, el entrenador era Postulka, ya uno llegó con esa espinita de querer demostrarle a él que yo tenía que haber estado hace un año atrás”, relató.
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Pero tampoco se arrepiente de ese camino que le tocó pasar para llegar al equipo en el que siempre quiso estar y del que se convirtió en un ídolo. De hecho, él cuenta su historia para inspirar a otros, para que no se rindan por nada ni por nadie.
“Yo siempre doy un claro ejemplo de lo que yo viví, porque lo puedo hablar en carne propia. Yo no debuté siendo un carajillo; yo no jugué con la Liga siendo un carajillo. Yo creo que lo más importante es uno estar mentalizado y preparado para que cuando le llegue la oportunidad, agarrarla y no soltarla”, reflexionó.
También dijo que el fútbol no es cuestión de edad, porque él comenzó a jugar con Alajuelense casi a los 21 años, y trató de aprovecharlo al máximo.
No necesitó debutar a los 18 años, o a los 16 para demostrar que tenía las condiciones para marcar diferencia en un equipo grande, ni para hacer la carrera que al final pudo conseguir.
“Es solo estar preparado para el momento en el que llegue esa oportunidad, sea joven, sea un poquito más entrado en cierta edad, la cosa es estar preparado para demostrar que realmente se tiene las condiciones para estar ahí”, recalcó el Pato.
La única camisa retirada en la historia de Liga Deportiva Alajuelense es la 20 de Mauricio Montero; pero pareciera que gracias a la voz de la afición, pronto ocurrirá lo mismo con esa 6 que sudó Wílmer López y con la que hizo magia dentro de la cancha.
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