El Papa Francisco pasará a la historia de la Iglesia católica como un pontífice relativamente progresista.
“Relativamente”, hay que decir, porque cualquier análisis histórico que se haga sobre una figura histórica depende de su contexto y, en el caso de Jorge Mario Bergoglio, hablamos de un cura argentino que llegó al papado con 76 años y que navegó, con cierta independencia, dentro de la institución marcada por los dogmas y las doctrinas institucionalizadas por años, décadas o hasta siglos.
A pesar de que al inicio de su papado dijo que no pensaba que fuera necesario pasar hablando sobre los temas que dividen a la humanidad, el Papa no escatimó en opiniones. Habló sobre asuntos tan incómodos para la Iglesia como el estado actual de la institución, la homosexualidad, el aborto, los abusos sexuales por parte de autoridades eclesiales y el papel de la mujer en la institución, entre muchos otros. Muchas veces opinó con las palabras esperables por parte de cualquier sacerdote pero algunas otras, sorprendió con todo lo contrario.
¿Qué pensaba el Papa sobre los temas más incómodos para la Iglesia? Lo revisamos.
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— Una nota previa: Para este artículo revisamos decenas de entrevistas y declaraciones en conferencias de prensa o actos públicos que ofreció el papa Francisco desde marzo de 2013, el año en el que fue elegido para relevar a Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), quien había renunciado por motivos de salud.

La actualidad de la Iglesia
El papa Francisco reconocía que la Iglesia ha perdido empuje y que le cuesta atraer nuevos fieles, “sobre todo en las grandes ciudades”.
“Hay un abandono, un distanciamiento”, aseguró en el documental Amén: Francisco responde.
En la misma entrevista, el máximo jerarca eclesial dijo considerar que los integrantes de la Iglesia debían de implicarse más en los problemas de las poblaciones más necesitadas —“cuando no hay testimonio, la Iglesia se oxida” y “se transforma en un club de gente buena que cumple sus cosas religiosas, pero al que le falta el coraje de salir a las periferias”, mencionó.
— Nota práctica: ‘Amén: Francisco responde’ está disponible en la plataforma de streaming Disney+, y se trata de un conversatorio de Francisco con un grupo de jóvenes, católicos, no católicos, creyentes y no creyentes.
Homosexualidad
Uno de los temas en los que el papa Francisco mostró una postura más ambigua fue en cuanto a la homosexualidad. Su discurso fue más benevolente que el de sus antecesores, pero tampoco fue de excesiva inclusión dentro de la Iglesia.
Meses después de ser elegido como papa, Bergoglio había dicho no era quién para juzgar a una persona gay que “busca a Dios y tiene buena voluntad”, y subrayó que la orientación sexual de una persona no constituye un pecado, pero sí sus actos al respecto.
En abril de 2019 dio una de sus declaraciones más polémicas en una entrevista con el programa Salvados, de la televisora española La Sexta. En ella, indicó que un padre o una madre nunca debería de “echar del hogar” a una persona porque tenga “tendencia homosexual”, pero agregó que “cuando la personas es muy joven, muy pequeña, y empieza a mostrar síntomas raros” convenía ir a “un profesional, a un psicólogo, que más o menos vea a qué se debe eso”. Meses atrás había utilizado la palabra “psiquiatra”, pero posteriormente dijo que se había equivocado usando ese término.
Sin embargo, Francisco dio su bendición a la figura de las “uniones civiles” para parejas homosexuales en octubre de 2020, y dijo pensar que las personas homosexuales “son hijos de Dios y tienen derecho a una familia”. Lo que tenemos que hacer es crear una ley de uniones civiles. Así están cubiertos legalmente”, opinó en el documental Francesco, dirigido por el ruso Evgeny Afineevsky.
El Papa, sin embargo, nunca habló en términos de aceptación para el matrimonio, como sacramento dentro de la propia Iglesia.
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Abusos sexuales
Francisco también se refirió en múltiples ocasiones sobre la forma en la que la Iglesia ocultó por años abusos sexuales cometidos por sacerdotes en todo el mundo. En la misma entrevista antes mencionada con La Sexta de España aseguró que “en una época era costumbre tapar todo”, matizando que eso pasaba “no solo los abusos de la Iglesia”, sino también en “las familias”.
“En la Iglesia de hoy día, hasta que explotó escandalosamente el asunto de Boston, la hermenéutica era de cubrir, tapar, evitar males futuros, como se hace en las familias”, declaró; “pero creo que las mismas estadísticas, esas que han tomado en algunos lugares de 70 años hasta acá, vos te das cuenta de que desde la época de Boston en adelante disminuyen notablemente las cosas en la misma Iglesia, lo cual quiere decir que se ha tomado una conciencia distinta y en eso hay que seguir adelante”.
Por el escándalo de Boston, el papa Francisco se refería a las publicaciones del Boston Globe, en 2002, que documentaron una de las mayores redes de encubrimiento conocidas hasta ese momento y generaron un punto de quiebre a nivel mediático para la Iglesia católica.
— Otra nota práctica: Sobre este caso se filmó la película Spotlight, disponible en Netflix, ganadora del premio Óscar a mejor película, mejor dirección y mejor guion, entre otros, en 2016.

