Resulta incomprensible la educación política de ciertos grupos. Por un lado, se sienten encantados en democracia y, por el otro, abrazan sin pena alguna el populismo pueril y antiético, por cierto, antítesis y negación de la democracia misma. El costarricense ama y odia al mismo tiempo las instituciones democráticas. Avala la pachuquería, el odio y la impertinencia del presidente Chaves y una forma de gobernar que ni él mismo comprende. Con saña, ofende a diario la institucionalidad democrática del país, y ciertos sectores sociales le aplauden. Qué osadía y miopía. ¿Pensarán en cuánto ha costado construir esta democracia, que aun con sus limitantes es “trapito de dominguear” en la conciencia popular? ¿Comprenderán que apoyan el populismo, que es hijo del fascismo, el más perturbador, inhumano y destructor de todas las libertades en un modelo político de terror? Sus líderes usan toda clase de artilugios en contra del sistema para hacer creer que son los nuevos salvadores, pero en realidad la llevan al despeñadero. La exaltación de modelos irracionales de la conducta de las masas deslegitima las instituciones vitales de la democracia, sin proponer nada a cambio, salvo la destrucción de estas. Es hora de despertar del inquieto y peligroso discurso populista, que atrae principalmente a la gente con menos oportunidades y serían los primeros en ser destruidos. Concretamente, y como diría el expresidente Ricardo Jiménez: “Lo primero que se quita cuando se termina un edificio son los andamios”.
José Carlos Vásquez Morera, Tibás
Alcalde Diego Miranda
El alcalde Diego Miranda sorprendió al principio con sus acertadas decisiones, por ejemplo, conocer la situación de las comunidades más pobres; sin embargo, últimamente, ha tomado decisiones muy dañinas, como la posible eliminación de policías municipales, muy necesarios, para pagar a dos gerentes innecesarios. Se le debe recordar que es empleado público, no independiente, y que el pueblo paga su salario. Debe dar cuentas. Se le subieron los humos y quiere actuar como si regalara su trabajo.
Marjorie González Gómez, Curridabat
Prioridades
Mientras se produce la fuga de especialistas médicos que reclaman con todo derecho un sueldo justo que no pasa de los ¢3 millones al mes, el alcalde de San José se toma la atribución de nombrar a dos gerentes con un salario de ¢4,3 millones, aproximadamente. Dichos cargos, como era de esperar, fueron rechazados por la Contraloría General de la República por no cumplir los requisitos de ley.
Fernando Cordero Alvarado, Desamparados
Religión y política
Abelino Esquivel cumplirá seis años de prisión y pagará ¢45 millones por daño social a tres asesores, lo cual, una vez más, confirma el viejo refrán que “el hábito no hace al monje”. Estoy convencido de que la religión, por lo general, es tomada de pretexto o mampara para cometer toda suerte de artimañas y alcahueterías. Aquel que se proclame religioso no debería involucrarse en política, a no ser que quiera desobedecer a Jesucristo cuando dijo: “Nadie puede servir a dos señores”. Pero si alguien decide servir a Dios y al diablo, sobornando su propia conciencia, yo, sin ser religioso, esperaría que en el infierno no se acepten propinas.
Julio Vindas Rodríguez, San Pablo de Heredia
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