El corazón de Henry Sánchez no tenía la fuerza suficiente para bombear la sangre y distribuirla a todo el cuerpo. Los medicamentos no funcionaban en él y un trasplante de corazón no era posible debido a problemas de presión en sus pulmones. A esto se le llama insuficiencia cardiaca terminal.
Para salvar su vida, especialistas del Hospital Calderón Guardia le colocaron un “corazón mecánico”, un implante llamado HeartMate III (“compañero de corazón III”). Según explicaron el cirujano de tórax Luis Montero Salas y Jorge Ramírez Arce, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Quirúrgicos del Calderón Guardia, el artefacto funciona como una centrífuga que impulsa la sangre del corazón a la aorta ascendente y, a a partir de ahí, al resto del cuerpo.
El corazón entonces ya no debe hacer esfuerzo para contraerse y bombear, pero como el movimiento de la centrífuga es continua y sin contracciones, la persona no tiene pulso.
Del corazón también sale un cable hacia un control que se coloca por fuera de la piel. Gracias a este se monitorea el funcionamiento cardiaco y se detecta si hubiera alguna anomalía.
Así funciona el 'corazón mecánico'
Este aparato se utiliza como un "puente" en lo que una persona espera un corazón para trasplante, o como en el caso de Henry Ramírez, puede ser su opción final.
FUENTE: JORGE ARTURO RAMÍREZ, CIRUJANO; ABBOTT . || w. s. / LA NACIÓN.
Un bolso lo acompaña a cada tarea
Durante su entrevista con La Nación, Sánchez llevaba un bolso grande. Bolsos como este o similares lo acompañan todos los días al salir de casa, ahí están la garantía de que su corazón seguirá con vida.
En dichos bolsos viajan las baterías y están listas para ser cambiadas cuando sea necesario. Cuando están cerca de cumplir su vida útil o fallan, estas emiten un pitido para cambiarlas.
Cada batería dura entre 15 y 17 horas y debe cargarse posteriormente para seguir funcionando.
“Cualquier persona que tiene un celular sabe que lo tiene que cargar constantemente. Yo hago lo mismo, yo tengo que cargar mi corazón y lo paso cargando mientras duermo también”, ejemplificó.
Esta versión del corazón mecánico salió al mercado hace seis años, pero las versiones anteriores tenían una vida media de hasta 30 años, se espera que con este suceda lo mismo.
Esta es la segunda persona en Centroamérica en recibir este implante. La primera lo hizo en 2019, también en el Calderón Guardia.

Sánchez confía en que su “nuevo corazón” le permitirá ver crecer a sus nietos. Su nieta mayor ya tiene tres años y dos más “vienen en camino”.
“Dios me concedió lo que le estaba pidiendo”, concluyó.