Eliécer Feinzaig, diputado y presidente del Partido Liberal Progresista (PLP), afirmó que los exasambleístas que denunciaron una supuesta concentración de poder alrededor de su figura, intentaron aislarlo mediante un plebiscito interno. Según el legislador, el grupo promovió cambios estatutarios que fueron rechazados por la mayoría de la agrupación, en una votación que él interpreta como un respaldo a su liderazgo.
En entrevista con La Nación, Feinzaig relató que las acusaciones son resultado de una “disputa interna” que tuvo su episodio más significativo hace cuatro meses, cuando los exmilitantes promovieron la celebración de una Asamblea Nacional para introducir modificaciones en el Estatuto del PLP.
El político aseguró que de haber prosperado, los cambios “habrían hecho que el partido se convirtiera en un círculo cerrado, imposible de crecer. Esa tesis perdió en una votación democrática, la gran mayoría de la Asamblea Nacional la rechazó y las personas que se fueron son los que defendieron esa tesis de cerremos el partido”.
Feinzaig interpretó la reunión “como un plebiscito hacia mi liderazgo, porque lo que pretendieron ellos fue aislarme a mí y al equipo que me rodea de las estructuras del partido, probablemente porque había alguien más que quería asumir puestos en el partido”. El diputado no específico quiénes serían esas personas interesadas en ocupar los cargos.
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Explicó que una de la propuestas rechazadas era prohibir que un diputado pueda ocupar, al mismo tiempo, un puesto en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) o que un funcionario de la fracción también se desempeñe en un cargo a lo interno de la estructura del PLP. Como presidente del partido, Feinzaig cuenta con una silla en la cúpula, mientras que la vicepresidencia está en manos de José Alberto Gatgens, asesor de la fracción, y una vocalía está en poder de Cati Phillips, la jefa de despacho del diputado liberal.
“Primordialmente, ellos querían provocar prácticamente una separación completa entre la estructura del partido y las personas con cargos de elección popular o que trabajan con las personas que tenemos cargos de elección popular. De hecho, creo que sería dispararse en el pie, si queremos un partido unido y digamos que el elemento más visible del partido es la fracción legislativa, no tiene ningún sentido aislar esas dos cosas”, expresó.
‘Querían convertir al PLP en un club de amigos’
Feinzaig también acusó al grupo que le critica de impulsar una visión cerrada del partido, con una vocación “vallecentralista”. En su opinión, esta postura convertiría al PLP en un “club de amigos”.
“Tenían ciertas propuestas que prácticamente harían necesario revisar los antecedentes liberales de cualquier persona que quisiera firmar una adhesión. Ciertamente, nosotros a las personas les pedimos que se apeguen a los principios que tenemos publicados, pero yo no puedo pretender que en cualquier rincón del país me voy a encontrar a gente que se haya leído las obras de Friedrich Hayek o Adam Smith, autores liberales, eso le corresponde al partido transmitirlo mediante las capacitaciones”, declaró.
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Según el legislador, el cambio habría implicado que cualquier persona incapaz de demostrar públicamente sus credenciales liberales no sería bienvenida en el partido.
“Somos un partido con vocación de poder, somos un partido que tenemos claro que para poder incidir en la calidad de vida de los costarricenses, en la defensa de la democracia, en la realidad nacional, necesitamos ser un partido de base amplia, y no podemos convertirnos en un club de amigos o en una asociación vallecentralista. Y entonces, por cada persona que lamentablemente se ha ido, dichosamente tenemos cientos de personas deseosas de ocupar esos puestos y de entrar a trabajar de la mano de quienes ya llevamos más años en el partido”, señaló.
Un primer grupo de 13 asambleístas presentó su renuncia el pasado 7 de noviembre, al mismo tiempo que la diputada Kattia Cambronero anunció su separación de la agrupación política y se proclamó independiente. El segundo bloque, compuesto por 12 representantes, comunicó su dimisión el 14 de enero; a ellos se les sumó el fundador y exsecretario general, Eduardo Brenes, y la entonces tesorera, Laura Álvarez.
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‘Me apoyaron cuando asumí los cargos que hoy cuestionan’
El líder del PLP también cuestionó la coherencia de quienes califican como una concentración de poder el que se desempeñe, de manera simultánea, como presidente del partido y diputado de la fracción.
“Estas personas que hoy dicen que hay concentración de poder, participaron y me dieron el voto cuando me dieron estos dos cargos dentro del partido (diputado y presidente). Si me estuvieran diciendo hace cuatro años que había concentración de poder, yo les habría dicho que sí, porque era un partido pequeño, que todavía tenía pocos liderazgos, si me lo preguntan hoy, la realidad es completamente diferente”, subrayó.
Destacó que tras las elecciones nacionales del 2022 y las municipales del 2024, el PLP logró consolidar nuevos liderazgos y referentes, algo que no existía antes de estos procesos comiciales, ya que su nombre era el único o el más reconocible de toda la agrupación.
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Defendió su gestión como presidente del partido, calificándola de exitosa y señalando como prueba de ello varios logros: el inicio del periodo legislativo 2022 con seis diputados, la obtención de las alcaldías de Mora, Bagaces y Puerto Jiménez en las elecciones de 2024, y la elección de 170 funcionarios en diversas municipalidades del país.
“Ahora somos un partido que tiene referentes en todas partes del país, gente que está trabajando, y liderazgos que estamos cultivando para eventualmente hacer la sucesión, vamos a tener una (nueva) fracción legislativa a partir del 2026, y vamos a tener a esas personas fogueadas, preparadas, para que asuman esos roles”, indicó.
‘Salidas no nos afectan’
Igualmente, negó que las renuncias de asambleístas impacten el proceso de renovación de estructuras que el partido debe cumplir para poder participar en la contienda electoral del 2026.
“Las salidas no nos afectan en lo más mínimo. En primer lugar, porque una Asamblea Nacional está legalmente constituida con miembros titulares y suplentes, tenemos los suficientes integrantes para para llenar las vacantes. En segundo lugar, porque las personas que salieron no estaban trabajando en el proceso de renovación de estructuras, eran personas que estaban muy cómodas en sus casas criticando desde los chats del partido, y a veces en redes sociales, pero no estaban realmente moviendo un dedo para ver esa esa renovación.
“Por el contrario, generan mucho interés de otra gente que aspira a poder llegar a ocupar cargos en la Asamblea Nacional y en las asambleas provinciales, que ven que los campos quedan vacantes y sienten que hay menos competencia”, manifestó.
En cuanto a sus críticos, Feinzaig argumentó que “escogieron la ruta fácil”, tras no obtener los resultados deseados para cambiar el estatuto. “Nos vamos, hacemos una rabieta y no damos esa lucha. Porque ya tuvieron una demostración en esa Asamblea Nacional de que no tenían el apoyo mayoritario”, agregó.