
Expertos en sismología y vulcanología del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), de la Universidad Nacional, descartaron la posibilidad de una gran erupción en el volcán Poás, aunque confirmaron que el macizo se encuentra en fase eruptiva y continuará así.
La frecuencia sísmica en el volcán se mantiene alta tras 10 días consecutivos de erupciones progresivas de gases y ceniza, como parte de un proceso de reactivación iniciado a finales del 2024.
Por ahora, la tendencia general es al aumento de la actividad. Sin embargo, la cantidad de gas emitido sugiere que el volumen de magma cerca de la superficie es pequeño, lo que, según Geoffrey Avard, coordinador de vulcanología del Observatorio, descarta la posibilidad de un evento de gran magnitud.
“El volcán sigue en proceso de actividad porque hay un aporte de fuente magmática que lo alimenta desde abajo”, explicó. Los expertos advirtieron que la actividad podría intensificarse, lo que generaría más emisiones de gases y ceniza.
En caso de nuevas erupciones más fuertes, se espera que tengan una energía similar a las recientes.
Lo que aún se desconoce es la duración de este proceso y la cantidad exacta de magma presente en el subsuelo y si llegará a la superficie porque cabe la posibilidad de que empiece a enfriarse debajo de la tierra.
Aunque los especialistas no pueden precisar si habrá emisión de magma en la superficie, sí están seguros de que la actividad continuará.
Se mantiene un escenario de alta probabilidad de erupciones que podrían impactar las áreas dentro del Parque Nacional Volcán Poás con caída de rocas, ceniza, gases, aerosoles. En el caso de las poblaciones en los alrededores del Poás la afectación esperada sería sobre todo con ceniza y gases.
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A modo de referencia, indicaron que la acumulación de ceniza en el propio cráter ha formado cúmulos de ceniza equivalentes a un edificio de tres pisos.
El volumen de magma bajo el volcán es pequeño y está cerca de la superficie, pero los instrumentos no han detectado señales que sugieran un evento eruptivo de gran magnitud. Si llegara a ocurrir una erupción, sería de poca intensidad. Los expertos pidieron evitar alarmismo y no difundir información sin sustento.
Dado el comportamiento del magma, es posible que la ceniza se desplace a zonas más alejadas del macizo hacia el oeste del país por efecto del viento.
Leonardo Van der Laat, sismólogo volcánico del Observatorio, mencionó que las vibraciones en el terreno empezaron a registrarse a finales del 2024. En enero fueron sorpresivos, dijo, los cambios eruptivos y una primera erupción el 5 de enero.
“Todo enero vimos mucha inestabilidad en el volcán con cambios fuertes en la sismicidad. Luego febrero fue de incremento en la erupción”, indicó en referencia a dos etapas eruptivas en ese mes.
La erupción luego alcanzó un máximo el 30 de marzo anterior y, desde entonces, se mantiene en la forma de columnas eruptivas de gases y cenizas que alcanzan altitudes que oscilan entre 300 y 500 metros de altura.
“Por favor, hagan caso omiso a mensajes en redes sociales sobre supuestos terremotos o eventos eruptivos. Acudan a fuentes oficiales y no presten atención a información sin base científica”, instó Esteban Chaves, director del Ovsicori.
Los reportes sobre la actividad volcánica continuaron este viernes. Vecinos de comunidades cercanas al cráter en la Zona Norte compartieron videos y fotos de lodo, ceniza y ácidos por los ríos Desagüe, Agrio y Toro.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) advirtió que las personas están tomando con sus manos el agua de los ríos, a pesar de estar cargada de sedimentos ácidos perjudiciales para la salud.

“Interactuar con estos materiales podrían provocar quemaduras en la piel, debido a la concentración y a su alta acidez. Es importante no acercarse al cauce y márgenes de los ríos Desagüe y Agrio. Acate las recomendaciones de las entidades oficiales ¡No exponga su vida!”, alertó la CNE la tarde del viernes.
Las lluvias que continuarán en la zona propiciarán que el material siga bajando y aumentando la cantidad del lodo volcánico.
Colaboró en esta información Edgar Chinchilla, corresponsal.