
Puerto Rico. La condición geopolítica de Puerto Rico como jurisdicción estadounidense libre de aranceles al mercado continental comienza a ser un atractivo para que entidades manufactureras muden o expandan sus operaciones a la isla, según Invest Puerto Rico (InvestPR).
Luego de que el presidente Donald Trump anunciara los aumentos tarifarios contra las importaciones extranjeras, la organización comenzó a recibir acercamientos de entidades de Estados Unidos y países extranjeros para operar en la isla, aseguró John Bozek, director de Estrategia e Investigación de InvestPR.
La organización encargada de atraer inversión y nuevos negocios a la isla espera hacer nuevos anuncios de expansión en Puerto Rico en los próximos seis meses, como parte de los esfuerzos públicos y privados en “reshoring”, dijo Ella Woger-Nieves, principal oficial ejecutiva de InvestPR.
“Puerto Rico realmente presenta una propuesta de valor convincente para las empresas que buscan evitar la exposición a aranceles mientras mantiene la proximidad a Estados Unidos. Esta posición única puede consolidar a Puerto Rico como un centro manufacturero”, dijo Woger-Nieves.
En el llamado “Día de la Liberación”, cuando entró en vigor la primera ronda de aranceles, el presidente Trump anunció más aranceles recíprocos con un 10% en las importaciones generales, con excepción de México y Canadá; tarifas adicionales a China, Japón y la Unión Europea, y otro 25% de aranceles sobre vehículos y piezas importadas.
Entre los sectores de mayor oportunidad de expansión, a juicio de la CEO de InvestPR, figura el sector farmacéutico, de dispositivos médicos, biociencia y aeroespacial.

Necesaria una estrategia articulada
Por su parte, la gobernadora Jenniffer González Colón firmó la Orden Ejecutiva 2025-012 con el objetivo de fomentar el reshoring, para lo que creó un grupo de trabajo que se encargue de la reubicación de empresas manufactureras y de servicios en la isla.
Según Woger-Nieves, se han concretado diálogos entre el sector público y privado, como parte de la orden ejecutiva y ya hay expansiones encaminadas para ampliar la huella de manufactura en la isla.
Entretanto, el economista y catedrático universitario José Alameda insistió en que las oportunidades de atraer empresas no rendirán fruto sin un plan concreto de inversión.
El Nuevo Día solicitó conversar con el secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), Sebastián Negrón Reichard, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.
No obstante, el director ejecutivo de la Compañía de Fomento Industrial (Pridco, en inglés), Eric Santiago Justiniano, aseguró que ya hay empresas interesadas en la cartera de propiedades de la agencia, por lo que iniciaron un plan para ubicarlas.
Aunque no entró en detalles de las entidades interesadas, Santiago Justiniano detalló que las empresas interesadas están relacionadas con aeroespacial, informática y sistemas, entre otros.
Actualmente, en la isla operan 11 de las 20 principales empresas farmacéuticas en el mundo y se producen seis de los 10 productos biológicos más importantes, según InvestPR.
Datos para conectar la producción local e internacional
Ante los cambios que se avecina en el comercio exterior, Puerto Rico Manufacturing Extension (Primex) busca crear una base de datos de todo el sector manufacturero de la isla, llamada Supply Chain Optimisation Intelligence Network (SCOIN) para apoyar la manufactura local.
De esa forma, las empresas manufactureras podrían obtener los insumos necesarios en Puerto Rico y por ende, librarse, en cierto modo, del pago de aranceles.
Hasta el momento, Primex cuenta con la información operacional de 400 manufactureras en la isla.

Los aranceles no contribuyen a la economía
Alameda explicó que, en algunos casos, mudar una planta de un país a otra jurisdicción requerirá que las empresas tengan que duplicar la inversión inicial que hicieron. “Si antes costó $10 millones ahora te va a costar $20 millones o $30 millones”, estimó.
Entre 2018 y 2019, durante el primer término presidencial de Trump, se implementaron una serie de ajustes tarifarios que rondaron entre el 10% y 25%, principalmente, en productos importados de China. Esto, con el fin de desalentar las importaciones procedentes de ese país y fomentar el consumo de la producción estadounidense.
Sin embargo, a juicio del economista, la estrategia del líder republicano logró “absolutamente nada” para incentivar la producción estadounidense.
“Los aranceles no pueden hacer a una economía próspera, porque la historia de los aranceles en el mundo es que encarece las mercancías finales, las materias primas y genera inflación”, dijo Alameda.