
Albert Ramdin, canciller de Surinam, se convirtió este lunes en el primer representante del Caribe en ser electo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Su victoria, por aclamación y sin oposición, pone fin a meses de especulaciones sobre quién lograría sumar el apoyo necesario para sustituir al uruguayo Luis Almagro, quien lleva una década en el cargo.
El diplomático de carrera, de 67 años, asumirá la dirigencia del organismo hemisférico el próximo 25 de mayo, en medio de considerables turbulencias presupuestarias y políticas, algunas provocadas recientemente por la vorágine reformista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Estas medidas incluso podrían suponer un riesgo para las finanzas de la OEA.
Por un lado, el mandatario republicano ha amenazado repetidamente con imponer aranceles a sus socios comerciales, como México y Canadá, ambas naciones representadas en la OEA. También ha retirado a su país de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ordenó revisar la participación estadounidense en varias de las agencias de Naciones Unidas (ONU).
En febrero, Trump también ordenó estudiar todas las organizaciones intergubernamentales internacionales de las que Estados Unidos es miembro y a las que brinda algún tipo de financiamiento u otro tipo de apoyo, así como todas las convenciones y tratados de los que forma parte, “con el fin de determinar cuáles de estas organizaciones, convenciones y tratados son contrarios a los intereses de Estados Unidos y si pueden ser reformados”.
Ramdin reconoció que llega con una lista de tareas entre las que figura hablar de dinero con Estados Unidos, uno de los principales contribuyentes financieros de la OEA, especialmente ahora que Trump pidió a su asesor Elon Musk, el magnate dueño de Tesla, que meta tijera en los gastos federales.
“Si puedo demostrarles el valor que sus fondos tienen en el impacto en seguridad, por ejemplo, que es positiva, tenemos prueba de que también es en su propio interés (seguir colaborando con la OEA)”, externó Ramdin en una conferencia de prensa, tras su elección.

En febrero, Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, declaró que la administración del republicano se mantiene “profundamente escéptica sobre la OEA debido a sus ineficiencias y burocracia”, de acuerdo con declaraciones consignadas por el Miami Herald de Estados Unidos.
Las expectativas de Estados Unidos fueron delineadas por Michael Kozak, un alto funcionario del Departamento de Estado, quien tuvo a cargo la vocería de la representación norteamericana durante la sesión extraordinaria de la OEA, que permitió la elección de Ramdin.
“Le pedimos que priorice los esfuerzos para garantizar la seguridad de las fronteras de todos los Estados miembros, promover la aceptación de los nacionales repatriados, garantizar que se implementen los requisitos de visa y mejorar las condiciones económicas”, dijo.
Sin mencionar a China, Kozak arremetió contra “los actores antidemocráticos” de la región, apoyados por “adversarios malignos extracontinentales que buscan expandir su influencia”.
China es un observador sin derecho a voto cuya sombra alargada se proyecta sobre la Organización. Su presencia será otro de los temas sensibles que Ramdin tendrá que navegar.
Ramdin tiene un amplio conocimiento del teje y maneje de la OEA, ya que fue secretario adjunto entre los años 2005 y 2015.
Paraguay se quedó en el camino... y Costa Rica también
En el camino se quedó la candidatura del canciller paraguayo Rubén Ramírez, luego de que “en forma abrupta e inexplicable”, se informara de que naciones amigas “modificaron su compromiso inicial" con el país y “decidieron no acompañar finalmente la propuesta”. Así lo comunicó Santiago Peña, el presidente de Paraguay, el pasado 5 de marzo.
Un poco más de 24 horas antes, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Uruguay, Costa Rica, Ecuador y República Dominicana anunciaron su respaldo a Ramdin, quien desde setiembre del 2024 había logrado amarrar el apoyo de los 14 votos provenientes de la Comunidad del Caribe (Caricom).

Pese al respaldo de los países caribeños, el mensaje en los medios de comunicación era que ninguno de los dos postulantes sería capaz de amalgamar los 18 votos necesarios para dejarse el cargo. En medio de esa incertidumbre, Costa Rica buscó posicionarse como un posible candidato de consenso.
El presidente de la República, Rodrigo Chaves, y el canciller, Arnoldo André, argumentaron que el país podría ingresar en la contienda, por solicitud de otras naciones. El nombre que se presentaría a la OEA, sería el del ministro de Relaciones Exteriores costarricense.
“Siempre dijimos que esperaríamos los resultados de las primeras cinco rondas. Si ninguno alcanza los 18 votos necesarios, podemos considerar una candidatura de consenso o mayoría”, subrayó el ministro André a La Nación, el pasado 5 de marzo.
Sin embargo, esto no fue necesario, ya que Ramdín quedó electo en la primera ronda.
Choque entre izquierda y derecha

La asamblea extraordinaria de la OEA también evidenció las divisiones entre la derecha y la izquierda en el hemisferio.
La secretaria de Relaciones Exteriores de Brasil, María Laura da Rocha, fue implacable. En vez de “resguardar la independencia y los canales de comunicación” se ha “tomado partido en disputas internas generando el efecto contrario al pretendido”, con lo que la OEA “perdió legitimidad”, argumentó.
Aunque fue el día de Ramdin, muchos países hicieron referencia a la gestión de Luis Almagro. El uruguayo fue aplaudido y también denostado por los presentes.
“No admitimos que se repita la deplorable historia de conspiración y de injerencia protagonizada por el anterior secretario general”, advirtió la cancillera boliviana, Celinda Sosa Lunda, cuyo país celebrará elecciones generales en agosto. Después de una década al mando, Almagro dejará la OEA “en las mejores manos”, según sus palabras.
Ramdin prometió también prestar atención a Haití y Cuba, pero desde el conocimiento de que son “temas delicados” y como tales no se resolverán “mañana o el día siguiente o la semana que viene”. Dijo que se centrará menos en Nicaragua porque “está oficialmente fuera de la Organización”, explicó a periodistas.
Sobre Venezuela, señaló que buscará definir “cuál es el estatus real de Venezuela”, que decidió salirse unilateralmente de la OEA hace años. Estuvo representada por un enviado del opositor Juan Guaidó, considerado presidente interino por varios países hasta enero de 2023, y desde entonces no participa en ella.