El aporte del presidente demócrata saliente de Estados Unidos a la inversión extranjera directa (IED) fue más una exageración de anuncios que lo sucedido en realidad.
La administración Biden-Harris inauguró una era de política industrial, pero al mismo tiempo impulsó un enfoque proteccionista en el comercio y la inversión, algo que Trump moldeó durante su primer mandato, quizá no en la forma, pero ciertamente en el fondo.
La agenda de “invertir en Estados Unidos” de Biden tenía como objetivo promover infraestructura y cadenas de suministro estadounidenses para industrias de alta tecnología y energía limpia.
Las políticas industriales, incluidas la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo, la Ley de Chips y Ciencia, y la Ley de Reducción de la Inflación, ofrecieron subsidios sin precedentes y provocaron un frenesí entre los inversionistas.
Los anuncios de inversiones extranjeras nuevas en Estados Unidos aumentaron en los primeros tres años del mandato de Biden a más de $426.000 millones, mucho más que los $286.000 millones en el mismo período del primer mandato de Trump, según el fDi Markets, pero muchos de estos compromisos con respecto a la IED fueron intentos de las empresas por obtener dinero público y nunca se materializaron.
Las entradas de IED a Estados Unidos, que incluyen fusiones y adquisiciones transfronterizas y proyectos totalmente nuevos, alcanzaron su punto más alto en el primer año de Biden, pero luego disminuyeron en los dos siguientes, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
En 2023, las entradas de IED a Estados Unidos superaron los $310.000 millones, cifra muy parecida a la del primer año (2017) de Trump.
Puestos de trabajo en la era Biden
Se espera que los presidentes estadounidenses creen mejores oportunidades económicas para sus ciudadanos, a menudo a través de políticas para fomentar la inversión tanto nacional como extranjera.
De hecho, la actividad empresarial de la IED por sí sola sustenta casi 8 millones de empleos directos en Estados Unidos, según el Departamento de Comercio de ese país.
La administración Biden-Harris afirmó en noviembre de 2024 que gracias a su liderazgo se crearon 16 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, una mirada más cercana a los datos de empleo de la IED nueva revela una brecha entre las exageraciones y la realidad.
El empleo previsto en 2023 a partir de la IED entrante en Estados Unidos (una vez que comienzan las operaciones plenas en empresas recién establecidas y expandidas) aumentó a su máximo en una década, con 51.300 empleos directos, el 78 % de los cuales estaban en la industria manufacturera, según datos oficiales publicados por fDi Intelligence este mes.
Sin embargo, es menos de la mitad de los 129.400 empleos directos previstos a partir de la IED anunciada, según fDi Markets, que incluye estimaciones cuando los inversionistas no divulgan cifras de empleo.
No hubo cambio para Costa Rica
Estados Unidos ha sido durante años la mayor fuente mundial de IED, tanto en número de proyectos como en gastos de capital; sin embargo, durante la administración Biden esto cambió, ya que las empresas estadounidenses se centraron más en las oportunidades internas.
Esto coincidió con mayores restricciones a la inversión estadounidense en el exterior y con políticas como la Ley de Chips y la Ley de Reducción de la Inflación, que alentaron la inversión en Estados Unidos.
Alrededor del 14 % de los $1,34 billones de inversión extranjera directa mundial en 2023 fue anunciada por empresas con sede en Estados Unidos, frente a un máximo de casi el 30 % en 2021, la proporción más baja desde que comenzaron los registros en 2003, según fDi Markets.
Mientras tanto, la participación de China como fuente de gasto de capital en IED mundial saltó a casi el 12 % en 2023, apenas por debajo del récord del 13 % en 2016.
Para Costa Rica, Estados Unidos sigue siendo la mayor fuente de IED (un 71 % en 2023). A partir de este 20 de enero empezará a analizarse el potencial impacto en los flujos de IED y en el empleo anunciados por Trump, y podrá hacerse una comparación con la nueva realidad.
Sandro Zolezzi es investigador asociado a la LEAD University y miembro de la Academia de Centroamérica.