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Edwin Ulloa Rojas llegó a la escuela con los cachetes colorados luego de una caminata de 30 minutos cuesta arriba, entre curvas pronunciadas, desde Santa Eduviges, en San Juan de Chicuá, donde vive a los pies del volcán Irazú.
El frío tenía los termómetros en 5 grados cuando la mañana comenzaba. Sin embargo, aquellos ventoleros que congelarían a cualquiera más bien le metieron impulso a los pasos de este pequeño de 11 años que sueña con ser policía.
La escuela de San Juan de Chicuá lo esperaba aún con los portones cerrados y un puño de estudiantes afuera, cubiertos, como él, con un abrigo delgado.
Este miércoles, 4.439 centros educativos públicos empezaron clases, mientras que alumnos de 794 centros privados se han ido incorporando paulatinamente. Este nuevo curso lectivo, tiene más de un millón de estudiantes en todo el país.
Edwin Ulloa empezó este miércoles su primer día en sexto grado, el último año de escuela. Entre sus planes está ir al colegio, ya sea el de Cot o el de Tierra Blanca, pero no faltar al ‘cole’ porque ese será un escalón más para convertirse en policía.
Él quiere “agarrar a la gente que anda en malos pasos, los traficantes”. Además, sueña con manejar una patrulla.
Un equipo de La Nación lo acompañó desde la madrugada, cuando el sol luchaba por asomarse entre esas montañas forradas de pastos y sembradíos.
“¿Por qué querés estudiar?“, le preguntamos. “Para ser una persona de bien”, respondió Edwin con seguridad.
Él vive con su mamá, Fabiola Gómez, su abuelo materno y dos hermanos en una casa que intenta guarecerlos de los frecuentes vientos helados con un forro de latas de zinc.
En esa humilde pero cálida vivienda de cinc, tomó su café calentado en fogón, se peinó para verse guapo, se lavó los dientes y se puso su “sueta” con gorro por aquello del frío que se siente como alfileres en las orejas.
La calle de lastre de su barrio, Santa Eduviges, desemboca en el asfalto que lo conducirá todos los días, a partir de ahora, hasta la Escuela Emilio Robert.
Por ser este miércoles su primer día de clases, lo acompañaron su mamá y sus hermanos, pero es muy probable que pronto él realice solo esa caminata.
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Le encanta escribir y, por supuesto, su materia preferida es Español. Matemáticas lo pone a sufrir.
Lo dejamos con su maestro y sus compañeros de último año de escuela, tomándose una foto frente a un muro lleno de globos de colores que les dio la bienvenida al nuevo curso lectivo.
