Una fotografía en el Facebook de su hermana mayor fue el impulso que necesitó Dax Palmer, nueva figura de proyección del Saprissa, cuando era un niño para mantenerse en el camino del fútbol.
Dax militaba en una academia local de San Isidro de Heredia llamada Acafut, donde su talento empezaba a notarse no solo futbolísticamente, sino también físicamente, porque él, con cinco años, jugaba con chicos de 8 o 9 años, ya que su tamaño era una fortaleza. Con 15 años ya medía 1.80 m y en la actualidad 1.91 m.
Un día, un visor del Herediano lo vio y fue a hablar con su madre, Isabel Zúñiga, quien no vio con malos ojos que se vinculase al cuadro florense. Ante esto, ella le dio su teléfono al florense, quien quedó en comunicarse. No obstante, tuvo que cambiar de número rápidamente y la llamada de contacto nunca se dio.
“Vea lo que son las cosas, que un día mi hija mayor me contó que una nutricionista que ella conocía le preguntó quién era el muchacho con el que aparecía en una foto en Facebook, y resulta que era Dax. Ella le dijo el nombre y, de inmediato, la nutricionista le dijo que es fisioterapeuta, que trabajaba en Herediano y que andaban buscando a Dax”, afirmó Isabel.
Ahí comenzó la aventura más seria de Palmer, quien luego estuvo poco tiempo en el Team, porque el Saprissa lo buscó a los tres meses y lo convenció de irse a Tibás.
Aunque el joven tenía una gran proyección, en Saprissa, al tiempo, se dio un cambio de cabeza en la dirección de menores, lo cual hizo replantearse el futuro a la familia de Palmer.
“Tomó las divisiones menores un señor y no me pareció mucho lo que decía... A nosotros nos iban a pedir la mensualidad de Dax y, honestamente, a mí se me iba a complicar mantenerlo ahí. Entonces pusimos la renuncia en Saprissa y nos devolvimos a Herediano”, recordó.
“Vieras que no nos trataron muy bien de regreso, pero ahí lo tuve hasta que un día Sergio Gilá (ya era el director de menores de Saprissa) nos reunió porque nos quería de regreso”, acotó.
Steven Argüello, entrenador que trabajó con Palmer cuando era un niño, tiene claro cuál fue la gran fortaleza de su pupilo.
“Vea, es zurdo y eso siempre le ayudó demasiado. Por otra parte, contaba con una ventaja enorme, que era el tamaño. Yo siempre dije que Dax es un talento natural y, si se encamina bien, las cosas pueden salir muy bien”, concluyó.
Dax siempre tuvo claridad de lo que quería en su vida: ser deportista, pero su madre le exigió ser un excelente estudiante. Los profesores del Liceo de Santo Domingo son los testigos de que, en las aulas, el mediocampista nunca falló.
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“Dax fue un experimento para el colegio porque a él le adaptaron el horario al 100%, ya que debía estar entrenando de 8 a. m. a la 1 p. m. Pero vea, nunca falló, nunca tuvo una mala nota y, de hecho, él ya salió del colegio y más bien está comenzando la universidad. Él se metió a estudiar Administración de Empresas”, aseguró la madre.
Mucho del éxito escolar del juvenil saprissista se dio en parte al apoyo de unos amigos gemelos que viven cerca de su casa, quienes, pese a tener la misma edad que el jugador, empezaron a convertirse en sus maestros.
“Vea, Paolo y Alessandro Campos fueron dos ángeles en la vida de Dax, porque ellos lo preparaban para exámenes, le pasaban la materia y la explicaban cada paso que debía dar”, contó.
Palmer cuenta con la nacionalidad costarricense, pero también la estadounidense porque nació allá y tiene sangre panameña por su padre.
“Yo viví 15 años en Estados Unidos, porque me fui a buscar mejores condiciones de vida donde un hermano que tengo allá. Luego conocí al papá de Dax y allá nacieron mis dos hijos: Deavon (21 años) y Dax (17)”, mencionó doña Isabel.
El deporte siempre estuvo presente en la familia, porque el papá fue basquetbolista y el hermano mayor es jugador de fútbol americano.
El Saprissa se ilusiona con su regate, también con su intensidad y buen pie. Desde hace un par de temporadas, su nombre suena por los pasillos del Ricardo Saprissa, ya que es uno de los jóvenes de proyección de la institución; no obstante, hasta enero de 2025 es que recibe una oportunidad real.
A finales del año pasado, cuando el Monstruo ya preparaba su temporada 2025, el volante tuvo que hacerle frente a sus exámenes de bachillerato.
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“Vea, ha sido uno de los momentos más estresantes, pero un día él habló con el profesor Giacone y él le dijo que fuera a hacer los exámenes tranquilo y que él siempre lo iba a tomar en cuenta... Así pasó”, pronunció doña Isabel.
Ahora, uno de los retos con los que Palmer lidia es el reconocimiento que genera el ser futbolista.
“Vamos a la iglesia y es muy tímido, se sienta donde nadie lo vea. Hace poco nos pasó una anécdota que estábamos en la iglesia y el padre, en la misa, empezó a decirle que debía pasarse a Herediano... (Risas). Dax es muy de fe, él no pudo ir el fin de semana, pero buscó la forma de ir el lunes a misa. Es muy agradecido con Dios por los dones que le dio”, puntualizó.
En la actualidad, el jugador, a sus 17 años, ya viaja solo a los entrenamientos y toma decisiones muy profesionales. En su vida solo tiene cuatro amigos, tampoco trasnocha y ni siquiera come azúcar, solamente si es natural en alimentos como la fruta.