Bogotá. Los enfrentamientos entre guerrillas en Colombia cumplieron cuatro días en la frontera con Venezuela. El conflicto dejó al menos 80 muertos y miles de desplazados en medio de operaciones militares destinadas a proteger a la población civil.
“Más de 80 personas han perdido la vida, más de 20 están heridas y alrededor de 5.000 han sido desplazadas”, indicó este domingo William Villamizar, gobernador del departamento de Norte de Santander, al que pertenece la región del Catatumbo.
Aterrorizados por la violencia, decenas de colombianos y venezolanos huían este domingo hacia Venezuela cargando apenas mochilas en botes. El gobierno venezolano activó el sábado un “operativo especial” para atender a los desplazados en dos municipios limítrofes, según constató esta agencia.
En el municipio de Tibú, otros miles de desplazados esperan el cese de los combates. Desde el jueves, guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de la extinta Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no firmaron la paz en 2016 se enfrentan por el control del Catatumbo, una región estratégica para la producción de cocaína. La población civil quedó atrapada entre las balas y sufrió asesinatos selectivos, según las autoridades.
La Defensoría del Pueblo señaló el sábado que al menos 60 personas, incluidos siete excombatientes de las FARC que firmaron el acuerdo de paz, murieron debido a la violencia en cinco municipios de esta zona montañosa. Esta región ha sido históricamente dominada por grupos insurgentes y sufre con frecuencia de conflictos armados.
‘Alarmante’ situación
La Defensoría también denunció que los guerrilleros del ELN recorren las casas en busca de personas afines a las disidencias de las FARC para asesinarlas. Villamizar calificó como “alarmante” la crisis humanitaria que enfrenta la región del Catatumbo.
En otra región del norte del país, el ELN sostuvo enfrentamientos con el Clan del Golfo, el mayor cartel de drogas en Colombia. El saldo fue de nueve muertos, según las autoridades. A nivel nacional, el balance de muertos por los enfrentamientos armados asciende a casi 90.
Debido a los ataques del ELN, el presidente Gustavo Petro ordenó suspender las negociaciones de paz con esa guerrilla, a la que acusó de cometer “crímenes de guerra”. Más de 5.000 miembros de la fuerza pública se desplegaron en Norte de Santander “para reforzar la seguridad”, según indicó el Ejército en un comunicado.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, se encuentra en Cúcuta, la capital departamental, para dirigir las operaciones militares contra las guerrillas y coordinar las acciones humanitarias.
Civiles asesinados
“Hablamos con las comunidades y les ofrecimos protección en nuestras bases militares”, declaró el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo. También aseguró que la fuerza pública trabaja para garantizar el ingreso de alimentos y la evacuación de personas hacia lugares seguros.
En Tibú, el municipio con más narcocultivos del mundo según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los militares resguardan albergues improvisados para los desplazados. Cardozo confirmó que los rebeldes atacaron a la población civil de forma planificada. “Llegaron a sus casas, los sacaron y los asesinaron”, afirmó.
Ante la situación, se suspendieron las clases en todo el Catatumbo y varios centros educativos fueron convertidos en refugios para los desplazados. También se declaró alerta naranja en el sistema de salud debido al incremento de las necesidades en la región.
Villamizar hizo un llamado a las guerrillas para que cesen los enfrentamientos y respeten los derechos humanos. “Pedimos que habiliten corredores humanitarios que permitan a las familias desplazarse sin poner en riesgo sus vidas”, expresó el gobernador de Norte de Santander.