La zona azul de la península de Nicoya, donde sus habitantes tienen una longevidad excepcionalmente alta por encima del resto de los habitantes de Costa Rica, comienza a desvanecerse y podría desaparecer dentro de unos 20 años.
Actualmente, solo en una pequeña área de 20.000 habitantes sigue existiendo una alta esperanza de vida, lo cual constituye una cifra muy por debajo de los 180.000 que abarcaba inicialmente.
Mientras tanto, una nueva zona azul podría estar emergiendo en tres cantones cercanos a la frontera norte del país.
Así lo determinó un estudio del demógrafo y salubrista, Luis Rosero Bixby, el mismo profesional que logró la distinción de zona azul para la península de Nicoya en el 2004, desde la dirección del Centro Centroamericano de Población, de la Universidad de Costa Rica (UCR).
En el mundo, solo cinco regiones gozan de esa categoría. Además de Nicoya, aparecen en esa selecta lista: Cerdeña, en Italia; Okinawa, en Japón; la comunidad de Loma Linda, en Estados Unidos; y la isla Icaria, en Grecia.
De acuerdo con los hallazgos de Rosero Bixby, la zona azul costarricense ya no abarca la totalidad de los cantones de Santa Cruz, Hojancha, Carrillo, Nandayure y parte de Nicoya.
Ahora, solo se limita al cantón de Hojancha y comunidades al sur de la ciudad de Nicoya, específicamente, los balnearios de Samara y Nosara. Se pasó de una área que abarcaba a una población de 180.000 habitantes, a una más pequeña de solo 20.000.
En esa reducida zona azul, la tasa de mortalidad relativa de los mayores de 60 años con respecto al resto de su pares de la población nacional es de un 0,74, lo cual significa que es un 26% inferior.
“Al parecer allí todavía hay un reducto de adultos mayores que siguen mostrando una alta longevidad, aunque la tendencia es que la zona azul se está encogiendo y quizás dentro de 20 años, cuando volvamos a hacer el mapa, el círculo (de la zona azul) sea un punto o ya haya desaparecido.
“Es difícil decir cuándo exactamente podría desaparecer, pero el hecho es que, con el correr de los años, se ha ido encogiendo el tamaño de la zona azul y es de esperarse que continúe en el futuro y que sea cada vez más pequeña.
“Esto no quiere decir que Nicoya ya no es una zona azul; sigue siendo una zona azul, pero solo para esos robles, esas generaciones nacidas antes de 1930 y que todavía están vivas y que son personas de edades muy avanzadas. La zona azul sigue estando ahí”, explicó Rosero Bixby.
Las nuevas zonas azules
Longevidad alta
FUENTE: Estudio del demógrafo Luis Rosero Bixby || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Hombres nacidos antes de 1930
Según su investigación, los hombres nacidos antes de la década de los 30 siguen teniendo una “longevidad excepcionalmente alta”. Ellos tienen una esperanza de vida similar a sus pares en Japón — la más alta del mundo— y mayor que el resto de costarricenses.
Sin embargo, los nicoyanos que nacieron posterior a esa década tienen una longevidad similar a la del resto del país y por debajo de los japoneses.
En la década de 1990, la esperanza de vida de un hombre de 60 años en Nicoya era de 24 años, es decir, que en promedio vivía hasta los 84 años. Esa cifra es 2,5 años superior que la del resto de costarricenses y 2,8 más alta que la de sus pares en Japón.
Dicha situación cambió en la década de los 2000. Si bien la esperanza de vida de los varones nicoyanos de 60 años se mantuvo en 24 años, la diferencia con el resto de costarricenses se redujo a 1,4 años y a un año con los japoneses.
Una década después, en el 2010, la esperanza de vida siguió igual, en 24 años, pero el promedio del costarricense creció a 23,6 años. La diferencia se redujo a 0,4 años.
Mientras, la esperanza de vida de los japoneses creció a 24,5 años, es decir, 0,5 años más que los nicoyanos, revirtiendo así la ventaja que se mantenía desde la década de los 90 (2,8 años) y en la primera década del siglo XXI (1 año).
¿Y las nicoyanas?
Rosero Bixby es enfático al asegurar que desde que se descubrió la zona azul en Nicoya, la “longevidad excepcionalmente alta” se detectó solo entre los hombres y no en las mujeres, a la inversa de lo que ocurre en Okinawa, en Japón. Aseguró que aún desconocen por qué ocurre así.
