
Desde su fundación en 1973 con el nombre de Nicoya FC, la Asociación Deportiva Guanacasteca es el equipo más tradicional de la provincia de Guanacaste.
Diversos ascensos, recordadas participaciones en la Primera División, la pérdida de su franquicia e incluso el asesinato de uno de sus accionistas forman parte del historial del cuadro pampero, que este miércoles 16 de abril se quedó sin licencia, luego de una investigación del Comité de Licencias de la Fedefútbol.
La ADG, con sede en el estadio Chorotega de Nicoya, ha vivido momentos difíciles tanto en la Primera División como en la Liga de Ascenso. Sin embargo, la actual dirigencia, encabezada por su presidente Jorge Arias, parece enfrentar el mayor desafío de todos, ya que, de confirmarse el castigo, su futuro es incierto.
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La ADG fue el primer equipo guanacasteco en ascender a la Primera División, en 1976, donde permaneció durante dos años, hasta que descendió en la campaña de 1978.
No obstante, en 1985, de la mano del técnico español Antonio Moyano Reyna (q. d. D. g.), logró ascender nuevamente a la máxima categoría.
Un año después, bajo la dirección técnica de Leroy Lewis (q. d. D. g.), realizó su mejor campaña en la temporada 1986-1987, al clasificarse a la pentagonal final con jugadores como Benigno Guido, Yanán Villegas, Norman Pin Gómez, Johnny Alvarado, Carlos Javier Mula Angulo, Luis Quirós y el portero Gerardo Tiburón Sequeira.
Los pamperos mantuvieron una destacada regularidad, aunque descendieron nuevamente a la Segunda División apenas tres temporadas después.
Para la campaña 1994-1995, el técnico Orlando de León ascendió un plantel lleno de jóvenes promesas como el arquero Léster Morgan, Carlos Chucho Rodríguez, Kenneth Baltodano y Román Vargas.
Aquel “kínder pampero” no logró mantenerse más allá de una temporada. Pese al talento del grupo, el equipo volvió a la segunda categoría, aunque muchos de esos jugadores permanecieron en la Primera División. Casos como los de Morgan, Rodríguez y Baltodano, quienes ficharon con el Herediano, son ejemplo de ello.
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Nicoya se quedó sin equipo en Primera División
En el 2001, nuevamente bajo el mando de Leroy Lewis, la ADG regresó a la máxima categoría. Sin embargo, sufrió una amarga desaparición cuando el equipo fue adquirido por el italiano Stefano Sgarlatta, quien, al finalizar la temporada 2003-2004, decidió trasladarlo al Valle Central bajo el nombre de Brujas de Escazú.
Róger Ajún, narrador y comentarista guanacasteco, comentó que tras la adquisición del club por parte de Sgarlatta, se solicitó el apoyo del comercio y las empresas de Nicoya. Sin embargo, no obtuvo respuesta.
“En los programas de radio, don Stefano lo repitió muchas veces: ‘Si no había ayuda, el equipo se iría de la provincia’, tal y como sucedió. Fue muy duro, pero él lo había advertido y, en aquel momento, las empresas privadas no colaboraron”, aseguró Ajún.
Tras la desaparición de la ADG, los nicoyanos comenzaron a buscar opciones para revivir el equipo en la Liga de Ascenso. Empresarios y médicos como Róger Guevara, Carlos López y Armando López lograron recaudar $30.000 para adquirir la franquicia de Ciudad Colón en dicha liga, según recordó Ajún.
“Aquella franquicia se denominó Asociación Deportiva Guanacasteca de la Península de Nicoya. Sabíamos la importancia del equipo para la provincia de Guanacaste y logramos devolverle esa alegría a los aficionados”, relató Ajún.
La nueva ADG no la tuvo fácil. En los primeros años, dio tumbos e incluso estuvo en peligro de descender a Linafa, pero el coraje pampero y el esfuerzo de jugadores y cuerpo técnico mantuvieron viva la ilusión de volver a ser protagonistas.
Para el 2011, el empresario canadiense de origen filipino Robert Walter Cox se convirtió en el máximo accionista de Guanacasteca, prometiendo un cambio radical en la institución. Sin embargo, el 1.° de agosto del 2012 fue asesinado en Santo Domingo, frente a su casa, por unos gatilleros.
Guanacasteca continuó su trayecto en la Liga de Ascenso hasta que, en mayo del 2021, bajo la dirección técnica de Minor Díaz y con el apoyo de Yosimar Arias, logró devolver al equipo a la Primera División, 17 años después de que se vendiera la antigua franquicia.
El cuadro pampero se ha mantenido estable, incluso clasificando a la Copa Centroamericana. No obstante, estar siendo investigado por un posible caso de amaño y haber perdido su licencia por parte del Comité de Licencias lo pone contra las cuerdas, fuera de las canchas, manchando la historia del equipo guanacasteco.