La imposición de un arancel del 25% al acero y el aluminio por parte de la administración de Donald Trump tendría repercusiones a mediano plazo en Costa Rica, según empresarios y analistas consultados.
El presidente estadounidense anunció, el lunes anterior, el impuesto a las importaciones de estos metales en un 25%, “sin excepciones ni exenciones”. Canadá, Brasil, México y Corea del Sur son los principales proveedores de acero a Estados Unidos. Sin embargo, la medida se aplica a todos los países, lo que podría generar efectos en Costa Rica debido al aumento de la oferta de estos productos en el mercado global tras la barrera impuesta por Trump.
El país exportó un total de $241 millones en productos de acero durante el 2024. Nicaragua y Guatemala fueron los principales destinos, mientras que las colocaciones a Estados Unidos sumaron $3,66 millones. En el caso del aluminio, las ventas al exterior alcanzaron $93,2 millones: a India y Estados Unidos fueron los principales mercados con $24,3 millones y $13 millones respectivamente, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Laura López, gerente general de Procomer, indicó que los aranceles entrarían en vigor el próximo 4 de marzo y, hasta el momento, no se cuenta con la lista específica de productos que estarán sujetos a este incremento. La Promotora da seguimiento a la medida para analizar sus posibles implicaciones en las exportaciones costarricenses de este sector. Además, aclaró que Costa Rica no registra exportaciones comerciales de acero o aluminio en presentaciones en bruto.
Víctor Pérez, presidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), señaló que la decisión de Trump genera incertidumbre en la industria nacional y en el empleo. Explicó que países afectados por la medida, como China, podrían buscar mercados alternativos para colocar productos como varillas de hierro y materiales metálicos para construcción a precios más bajos en el mediano plazo, entre seis y ocho años.
Pérez agregó que, en teoría, los consumidores deberían beneficiarse con precios más bajos. Sin embargo, advirtió que en ocasiones recientes, se observa que el hecho de que se importan más baratos no significa que el consumidor final se beneficiará; más bien afecta la producción del país y la empleabilidad.
Lucrecia Brenes, consultora en comercio internacional, coincidió en que la medida pondrá presión sobre la industria local debido al ingreso de productos de los países afectados, lo que podría desplazar la producción nacional. Sobre un posible beneficio para los consumidores costarricenses, estimó que solo se daría si el exceso de oferta reduciría los precios.
Brenes advirtió que el incremento del arancel al aluminio como materia prima podría elevar los precios de los bienes finales que Costa Rica importa.
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La Cámara de Comercio Exterior (Crecex) destacó que Costa Rica importa una parte considerable de su acero y aluminio para la construcción y la manufactura. Según la entidad, la reducción de oferta en el mercado estadounidense produciría una posible redirección de exportaciones hacia otros destinos.
Para el analista internacional Óscar Álvarez, Costa Rica no se verá directamente afectada, ya que no exporta grandes volúmenes de acero y aluminio a Estados Unidos.
Álvarez destacó que los principales perjudicados serán los fabricantes estadounidenses que dependen de estas materias primas y los consumidores en ese país, lo que podría generar un aumento en la inflación. Consideró que la decisión de la administración Trump generará represalias por parte de los países más afectados y aumentará la incertidumbre financiera y el ambiente de guerra comercial.
Juan Luis Zúñiga, consultor en comercio exterior de Catrade Consulting Group, dijo que no hay certeza sobre qué líneas arancelarias serán afectadas por el incremento del arancel, y que el impacto en el país dependerá de ello. “No se puede hablar de impacto cero, porque tenemos pequeñas exportaciones que podrían afectar a algunas empresas”, advirtió Zúñiga.
