
Rosario, Argentina. De Lionel Messi, ¿qué no se ha dicho alrededor del planeta? Probablemente todo o casi todo. Sin embargo, La Nación se adentró en los barrios del sur de Rosario, Argentina, para conocer la historia del que es considerado para muchos el mejor futbolista de todos los tiempos, quien ganó todo lo que pudo y hasta más.
Para conocer y revivir las impresionantes estadísticas que tiene, está el Museo del Deporte de Santa Fe, provincia a la que pertenece Rosario. Ahí están los ocho Balones de Oro, sus logros con el Barcelona, sus distinciones individuales, las camisas históricas de La Pulga (la de campeón del mundo Sub-20, la de la Copa América 2021 y la de Qatar 2022).
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Sin embargo, para conocer la verdadera historia de Messi hay que ir a la calle, palpar la plaza donde dio sus primeros pasos y también conocer dónde se formó.
Para comenzar, hay que entender que Messi siempre tuvo a su lado la humildad, porque su barrio no era de categoría baja, pero tampoco era de alta. Era, como la mayoría de barrios de Costa Rica, un lugar donde abunda la gente trabajadora, entregada a la actividad para poder llevar el sustento a la casa.

Lionel comenzó su andadura de vida en una escuela pública, la cual lleva el nombre de N°66 General Las Heras. Ahí hizo su primaria y solamente cuatro meses fue a la secundaria Juan Mantovani, ya que luego partió a Barcelona.
El Barrio La Bajada hoy bien podría llamarse Barrio Messi, porque si algo tiene es homenajes al ‘10′ en cada paso que se da. Una leyenda en la entrada da la bienvenida: “De otra galaxia y de mi barrio, Messi”.
Seguidamente comienzan a aparecer los vecinos que se asoman al escuchar pasos por la angosta calle principal, simplemente preguntan: “¿De dónde viene?” y, con una sonrisa, se retiran.
La estadística dice que ellos acostumbran a recibir turistas, al menos cuatro veces por semana, en ocasiones por la mañana y también por la tarde.
Los murales abundan por todo el recorrido. Resulta que para Rusia 2018 se hizo una concentración de muralistas en Rosario, quienes tuvieron como objetivo solamente tratar el barrio *La Bajada*.
El rostro de Messi es la fachada de no menos de 10 edificios; en ocasiones se le ve celebrando, en otras se le ve serio y, en más de una, con la Copa del Mundo.
Desde el niño que hizo sus primeras armas en el campo que colinda con La Bajada, el cual era propiedad del ejército de Argentina y terminó siendo donado a la población por el Batallón 121, hasta los partidos al frente de la casa de su abuela Celia Cutticcini, quien se encargaba todos los días de llevarlo a entrenar a Abanderado Grandoli, su último club antes de Newell’s.

Doña Celia, a quien Messi le dedica cada uno de sus goles, caminaba todos los días cerca de 4 kilómetros con el zurdo. El rótulo de la familia Cutticcini todavía se mantiene intacto en la casa que era de ella, porque los Messi aún la administran.
Igual situación sucede con la primera casa de Lionel Messi. Ella sobresale porque tiene un montón de banderas pequeñas pegadas en los portones, donde los turistas que la visitan le dejan mensajes al astro.
“Todavía aparece por acá. No es muy común y lo hace de forma sorpresiva, pero su hermano Matías sí pasa viniendo a esta zona. Él todavía mantiene el vínculo por completo”, afirmó Ignacio Paez, guía turístico.
El arte urbano que gira en torno a Lionel es impresionante e inmortaliza momentos históricos, como por ejemplo: “Ehhh, ¿qué mirás, qué mirás bobo, andáte pa’ allá?” Famosa frase del capitán de Argentina en la Copa del Mundo 2022, la cual le dijo a un jugador de Países Bajos luego del duelo directo entre ambos.
Después también está la historia deportiva, porque Messi fue formalizado en un equipo en Newell’s, precisamente en la escuela Malvinas Argentinas.
La escuela de Newell’s cuenta con dos canchas naturales y dos sintéticas, además de 1.000 niños matriculados actualmente. Ahí se mantienen hasta los 11 años, para luego pasar a la formativa profesional Bellavista, donde también entrena el primer equipo.

“De Messi, acá lo que hay es que jugó en la cancha natural número 1, y por eso es que ahí tenemos los murales, pero mucho más recuerdos que esos no hay. Los registros que hay de que vistió la camisa de Newell’s son los videos y la ficha de inscripción de los torneos”, relató Maite Jeannot, directora administrativa del centro.
Además de Newell’s y Abanderado Grandoli, el exjugador del Barcelona también militó en un club en el que solo jugó un partido, el Club Atlético Central Córdoba, un equipo que está en la división ‘C’ y que tuvo por un partido a Messi en sus filas.

Luego, lo demás es la historia ya conocida: Messi llegó al Barcelona y se convirtió en el mejor. Sin embargo, queda claro que él salió físicamente de La Bajada, pero siempre su corazón está ahí. La casa de su abuela intacta lo demuestra, la de sus padres y las decenas de murales que muestran con orgullo cómo un pequeño del sur de Rosario puso el mundo del fútbol a sus pies.
Esta cobertura es posible gracias a la Agencia de Viajes Gurú.
