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Los delicados equilibrios que permiten asumir el poder en la Federación Costarricense de Fútbol convirtieron las reuniones del Comité Ejecutivo en una cita de pesos pesados.
Por ello, en una sala de sesiones conviven durante largas horas dirigentes que el resto del tiempo son rivales, algunos propensos a la polémica y hasta a lanzarse recriminaciones en público.
En ese Comité Ejecutivo participan Jafet Soto (Herediano), Juan Carlos Rojas (Saprissa) y Joseph Joseph (Alajuelense), entre otros líderes. Es una cumbre con los principales gallos de pelea de la Primera División, quienes en la entrada del salón tienen que colgar el sombrero de sus respectivos equipos y tomar una banderita blanca para evitar las confrontaciones innecesarias.
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El árbitro de semejante cónclave es Osael Maroto, Presidente de la Federación, que también llegó al Proyecto Gol desde un club de Primera (Sporting FC), mucho menos contaminado por las habituales reyertas de fin de semana. Aún así, renunció a su cargo en el conjunto josefino, para reforzar su carácter de imparcialidad.
“Hemos tenido reuniones muy pesadas, pero muy buenas. Lo que siempre conversamos es que una vez que pasamos de la puerta, estamos hablando de la Federación y del futbol de Costa Rica, no de los intereses individuales”, explicó Maroto en entrevista con La Nación.
De manera diplomática, el jerarca reconoce que el peligro de incendio existe y siempre hay gasolina derramada. “En algún momento puede salir un destello por algún tema”, desliza con discreción. Pero de inmediato ahoga el fuego: “Yo estoy super contento y agradecido con el Comité que tenemos”.
Con el paso de las décadas, la estructura del fútbol nacional pasó por diferentes modelos. A finales de los años 80 Alajuelense cobró relevancia, con la llegada de Longino Soto, quien encabezó la histórica clasificación al Mundial de Italia 90. Después asumieron protagonismo Isaac Sasso (Herediano), Fabio Garnier (Saprissa) y Hermes Navarro (Puntarenas).
En la década del 2000 los clubes cedieron control directo y el Comité Ejecutivo se llenó de dirigentes que no estaban tan ligados directamente a equipos, al menos a los más populares.
Ahora el péndulo se volvió a mover del lado de los presidentes. Gracias a este reacomodo, en el Comité actual coinciden Jafet Soto, siempre dispuesto a tirar bombas incendiarias cuando tiene un micrófono delante. O Juan Carlos Rojas, más discreto en las entrevistas pero activo en el altavoz de X (antes Twitter) cuando quiere comunicarse con su hinchada. O Leonardo Vargas, jerarca del Cartaginés y que también suele dejarle titulares a la prensa.
“Tratamos temas que se pueden complicar; las decisiones que hemos tomado son en su mayoría unánimes, solo algunas van fraccionadas en la votación”, explicó Osael Maroto. Y de inmediato acudió al manual de vocería: “Pero siempre todo pensando en el bienestar del fútbol nacional”.
Maroto destacó que, a su manera, todos los integrantes hacen aportes que suman para la Federación, donde se cocinan los temas grandes del fútbol nacional. De ese Comité salen directrices de alto impacto, como la implementación del VAR, la designación de los entrenadores de selecciones o el nombramiento de Enrique Osses como Presidente de la Comisión de Arbitraje.
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“Don Juan Carlos (Rojas) tiene experiencia internacional, don Joseph trayectoria empresarial, Jafet un amplio conocimiento del fútbol”... Maroto prosiguió, como quien recita la alineación de su equipo en el Fantasy Football. “Jorge Hidalgo, muchos años como dirigente; también están los fiscales, Randall (Porras, fiscal financiero) que es de la SUGEF, o Carlos Ricardo Benavides con su carrera política y siempre muy crítico. Nos aportan diferentes ángulos”.
El actual Comité Ejecutivo asumió funciones en agosto de 2023. Su período es de cuatro años y entre muchos otros retos, sobresale la eliminatoria mundialista hacia la cita de Norteamérica 2026. Mientras tanto, los federativos discuten y toman decisiones, pero tienen prohibido sacar los cuchillos por el penal que no se pitó en el último partido.
