Washington. Donald Trump inicia el lunes su segundo mandato, una revancha política que se refleja en su primer retrato oficial: mirada desafiante a la cámara, ceño fruncido y semblante serio.
La imagen, difundida por su equipo tres días antes de la investidura, guarda similitudes con la fotografía tomada en agosto en una prisión de Atlanta.
Ni los procesamientos penales, que incluyeron una condena histórica, ni las polémicas por comentarios racistas, sexistas y amenazas a la prensa han impedido su regreso a la Casa Blanca.
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Trump asumirá como el 47.º presidente de Estados Unidos, sucediendo al demócrata Joe Biden como comandante en jefe del ejército más poderoso del mundo.
Debido a las temperaturas glaciales anunciadas para ese día, el republicano ordenó que el discurso de investidura, junto con las oraciones y otros actos, se realicen en la Rotonda del Capitolio. Su agenda incluirá un rezo matutino y culminará con un baile por la noche.
Biblia y bandera
Con la mano sobre una Biblia, jurará “preservar, proteger y defender la Constitución”. Este acto ocurre en el mismo lugar donde, el 6 de enero de 2021, sus partidarios irrumpieron en el Congreso para evitar la certificación de la victoria de Biden, motivados por un discurso de Trump que alegaba fraude electoral.
La victoria sobre la vicepresidenta Kamala Harris, el 5 de noviembre, fue contundente. Biden, aunque humillado durante años, ha orquestado una transición civilizada.
Las medidas de seguridad serán excepcionales debido a dos intentos de asesinato contra Trump durante la campaña. Habrá 48 kilómetros de barreras, 25.000 policías desplegados y drones.
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El primer mandato de Trump (2017-2021) fue caótico. En este segundo, llega más decidido, obsesionado con la “venganza” y políticamente fortalecido. Tiene mayoría en el Congreso, una Corte Suprema inclinada hacia la derecha y un gabinete leal. Su influencia sobre el Partido Republicano es abrumadora.
En busca de una imagen impecable de Trump, el líder republicano de la Cámara decidió izar las banderas en el Capitolio, ignorando el homenaje al expresidente Jimmy Carter, recientemente fallecido.
La primera elección de Trump causó un revuelo internacional. Esta vez, muchos líderes se resignan. En 2017, cientos de miles protestaron en Washington tras su investidura. Para este año, los organizadores esperan reunir a 25.000 personas el sábado en la capital.
Según CNN, el 56 % de los estadounidenses cree que su segundo mandato será exitoso. Líderes mundiales ya lo felicitaron, mientras que representantes de la extrema derecha asistirán a la ceremonia. Empresarios y magnates tecnológicos financian las festividades.
Bezos, Zuckerberg, Musk
Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Meta) y Elon Musk, aliado de Trump, estarán presentes. Musk, el hombre más rico del mundo, extiende su influencia más allá de las fronteras.
Desde el primer día, Trump promete deportaciones masivas de inmigrantes, aranceles, indultos a sus partidarios y restricciones a las personas transgénero. Algunas propuestas, como abolir el derecho de suelo, enfrentarán obstáculos legales. Promesas como poner fin a la guerra en Ucrania serán cuestionadas.
El republicano enfrentará desafíos personales, como su edad, al ser el presidente más viejo en asumir el cargo. Además, no podrá postularse nuevamente debido al límite constitucional de dos mandatos.
Nostálgico, Trump realizará su último mitin en Washington el domingo, horas antes de prestar juramento.