Washington. El presidente Donald Trump se pronunció sobre el choque entre un avión comercial con 64 pasajeros y un helicóptero militar con tres ocupantes en las afueras de Washington, calificándolo como un accidente “que debería haberse evitado”. A través de su plataforma Truth Social, Trump cuestionó la actuación de la torre de control, afirmando: “¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si vieron el avión? Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado”.
El trágico incidente, que dejó un saldo potencial de 67 muertos, ha sido catalogado como la peor tragedia aérea en Estados Unidos en más de una década. Según el jefe de bomberos de Washington, John Donnelly, “a esta altura no pensamos que haya sobrevivientes”. Las aeronaves cayeron en las gélidas aguas del río Potomac, donde los rescatistas han recuperado hasta el momento los restos de 27 pasajeros del avión y uno del helicóptero.
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El choque y la controversia
El avión, un Bombardier operado por una subsidiaria de American Airlines, volaba desde Wichita, Kansas, hacia el aeropuerto Ronald Reagan. Por su parte, el helicóptero militar Black Hawk estaba realizando un vuelo de entrenamiento, según informó un portavoz militar.
En un audio del servicio de tráfico aéreo, se escucha a los controladores pedir al helicóptero que identificara el avión de pasajeros y, momentos antes del choque, indicarle que “pasara por detrás” del avión. Poco después, uno de los controladores exclamó: “Acabo de ver una bola de fuego y desapareció”.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, se unió a las críticas al señalar que el accidente era “absolutamente evitable”. “¿Que si pienso que era evitable? Absolutamente sí”, afirmó en una rueda de prensa.
Espacio aéreo congestionado
El espacio aéreo en los alrededores de Washington es conocido por su congestión, con aviones volando a baja altura para aterrizar en el aeropuerto Ronald Reagan y helicópteros militares transportando funcionarios de alto rango. Este accidente reabre el debate sobre la seguridad aérea en zonas con tráfico intensivo, especialmente cuando las condiciones atmosféricas eran favorables al momento de la colisión.
Testigos del desastre
Un testigo del accidente, Ari Schulman, relató que, mientras conducía hacia su casa, vio “un chorro de chispas” y algo parecido a fuegos artificiales en el cielo. “Al principio vi el avión y parecía estar bien, normal. Estaba a punto de aterrizar. Entonces, tres segundos más tarde, se inclinó completamente a la derecha (...) y había un chorro de chispas debajo de ella”, declaró a la CNN.
En medio de esta tragedia, personalidades del mundo del patinaje artístico, como los rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, campeones mundiales en 1994, estaban entre los pasajeros del avión. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó su pesar: “Lamentablemente, estos tristes informes están siendo confirmados. Nuestros conciudadanos estaban allí”.
Un llamado a la seguridad
El incidente ha generado cuestionamientos a los protocolos de tráfico aéreo y las medidas de prevención de colisiones. En un video difundido por American Airlines, su director ejecutivo, Robert Isom, expresó su “profundo pesar” por lo ocurrido y aseguró que la aerolínea colaborará con las investigaciones para esclarecer los hechos.
La tragedia, que ha paralizado el espacio aéreo de Washington, reaviva las preocupaciones sobre los riesgos asociados con la congestión aérea en una de las zonas más transitadas del país.