El reciente informe de la OCDE sobre Costa Rica ofrece un análisis clave para el diseño de política fiscal. Un punto central es el reconocimiento del esfuerzo del Ministerio de Hacienda por mejorar los indicadores fiscales, como el superávit primario y la reducción de la deuda pública. Sin embargo, advierte de que este logro ha dependido casi exclusivamente de la contención del gasto, incluso más allá de lo que la regla fiscal exige.
Pero los recortes tienen un límite. La reducción en la cobertura o calidad de servicios esenciales como educación y salud podría generar daños irreversibles en el corto plazo. Por ello, la OCDE plantea que el país necesita reformas estructurales no solo para mejorar la eficiencia del gasto, sino también para aumentar sus ingresos.
Dentro de las seis propuestas identificadas para incrementar la recaudación hasta en un 2,7% del PIB, la más destacada es reducir la fragmentación en el cobro de impuestos, con un potencial de hasta 1% del PIB en ingresos adicionales. Actualmente, 143 entidades públicas usan 93 plataformas distintas para administrar 99 impuestos, lo que genera ineficiencias, evasión y costos administrativos innecesarios.
Resolver esta fragmentación no requiere cambios legislativos ni nuevas cargas tributarias sobre empresas o ciudadanos. Depende exclusivamente del Poder Ejecutivo, lo que lo convierte en un punto de partida ideal para fortalecer la recaudación sin agravar la presión fiscal.
Otra medida clave es mejorar el uso de la facturación electrónica. Aunque obligatoria desde 2018, el 43% de quienes deben implementarla aún no lo hacen. Otros países han logrado mayor cumplimiento apoyando a las pymes con herramientas gratuitas y capacitación. Costa Rica podría seguir este ejemplo, facilitando la transición y fortaleciendo la base tributaria sin recurrir a nuevos impuestos.
El Ministerio de Hacienda tiene en sus manos la posibilidad de dar el primer paso en la modernización del sistema tributario, sin depender del Congreso ni de medidas impopulares. En lugar de exigir eficiencia a otros ministerios, podría empezar por su propia casa, demostrando que mejorar la recaudación no implica necesariamente subir impuestos, sino corregir deficiencias que hoy le cuestan al país hasta un 1% del PIB.
affa17@gmail.com
Andrés Fernández Arauz es economista.