Diez años antes de lo previsto, concretamente en el 2040, la población de Costa Rica alcanzará el millón de personas de 65 años y más, sumado a la caída de la natalidad a menos de 1,3 y al aumento de la esperanza de vida a 80 años o más.
Son factores que merecen ser considerados con solidaridad y previsión para brindar atención integral a la salud del creciente grupo de personas mayores.
La creación de un hospital universitario de primer orden especializado es, por tanto, una urgente necesidad. La propongo con base en mi experiencia en los campos de la geriatría y la gerontología a lo largo de 25 años como director del Hospital Nacional Geriátrico y, actualmente, como decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Propongo una alianza entre entidades públicas de éxito comprobado gracias a los enlaces de cooperación entre la Universidad de Costa Rica y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que permiten el funcionamiento de áreas docentes en hospitales nacionales.
La UCR posee sólidas fortalezas en investigación y programas de acción social que cubren el país, y el Seguro Social administra grandes hospitales que se beneficiarían de unir esfuerzos.
Estoy convencido de que debemos comenzar la primera etapa con un hospital especializado pequeño, como el Hospital Geriátrico, con el objetivo de diseñar y perfeccionar el modelo.
Hay muy buenas experiencias en Europa, donde hospitales públicos son universitarios y funcionan exitosamente. Conozco de primera mano esta realidad porque me formé profesionalmente en el Reino Unido y Suiza.
La propuesta busca dignificar a las personas mayores por sus aportaciones a la sociedad. Es urgente definir el modelo, pues el reto que enfrentaremos es grave y requiere nuestra atención.
Un estudio reciente, realizado junto con profesionales de la salud y personas mayores, reveló la pertinencia de un plan de esta envergadura, según las condiciones actuales y los pronósticos poblacionales.
Las respuestas incluyen prevención, rehabilitación y atención médica especializada, además de un seguimiento riguroso a los egresos hospitalarios. También es indispensable un sistema de protección social eficaz que garantice atenciones necesarias y oportunas en esta etapa de la vida.
El estudio destacó la importancia de la docencia para personas mayores, cuidadores, profesionales de la salud y comunidades. Asimismo, es esencial reformular la formación médica para incluir un enfoque en geriatría y fortalecer la investigación como estrategia clave para la actualización y los procesos de atención.
Es fundamental apoyar la red de cuidado de la población mayor y diseñar programas para quienes dependen funcional, psicológica y socialmente de otros.
Un hospital universitario de geriatría y gerontología sería un semillero de capacitación y desarrollo para profesionales de la salud y las ciencias sociales, comprometidos a ofrecer servicios de calidad, oportunamente y con calidez.
doctormoralesgeriatria@gmail.com
Fernando Morales Martínez es geriatra, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).