La cadena estadounidense Hooters atraviesa una crisis financiera que podría llevarla a la bancarrota. La compañía se encuentra trabajando con sus acreedores para poder desarrollar un plan que les permita reestructurar sus operaciones. Todo ello con el objetivo de retrasar una posible presentación de insolvencia, apoyándose en el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras.
Aunque todavía la quiebra no es definitiva, fuentes cercanas indicaron a Bloomberg que podría ocurrir en un plazo máximo de dos meses. En la actualidad, Hooters posee alrededor de 300 sucursales distribuidas por todo Estados Unidos.
Para hacerle frente a esta situación, la cadena de restaurantes con sede en Atlanta contrató al bufete de abogados Ropes & Gray, especializado en la reestructuración de empresas en dificultades económicas. Además, incorporó los servicios de la firma de consultoría financiera Accordion Partners para evaluar su carga de deuda y encontrar posibles soluciones.Por su parte, los acreedores de Hooters buscaron asesoramiento con el banco de inversión Houlihan Lokey, lo que evidencia la gravedad de la situación.
En Costa Rica, la franquiciadora de la marca, publicó un comunicado oficial donde reafirma su “independencia y estabilidad”. “Hooters Costa Rica continúa operando con sólidez”, indicó Chatwood S.A., de capital costarricense.
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La franquiciadora indicó que opera “totalmente independiente” de Hooters America. “Miramos hacia el futuro con entusiasmo”, señala parte del comunicado.
Esta no es la primera vez que la cadena se encuentra en una situación financiera compleja en Estados Unidos. Ya en 2021, la cadena había recurrido a una financiación estructurada, conocida como titulización de todo el negocio, mediante la cual logró recaudar aproximadamente $300 millones respaldados por activos, incluyendo las tarifas de franquicias.
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Desde la adquisición de Hooters en 2019 por parte de Nord Bay Capital y TriArtisan Capital Advisors, las presiones financieras estuvieron siempre presentes. Aun así, y pese al cierre de varias sucursales consideradas poco rentables, la empresa mantiene sus intenciones de expansión tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Los especialistas en finanzas sostienen que la clave para que Hooters sobreviva a esta turbulencia podría ser una negociación efectiva con sus acreedores. La reestructuración de sus deudas podría brindarle la oportunidad de salir del proceso de bancarrota con un modelo operativo más eficiente y estable.
Sin embargo, el futuro inmediato es incierto. Los próximos meses serán determinantes para saber si esta cadena logra mantenerse en pie o si, por el contrario, se sumará a una lista creciente de empresas del sector que no pudieron resistir el cambio en los hábitos de consumo y el contexto económico actual de Estados Unidos.
La crisis de Hooters no es un hecho aislado en el sector gastronómico estadounidense, ya que otras grandes marcas como TGI Friday’s o Red Lobster se enfrentaron a panoramas similares. La primera perdió el control sobre varios activos por incumplimiento en sus pagos, mientras que la segunda solicitó protección por bancarrota recientemente.
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