
El costo de los combustibles importados por Costa Rica alcanzaron este mes su punto más bajo desde la pandemia, según el historial tarifario aprobado por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).
En agosto de 2020, en plena paralización económica para frenar los contagios de covid-19, el litro de gasolina súper costaba ¢570, el de regular ¢551 y el de diésel ¢445. Dos años después, en agosto de 2022, los precios se habían duplicado: la gasolina súper alcanzó los ¢1.104, la regular los ¢1.081 y el diésel los ¢1.004 por litro.
Desde ese pico en 2022 hasta la fecha, el precio de los principales hidrocarburos importados por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) ha venido bajando de forma sostenida.
Actualmente, un litro de gasolina súper cuesta ¢673, uno de regular ¢642 y el de diésel ¢569. Se trata de los precios más bajos desde el repunte que vino con la reapertura global.
A partir del segundo semestre de 2021, conforme se levantaron las restricciones sanitarias y se incrementó la disponibilidad de vacunas, las economías comenzaron a demandar más derivados. Esta recuperación impulsó la demanda mundial de petróleo, lo cual elevó los precios internacionales.
Sin embargo, la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022 provocó un nuevo repunte en los precios debido a la incertidumbre global por el conflicto.
Durante abril de ese año, el temor a un posible desabastecimiento —por las sanciones económicas contra Rusia y la dependencia europea del gas ruso— disparó aún más los precios.
La situación fue tan crítica que, el 5 de julio de 2022, entró en vigencia en Costa Rica una ley para congelar durante seis meses los aumentos por inflación en el impuesto a las gasolinas y el diésel.
El objetivo era mitigar los efectos del encarecimiento externo, y evitar que el tributo aumentara hasta ¢12 por litro en el segundo semestre de ese año.
No obstante, al mes siguiente los precios seguían elevados: el litro de gasolina súper se mantenía en ¢1.104, el de regular en ¢1.081 y el de diésel en ¢1.004.
Factores clave
La tendencia a la baja comenzó poco después, impulsada por factores externos y, sobre todo, por una variable interna determinante: la caída del precio del dólar frente al colón.
En 2023, el mercado mundial comenzó a mostrar un exceso en la oferta de petróleo. El informe Commodity Markets Outlook del Banco Mundial, publicado en octubre del año pasado, proyectó que en 2025 los precios internacionales de los productos básicos llegarán a su nivel más bajo en cinco años debido a ese excedente.
Se estima que este año la oferta mundial de petróleo superará la demanda en un promedio de 1,2 millones de barriles diarios, un desbalance que solo ha sido mayor durante la pandemia en 2020 y el colapso petrolero de 1998.
Una de las razones es la desaceleración en China, donde la demanda de petróleo se estancó desde 2023 debido a la caída en la producción industrial y el aumento en la venta de vehículos eléctricos y camiones impulsados por gas natural licuado.
No obstante, el factor que más ha influido en la caída de los precios locales de los hidrocarburos es la apreciación del colón frente al dólar desde mediados de 2022.
En junio de ese año, el dólar se cotizaba en ¢692,90, mientras que hoy ronda los ¢517,17, según el tipo de cambio de referencia para venta del Banco Central de Costa Rica. La diferencia de ¢175,73 representa una reducción del 25,4 % en su valor.
Para Recope, esto significa una mayor capacidad de compra en el mercado internacional. Por ejemplo, si en 2022 debía desembolsar ¢692,9 millones para adquirir $1 millón en derivados, hoy necesita solo ¢517,1 millones, lo que representa un ahorro de ¢175,7 millones.
Tanto Recope como Aresep han señalado en diversos comunicados que este diferencial cambiario ha sido uno de los principales factores que explican la baja en el precio local de los combustibles desde hace dos años.