Más voces se sumaron para cuestionar la decisión del Consejo Superior de Educación (CSE) de eliminar el Programa de Afectividad y Sexualidad Integral que se impartía en los colegios desde el 2012 y reformado en el 2017.
Es el caso del Instituto de Estudios de la Mujer (IEM) de la Universidad Nacional (UNA) y el Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Según el primero, la decisión representa un retroceso significativo en la protección de los derechos de la niñez y la adolescencia “y arriesga importantes avances en salud sexual, prevención de la violencia, promoción de la igualdad y atención de la discriminación”.
Este órgano planteó así su preocupación no solo porque se deje de implementar el programa de estudios sino también por la posible anulación del Protocolo de Atención de Bullying contra la población LGTBIQ+. Por esta razón, instó al CSE y a la ministra Anna Katharina Müller a reconsiderar la medida.
“Instamos al Consejo Superior de Educación y al Ministerio de Educación Pública (MEP) a reconsiderar estas decisiones y garantizar que los programas educativos contemplen una formación integral, así como protocolos inclusivos que preparen a las juventudes para enfrentar los desafíos del presente y el futuro en el marco de las obligaciones internacionales de derechos humanos y los estándares de las instancias correspondientes como la Corte IDH y el Comité CEDAW”, dice el manifiesto enviado la noche del lunes.
En el mismo sentido se pronunció este martes el Consejo Universitario de la UCR, al recordar su responsabilidad “de promover la toma de decisiones en pro de fortalecer la convivencia social, la tolerancia y el respeto a las diferencias, la no discriminación, así como a garantizar los derechos humanos y salvaguardar la dignidad de las personas”.
Igualmente, señaló que actúa en acatamiento del Código de la Niñez y la Adolescencia, que establece el deber de “propiciar la inclusión, en los programas educativos, de temas relacionados con la educación sexual, la reproducción, el embarazo en adolescentes, las drogas, la violencia de género, las enfermedades de transmisión sexual, el sida y otras dolencias graves”.
El 23 de enero, La Nación dio a conocer que el Programa de Afectividad y Sexualidad Integral que se ofreció hasta el 2024 en los colegios, dejaría de impartirse a partir de este ciclo lectivo, luego de que el CSE acogiera por mayoría una propuesta de la jerarca de Educación. De los miembros del Consejo, solo Jorge Murillo Medrano, representante de la UCR se opuso a la medida.
Según el documento de la propuesta al que tuvo acceso este medio, la asignatura será reemplazada por un plan de estudio de Educación para la Paz y la Convivencia que será elaborado y del cual no se da detalle.
Asimismo, este diario informó el 24 de enero que el Ministerio de Educación Pública (MEP) podría eliminar el protocolo de atención del bullying contra la población LGBT (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales) y anularía la circular que “propone la declaración” de la entidad como espacio libre de discriminación.
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También, dejaría sin efecto la Circular DM-0040-07-2018 en la que figuran los lineamientos que permiten que estudiantes entre 15 y 18 años realicen la solicitud de reconocimiento de cambio de identidad de género en los documentos del MEP.
El MEP tomaría las primeras medidas por considerar que tales disposiciones, implementadas años atrás, resultan discriminatorias. En cuanto a las gestiones de reconocimiento de identidad, alega que no es responsabilidad directa de la institución, sino del Registro Civil, según en el documento Acciones que promueven la aceptación de la diversidad humana para la sana convivencia y una cultura de paz en el sistema educativo costarricense, mismo en el que se presentó la propuesta para eliminar el Programa de Afectividad y Sexualidad Integral.
Plan del MEP en educación sexual
En un comunicado de prensa, el Ministerio alegó que los colegiales sí recibirán educación sexual con “información esencial para el desarrollo integral”, como “reproducción humana, la prevención de embarazos adolescentes y las infecciones de transmisión sexual, entre otros”.
“El objetivo principal del MEP es asegurar que estos contenidos se impartan sin sesgos ideológicos ni formación erótica que pueden impactar en la formación integral de los jóvenes”, añadió el comunicado.
Para el Instituto de Estudios de la Mujer de la UNA, las justificaciones del MEP de que el programa tenía un enfoque “erótico” inapropiado y de que la educación sexual es competencia primordialmente de las familias, son afirmaciones que no tienen respaldo en evidencia concreta, y que parecen ignorar el impacto positivo de los planes de estudio en el bienestar y la formación de las juventudes.