La reforma constitucional que impulsa el dictador Daniel Ortega en Nicaragua transforma profundamente la estructura del Estado. Al crear la figura de “copresidenta” para su esposa Rosario Murillo, elimina la independencia de poderes, el pluralismo político y establece un control absoluto sobre la sociedad.
Analistas y críticos señalan que esta reforma consolida la “dictadura matrimonial” y redefine al país como un Estado socialista y revolucionario. El texto, presentado al Congreso controlado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ya genera fuertes reacciones internacionales y entre sectores opositores.
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Tres claves para entender el impacto de esta enmienda.
1. La “sucesión”. La excomandante guerrillera Dora María Téllez, exiliada en Estados Unidos, asegura que la reforma resuelve la sucesión presidencial al colocar a Murillo como figura clave. “Ortega cede poder total a Murillo y deja abierta la posibilidad de nombrar como vicepresidente a uno de sus hijos”, afirmó.
Laureano Ortega Murillo, señalado como el “delfín”, acumula poder en negociaciones clave, lo que refuerza su posición en la línea sucesoria.
2. Un “nuevo” Estado. La reforma, según el abogado de derechos humanos Salvador Marenco, oficializa una dictadura que ya existía de facto. Ortega y Murillo ahora podrán coordinar directamente todos los poderes del Estado, eliminando cualquier separación de funciones.
Además, la reforma redefine a Nicaragua como un Estado socialista, incorporando la bandera rojinegra del FSLN como símbolo patrio, lo que excluye proyectos políticos de otras ideologías, según la constitucionalista Azahálea Solís.
Yader Morazán, exfuncionario judicial exiliado, aseguró que “Nicaragua se convierte en la Corea del Norte de América”.
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3. El “efecto Trump”. Analistas como Arturo McFields creen que la reforma busca blindar al régimen antes de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Ante posibles sanciones más severas lideradas por Marco Rubio, próximo secretario de Estado, Ortega intenta garantizar su permanencia en el poder.
Paralelamente, Ortega presentó una ley que sanciona a empresas y bancos que apliquen medidas internacionales, lo que, según el exdiputado Eliseo Núñez, busca evitar un colapso económico.