El papa Francisco firmó una carta “preventiva” de renuncia en el 2013 en caso de presentar un “impedimento de salud” que no lo permita ejercer sus labores al frente de la Iglesia católica. El tema cobra vigencia en momentos en que el Pontífice se encuentra hospitalizado por una neumonía.
En diciembre del 2022, el propio obispo de Roma confirmó la rúbrica de la misiva durante una entrevista que concedió en aquel momento al diario español ABC.
“Ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone el secretario de Estado. Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’. No sé a quién se la habrá dado el cardenal Bertone”, declaró Francisco.
Los rumores sobre una posible dimisión del Papa se acrecentaron luego de que este fuera internado en el Hospital Gemelli, de Roma, el cual se ha convertido en un sitio de congregación para decenas de católicos que llegan a orar por la salud de su líder espiritual.
No obstante, él mismo ha dejado en claro que por el momento no pretende dejar el cargo. De hecho, de acuerdo con los partes médicos y del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio ha intentado retomar lentamente algunas de sus labores mientras permanece bajo tutela médica.
En su entrevista del 2022, Francisco aclaró que la firma de la carta no implica que renunciar al papado se convierta en una práctica común, recordando el acto histórico de su predecesor, Benedicto XVI, quien renunció en 2013 por problemas de salud.
Subrayó que, al contrario, su ministerio está concebido como un compromiso “ad vitam”, es decir, de por vida.
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Voces desde la Iglesia
En las últimas horas, varios cardenales, el máximo rango en la jerarquía de la Iglesia católica, han hablado sin tabúes sobre una eventual renuncia.
“Confío absolutamente en la lucidez del Papa“, afirmó el cardenal francés Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella. “Él es libre y (...) si considera que es lo mejor por el bien de la Iglesia, lo hará”.
Para el cardenal italiano Gianfranco Ravasi, Francisco podría dimitir “si tiene dificultades serias para cumplir su servicio”.
“Es él quien tendrá la última palabra”, declaró en una entrevista publicada el viernes en el diario Il Corriere della Sera.
Unas declaraciones que coinciden con la proliferación, en redes sociales, de noticias falsas sobre su muerte y con varias voces, provenientes sobre todo de círculos conservadores estadounidenses, que piden “pasar página” y cerrar el capítulo Bergoglio.
“En internet y en los portales estadounidenses hay una fuerte corriente anti-Bergoglio: aún sin ser explícita, muestra claramente una voluntad de cambio que se expresa también a través de las noticias falsas”, lamentó Ravasi, apuntando que “hay una fuerte polarización”.

¿Podrá continuar?
Las dudas sobre si el Papa será capaz de permanecer en el cargo iban en aumento este viernes, cuando se cumple una semana de su hospitalización por neumonía, sin que se sepan muchos detalles sobre su salud ni sobre cuánto tiempo seguirá ingresado.
Desde el décimo piso del hospital Gemelli, donde el jesuita de 88 años ingresó el 14 de febrero, la información se filtra con cuentagotas. La Santa Sede afirma que retomó el trabajo.
Según una fuente del Vaticano, el Pontífice recibe a sus colaboradores más próximos, lee, firma documentos y atiende asuntos por teléfono.
Pero, aunque el estado del jefe de la Iglesia católica “mejore ligeramente”, según el último boletín de salud, no sé sabe cuánto durará esta hospitalización, la cuarta desde el 2021.
El Papa lleva una semana sin aparecer en público y El Vaticano no ha dicho nada sobre sus compromisos de las próximas semanas.
Una falta de claridad que atiza las conjeturas sobre si será capaz de mantenerse en el cargo a medio plazo, y más teniendo en cuenta que el derecho canónico no prevé nada en caso de problema grave que perturbe su lucidez.

En cuanto a su dimisión, Francisco tampoco ha sido nunca muy claro: siempre ha dejado la puerta abierta a una renuncia, pero también ha afirmado que quiere continuar al frente de la Iglesia mientras su salud se lo permita, asegurando que uno “gobierna con la cabeza y no con las piernas”.
Pero la gravedad de esta última infección, potencialmente mortal, se suma a una lista ya larga de antecedentes -- operaciones de colon y del abdomen, problemas de movilidad, infecciones respiratorias -- y podría darle una vuelta a la situación.
Jorge Bergoglio ha logrado superar sus problemas de movilidad relacionados con el sobrepeso y los dolores de rodilla utilizando una silla de ruedas. Pero sus problemas respiratorios, los de un octogenario al que le retiraron el lóbulo superior del pulmón derecho cuando tenía 21 años, generan más interrogantes.
El obispo de Roma ya se ha visto obligado a cancelar varios compromisos en lo que va de año, o a delegar la lectura de sus textos o incluso parar en plena homilía, casi sin aliento.