La tristeza ronda los pasillos de la Federación Costarricense de Fútbol. La noticia del fallecimiento de una de las personas más queridas en la institución impactó a todos.
Por la Fedefútbol pasaron varios técnicos e incluso presidentes, pero él siempre estuvo presente, prácticamente inamovible, hasta que Dios lo llamó a su nueva casa.
Llegó a la Fedefútbol en la época de Isaac ‘Chaco’ Sasso (q. d. D. g.), cuando este organismo se encontraba en La Sabana y se le conocía como “la casa de los sustos” porque, en ese entonces, no quedaba títere con cabeza, como se dice. No solo despedían técnicos, sino también dirigentes y, además, varias veces los resultados no acompañaban a la Selección Nacional.
A Wálter Barrantes Peraza le encomendaron cuidar carros y terminó en labores de mantenimiento. Pero su nombre quizá no le suene a muchos. De hecho, entre los jugadores, funcionarios de la Fedefútbol y la prensa deportiva, solo se le conocía como “Pipo”.
Con profundo dolor hoy decimos adiós a un querido amigo y compañero de trabajo, pero especialmente uno de los colaboradores más fieles de la FCRF a lo largo de su historia.
— FCRF 🇨🇷 (@fedefutbolcrc) March 25, 2025
Paz a sus restos y fortaleza a sus familiares y cercanos. pic.twitter.com/JskQrVfSo2
“Pipo” conocía a todos, saludaba y siempre sonreía. Atento y servicial, nunca daba un “no” como respuesta; la amabilidad lo caracterizaba.
“Llegué a la Federación a ver cómo eran las cosas. Los directivos de ese entonces me tomaron confianza, uno de ellos fue don Isaac ‘Chaco’ Sasso (q. d. D. g.), quien me preguntó si quería trabajar con ellos. Le respondí que sí y comentó que lo iba a proponer en la reunión del comité director. Al final, todos estuvieron de acuerdo y aquí estoy”, le contó “Pipo” al periódico La Teja en junio del año pasado.
En esa entrevista, “Pipo” recordó que, para una Navidad, Hermes Navarro (q. d. D. g.), expresidente de la Fedefútbol, lo sorprendió con un reloj como regalo.
“Don Osael Maroto me trata con mucho respeto, me abraza cuando me ve en los pasillos, me pregunta cómo estoy y lo respeto mucho, como ha sido con todos los presidentes”, manifestó “Pipo”.
Wálter Barrantes Peraza, “Pipo”, era vecino de Pavas y, desde los años noventa, veía a la Federación Costarricense de Fútbol como su casa.