El papel de la mujer
En cuanto al papel de la mujer en la Iglesia, Francisco rechazó cualquier movimiento orientado a permitir que mujeres se ordenen como sacerdotisas, argumentando razones teológicas.
Consultado directamente sobre si imaginaba que alguna vez podría haber una mujer en su puesto de papa, el argentino dijo ver “un problema de constitución teológica”, pues la Iglesia se rige por “dos principios” al respecto. “En el ministerio están los hombres; en la maternalidad, mucho más importante todavía, están las mujeres”, indicó textualmente. Esas declaraciones también quedaron recogidas en el documental Amén: Francisco responde, antes mencionado.
Bergoglio sí habló sobre la importancia de incluir a más mujeres en puestos de dirección en la Iglesia y en el Vaticano. Por ejemplo, incluyó a más de 50 mujeres dentro de los 360 integrantes del sínodo del Vaticano, que se encarga del nombramiento de los obispos.
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El aborto
En materia de aborto, el Papa se mantuvo en contra de esta práctica en todas sus formas.
“No es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”, contestó al periodista español Jordi Evole, en 2019, al ser consultado sobre el aborto en casos de violación.
Esta es una posición que no solo subrayó en múltiples entrevistas sino que también subrayó en sus audiencias en la Plaza de San Pedro. En una de ellas, en 2018, incluso equiparó el aborto con recurrir un “sicario”.
El celibato sacerdotal
En cuanto a la práctica del celibato sacerdotal, el Papa no realizó mayores reformas; aunque sí comentó en entrevistas que lo consideraba como una tradición que “se podría revisar”.
“No hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar”, afirmó en una conversación con Infobae, publicada en marzo de 2023.
“De hecho, en la Iglesia católica hay sacerdotes casados (haciendo alusión a la Iglesia oriental)” y “el celibato en la Iglesia occidental es una prescripción temporal” que no tiene por qué ser “eterna”, agregó
La anticoncepción
La utilización de anticonceptivos no fue un tema recurrente por parte del papa Francisco en sus apariciones públicas; sin embargo, sí dio algunas opiniones al respecto que abarcaron titulares de la prensa.
En 2015, por ejemplo, aseguró que la prohibición actual por parte de la Iglesia de los anticonceptivos artificiales no implicaba una invitación a reproducirse “como conejos”. De hecho, calificó esa práctica como una forma de “tentar a Dios” y “una irresponsabilidad”. Así lo dijo en una de sus habituales conferencias de prensa en el avión papal, en medio de sus viajes por el mundo.
En 2022, en otra de esas conferencias, también dijo que no cerrarse a la idea de reevaluar las doctrinas eclesiales sobre el uso de anticonceptivos porque “el dogma, la moral, está siempre en vías de desarrollo“; aunque no se trasladó a mayores acciones.

Laicidad estatal
El papa Francisco fue un claro defensor de la laicidad de los Estados; es decir, de que los estados no tengan religiones oficiales.
En una de sus declaraciones más recordadas al respecto, en 2016, dijo que “un Estado debe ser laico” y que “los Estados confesionales terminan mal”.
“Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar”, dijo a la revista católica francesa La Croix.
Sobre el pago de impuestos, en su entrevista de 2019 con La Sexta, dijo considerar como algo normal que la Iglesia reciba exoneraciones para sus actividades de caridad; pero no así en sus negocios.
— Nota importante: A modo de contexto, Costa Rica es uno de los pocos estados confesionales católicos que persisten en el mundo y el único de todo América.
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Migración
Bergoglio fue un defensor de la migración, al entenderla como un fenómeno social que trasciende a las personas en sí mismas. Puntualmente, dijo que el migrante debe de ser “recibido, acompañado, promovido e integrado”.
Esta fue una de las últimas grandes ideas que defendió antes de su muerte. Incluso criticó el “desprecio hacia los migrantes” en su último mensaje pascual de este año, a pocas horas de sostener una breve reunión con el vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, cuyo gobierno aplica una política de detenciones y deportaciones que el Papa había criticado por lastimar “la dignidad de muchos hombres y mujeres”.
Durante el primer mandato del republicano Donald Trump, hoy de nuevo en el poder, ya Francisco había sorprendido diciendo que “una persona que piensa en construir muros, cualquier muro, y no construir puentes, no es un cristiano”. Por entonces, el presidente estadounidense enfatizaba en su idea de levantar una barrera física en toda su frontera con México.
Riqueza de la Iglesia
Por último, una de las principales banderas del papa Francisco fue la defensa de la austeridad para atender las necesidades del otro. Usualmente se ligó esa postura a su formación como jesuita.
Hubo medios que le llegaron a preguntar sobre la contradicción de la Iglesia católica, que dice pretender la dignidad de todas las personas pero al mismo tiempo custodia una cantidad inacabable de riquezas y de bienes del más alto valor.
Al respecto, dijo pensar que la mayoría de los grandes tesoros de la Iglesia no se pueden subastar o vender porque solo “están” en la Iglesia, pero pertenecen “a la humanidad”.
En 2018, sin embargo, afirmó que los bienes de la Iglesia “no tienen un valor absoluto” y que “en caso de necesidad, deben servir al mayor bien del ser humano y especialmente estar al servicio de los pobres”.