Luego de un inicio frío, el tradicional tope de Palmares 2025 finalizó con una asistencia notable, aunque no tanta como en ediciones pasadas.
Aunque no logró conseguir la concurrencia de episodios anteriores, el evento de este año sí logró recuperarse a lo largo de la jornada, devolviendo el espíritu festivo característico de esta actividad.
La actividad, que dio inicio a las 12:30 p. m. de este sábado, hizo su apertura con grupo de poco menos de 100 jinetes abrieron el recorrido, mientras otros continuaban llegando a inscribirse o descargaban sus animales.
Poco a poco, caballistas provenientes de distintas zonas del país comenzaron a llenar las calles y con ellos también el público emocionado. Familias enteras se dieron cita para disfrutar del desfile,
En el 2019, la crónica de este medio consignó 2.000 caballistas en el inicio de la actividad, y ya se hablaba en ese entonces de que el flujo de público había decrecido respecto a los otros años.
De acuerdo con el departamento de prensa de la Asociación Cívica Palmareña, organizadora del evento, se espera la participación de unos 1.500 caballistas, quienes recorrerán aproximadamente 2 kilómetros. Según dijeron, es tradición de los caballistas ir llegando y descargando los caballos, por lo que no salen inmediatamente.
Este 2025, la organización decidió realizar el tradicional tope el día sábado y no entre semana, como anteriormente se hacía. El cambio buscaba atraer más participación.
Particularidades del tope
El evento de este año estuvo dedicado a Juan Manuel Quesada, presidente del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), quien encabezó la caravana acompañado por rostros conocidos, como el exalcalde de San José, Johnny Araya.
Gonzalo Ramírez Zamora, expresidente de la Asamblea Legislativa para el periodo 2017-2018, también se hizo presente a la actividad.
La ganadería La Peña, de Orotina, que salió al inicio del tope, destacó con un desfile de caballos miniatura que llamó la atención de los asistentes. Entre ellos, un potrillo bebé de tres semanas, el cual acaparó la atención de niños y adultos, quienes no dudaron en acercarse para admirarlo y acariciarlo.
En esta ocasión se contó con cuatro regentes veterinarios, 15 asistentes y 10 personeros del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), quienes se encargaron de velar por la salud de los equinos.
Nixon Saveedra, vendedor de sombreros que llegó desde temprano, expresó que la asistencia sigue en picada, por lo que sus ventas tampoco han sido muy buenas. En su caso sostiene que la caída del tope se debe a que las personas ahora prefieren ir a las fiestas típicas de Santa Cruz, en Guanacaste.
“Casi siempre vengo a ganarme algo. Ahora casi no vienen, se van para San Cruz”, afirmó.
Lorenzo Cubero, uno de los asistentes, vino desde Sarchí junto con su familia. Sin embargo, dijo haberse sorprendido, pues la actividad estaba alejada de los antiguos topes, donde las personas no cabían en las aceras a la espera de ver pasar el desfile.
“Hoy estoy viendo una asistencia demasiado poca, aquí siempre se esperan entre 1.000 a 2.500 caballos, pero yo creo que este año es demasiado poquito lo que hay”, indicó.