Territorios Palestinos. Yahya al Batran se aferra a la diminuta vestimenta de su hijo, Jumaa, pocos días después de que el recién nacido muriera de frío en una tienda de campaña en Gaza, asolada por la guerra.
“Estamos viendo a nuestros hijos morir”, lamenta el hombre de 44 años. Su bebé es uno de los siete niños que han muerto de frío en el pequeño territorio palestino en apenas una semana, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por el movimiento islamista Hamás.
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“¿Huimos de los bombardeos de Beit Lahia para que muriera de frío aquí?”, pregunta afligida Noura al Batran, madre del bebé, refiriéndose a su ciudad de origen en el norte de la Franja, de donde la familia huyó debido a los constantes bombardeos israelíes.
La mujer, de 38 años, aún se está recuperando tras dar a luz prematuramente a Jumaa y a su hermano gemelo, Ali, quien actualmente recibe tratamiento en una unidad de cuidados intensivos en un hospital del sur de Gaza.
La familia Batran, desplazada repetidamente por la guerra entre Israel y Hamás, sobrevive actualmente bajo una improvisada tienda de campaña en Deir el Balah, hecha de mantas y telas desgastadas.
Al igual que otros cientos de personas que viven ahora en un campo de desplazados, luchan por mantenerse calientes y secos en medio de fuertes lluvias y temperaturas que han descendido hasta los ocho grados centígrados.
“No tenemos suficientes mantas ni ropa adecuada. Vi cómo mi bebé empezó a congelarse, su piel se volvió azul y luego murió”, recuerda Noura al Batran.
Los gemelos nacieron prematuramente y, según ella, el médico decidió sacarlos de la incubadora a pesar de que la familia no tenía acceso a calefacción.
Sobre una estera empapada por la lluvia, el padre abrazaba fuertemente a sus hijos mayores con mantas y telas en un rincón de la tienda de campaña.
“Todo conduce a la muerte”
Como miles de familias en Gaza, los padres del bebé fallecido sobreviven en medio de una severa escasez de alimentos, combustible y medicinas. Naciones Unidas ya ha advertido sobre el inminente colapso del sistema sanitario en la Franja.
En Jan Yunis, en el sur de Gaza, Mahmud al Fasih también relata cómo encontró a su hija pequeña, Seela, “congelada por el frío” en su tienda de campaña cerca de la playa de al Mawasi.
El hombre, desplazado desde Ciudad de Gaza, la llevó rápidamente al hospital de la zona, pero su hija ya estaba muerta.
Ahmad Al Farra, médico y director del servicio de urgencias e infantil del hospital Nasser, declaró a AFP que la bebé de tres semanas llegó al hospital con “hipotermia grave, sin signos vitales y en paro cardíaco, lo que provocó su muerte”.
Otro bebé de 20 días, Aisha al Qassas, también murió de frío en la zona, según su familia. “En Gaza, todo conduce a la muerte”, dice el tío del bebé, Mohamed al Qassas. “Los que no mueren bajo los bombardeos israelíes sucumben de hambre o de frío”, afirma.
La oficina de prensa del gobierno de Hamás en Gaza lanzó el lunes una advertencia sobre las condiciones meteorológicas previstas para los próximos días, que representan una “amenaza real para dos millones de desplazados”, la mayoría de los cuales viven en tiendas de campaña.
“La vida en tiendas de campaña es peligrosa debido al frío y a la escasez de fuentes de energía y calefacción”, explicó Al Farra. Este médico teme que el mal tiempo provoque “la muerte de un mayor número de niños, bebés y ancianos”.