En el caso de las nicoyanas mayores de 60 años, la esperanza de vida siempre ha sido mayor al resto del país, pero por debajo de sus pares japonesas. No obstante, esa brecha con las asiáticas se ha hecho más grande con el paso de los años.
En 1990, la esperanza de vida de una mujer de 60 años era de 25,6 años y la diferencia era de 1 año con su par de Japón. En el 2000, esa brecha aumentó a 2,4 años y en el 2010 volvió a ascender hasta 2,9 años, es decir, que casi se triplicó.
Si solo se compara a las nicoyanas con el resto de las costarricenses, la diferencia en cuanto a la esperanza de vida de las mayores de 60 años también se acorta con el pasar de los años.
En 1990 era de 1,5 años, en el 2000 bajó a 0,8 años y en el 2010 es de tan solo 0,3 años, o sea, casi iguales, sin mostrar una diferencia sobresaliente.
Variación por género de 1990 al 2010
Variación de la esperanza de vida de los mayores de 60 años, por género, comparando a los habitantes de la península de Nicoya con el resto de costarricenses y los japoneses, quienes son los más longevos del mundo.
FUENTE: Estudio del demógrafo Luis Rosero Bixby. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
¿Por qué está desapareciendo la zona azul?
Luis Rosero Bixby dijo desconocer las causas por las cuales está desapareciendo la zona azul en la península de Nicoya, como también admitió desconocer por qué esa región tenía una “longevidad excepcionalmente alta”.
“Es la pregunta del millón que nunca pudimos responder: ¿Por qué la zona azul de Nicoya era una zona azul? Teníamos algunas pistas: que el estrés, la dieta; pero realmente nunca tuvimos una explicación completa y nunca lo sabremos. Ahora tampoco sabemos por qué se da el efecto inverso”, afirmó el demógrafo y salubrista.
No obstante, insistió en que es producto de un cambio generacional: “Los efectos generacionales se forjan a lo largo de toda una vida. Entonces, estas generaciones nacidas después de 1930, a lo largo de toda su vida han tenido influencias y situaciones diferentes a las generaciones más viejas y eso les ha llevado a la situación actual.
“Si me preguntan: ‘¿Y qué podemos hacer para evitar que Nicoya deje de ser una zona azul? La respuesta sería que prácticamente no podemos hacer nada, porque estas generaciones, la nacida en la década de los 40, por ejemplo, ya viene así.
“Uno puede especular que situaciones como el sedentarismo, la obesidad y el estrés, pueden ser lo que ha cambiado en las generaciones y el desarrollo a lo largo de muchos años. No es porque se abrió un McDonald’s en 1910 que esto cambió, no.
“Son influencias que estas personas nacidas en los 40 han tenido en la década de los 60, 70, 80, etcétera. Es algo de larga data que se ha venido forjando en estas nuevas generaciones”, explicó Rosero Bixby.
Los datos
Esta investigación ya fue aceptada y está en revisiones previas a su publicación en la revista de demografía del Max Planck Institute, de Alemania.
El estudio se hizo con una base de datos de 550.000 adultos costarricenses nacidos antes de 1950 que tienen un registro de defunción entre 1989 y el 2020, o bien, que figuran en al menos dos padrones electorales de las nueve elecciones presidenciales realizadas desde 1990 hasta el 2022.
Los registros del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) fueron vinculados con los registros de nacimiento —también del TSE—, para obtener la edad exacta de las personas.
El término de zona azul
El término de zona azul fue acuñado, en primera instancia, por Michele Poulain, quien es doctor en demografía.
Los estudios de Poulin, junto con los del investigador italiano Gianni Pes, y del explorador y reportero de National Geographic, Dan Buettner, han modelado e investigado el concepto de zonas azules como focos de longevidad desde principios del siglo XXI. Incluso, se publicó el libro The Blue Zones (Las zonas azules).
En 2004, cuando Rosero Bixby halló la zona azul en Nicoya, descubrió que allí la mortalidad de los mayores de 90 años es un 10% más baja que en el resto del país, y que la mortalidad por cáncer es un 23% menor.
Además, cuando un varón de esta área llega a los 80 años, puede vivir en promedio 8,2 años más, y si llega a los 90, puede vivir un promedio de 4,4 años más.
LEA MÁS: Nicoya, una de las zonas con más longevos en el planeta