“Goma”, “resaca”, “cruda”, “guayabo”. No importa el nombre con el que usted lo conozca, la sensación que se experimenta horas después de consumir más licor del que su cuerpo pudo procesar es la misma: cansancio, debilidad, sed, dolor de cabeza, dolor muscular, náusea, dolor de estómago, vértigo, sensibilidad a la luz y al ruido, ansiedad, irritabilidad, sudor y presión arterial alta.
Estas manifestaciones usualmente se disipan por sí solas en cuestión de horas, cuando el alcohol ya no está en la sangre, pero cuando el abuso se mantiene se puede entrar en un círculo vicioso.
La cantidad e intensidad de los síntomas varían según la persona y la cantidad de licor que consumió. Sin embargo, en diciembre las probabilidades de sufrir estos episodios aumentan, y con ellos, surgen los remedios caseros para tratar de eliminar, o por lo menos aliviar la sensación.
Por eso, en esta nota vamos a hablar de por qué nunca deberíamos llegar a esa condición y los mitos en torno a esta.
“No hay una manera sencilla y certera de saber cuánto alcohol se puede tomar de manera segura y, aun así, evitar la resaca", destaca la Clínica Mayo en su sitio web.
En términos generales se habla de no más de dos tragos por ocasión en un hombre y no más de uno en una mujer, pero cada persona tendrá esa dosis límite diferente. Incluso puede variar en un mismo individuo según la ocasión. Así como sucede con la embriaguez, cuánto se ha comido (y el tipo de alimentos), cómo se ha dormido y hasta el estado de ánimo pueden influir en cuánto afecte el consumo de licor y sus consecuencias.
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¿Qué le sucede al cuerpo cuando toma alcohol y lo lleva a ‘la goma’?
Antes de continuar, valga realizar una advertencia. No solo no existe una “dosis segura” de licor para garantizar que no se tendrá resaca, sino que tampoco existe una dosis segura para tomar licor sin que afecte a nuestra salud.
La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), adscrita a la Organización Mundial de la Salud (OMS) recordó en noviembre de 2023, que, aunque a mayor consumo de licor, mayor riesgo de cáncer, no existe un “consumo máximo saludable" que prevenga la enfermedad.
“Por tanto, no puede establecerse un consumo seguro de licor para el cáncer“, destaca el pronunciamiento.
Ahora, sí, ¿por qué el cuerpo humano experimenta esas sensaciones? Según el Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo de Estados Unidos (NIAAA, por sus siglas en inglés), hay varios factores presentes en el alcohol que se suman para provocar la “goma”.
Deshidratación. El alcohol inhibe la liberación de vasopresina, una hormona producida por el cerebro que envía señales a los riñones para que retengan líquidos. Como consecuencia, se aumenta la frecuencia para orinar y la pérdida excesiva de líquidos.
La deshidratación resultante es leve, pero probablemente contribuye a la sed, cansancio y dolor de cabeza experimentados durante una resaca.
Lo que se come mientras se ingiere alcohol también influye.
“Si comemos alimentos ricos en carbohidratos esto podría hacer que los síntomas sean menos agradables todavía”, puntualizó en una entrevista anterior el médico Jorge Luis Sampson.
Irritación gastrointestinal. El alcohol irrita el revestimiento del estómago y aumenta la liberación de ácido. Esto puede provocar náusea y malestar estomacal.
Inflamación. Se aumenta la inflamación en el cuerpo. Esto contribuye al malestar general.
Interrupción del sueño. Aunque es usual dormirse más rápido después de beber, el sueño está fragmentado, con menor calidad y hay tendencia a despertarse más temprano. Esto causa cansancio, así como la pérdida de productividad.
Disminución de niveles de glucosa en la sangre. Si el nivel baja demasiado, la persona puede sentirse muy cansada, débil y temblorosa. También puede tener cambios en el estado de ánimo.
Exposición al acetaldehído. El metabolismo del alcohol, principalmente por el hígado, genera el compuesto acetaldehído, un subproducto tóxico y de corta duración que contribuye a la inflamación del hígado, páncreas, cerebro, tracto gastrointestinal y otros órganos.
“Miniabstinencia”. Al beber, las personas pueden sentirse más tranquilas, relajadas e incluso eufóricas, pero el cerebro se adapta rápidamente a esos efectos para mantener un equilibrio. Entonces, cuando desaparece el mareo, las personas pueden sentirse más inquietas y ansiosas que antes de beber.
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Los componentes no alcohólicos y su influencia en la resaca
Aunque la mayoría de los síntomas son provocados directamente por el alcohol, este no es el único causante. Algunas bebidas tienen componentes extra que podrían ocasionar otro tipo de síntomas relacionados.
Por ejemplo, algunas bebidas tienen compuestos llamados congéneres, que se generan durante la fermentación y que ayudan a dar aroma y sabor. Estos son más altos en bebidas oscuras, como el bourbon. Niveles más altos de congéneres pueden empeorar los síntomas.
Además, en el caso del vino, pueden agregarse sulfitos como conservantes y esto puede provocar dolor de cabeza en algunas personas.
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Factores que aumentan los síntomas
Hay condiciones en las que la resaca es mayor:
Beber con el estómago vacío. Esto acelera la cantidad de alcohol que entra en el organismo y la rapidez con la que lo hace. La recomendación es comer tanto antes como durante la ingesta.
También es importante tomar agua y alternarla con las bebidas alcohólicas, para mantener el cuerpo hidratado y evitar los síntomas relacionados con la deshidratación.
Consumir otras drogas, como la nicotina junto con el alcohol aumenta el riesgo de resaca.
No dormir bien o lo suficiente después de beber.
Tener antecedentes familiares de trastornos por consumo de alcohol. Si hay familiares cercanos con antecedentes de trastornos por consumo de alcohol podría ser señal de un problema hereditario con la forma en que el organismo procesa esta sustancia.
Tomar bebidas alcohólicas de color más oscuro. Las bebidas de color más oscuro suelen contener un alto nivel de congéneres y es más probable que generen resaca.
Tomar muy rápido. Esto aumenta el riesgo de que se tome en mayor cantidad.
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Mitos de la ‘goma’
Muchas de las recetas que se recomiendan para aliviar la “goma” provienen de mitos, estos son los principales, según la NIAAA.
Beber café o darse una ducha (caliente o fría) evita o cura la resaca. La realidad es que la única manera de evitar una resaca por completo es no beber alcohol o consumir una cantidad mínima. Solo el tiempo logra aliviarla.
Beber cerveza antes de vino evita los síntomas. En general, cuanto más alcohol se bebe, peor será la resaca, independientemente de lo que se beba o cómo se mezcle.
Eso sí, Sampson advirtió que si se hacen mezclas se toma más porque la persona probará más de un trago o licor.
Un trago de alcohol en la mañana evita la resaca. Esto podría minimizar algunos síntomas temporalmente, pero también prolongar el malestar general.
Un analgésico alivia los síntomas. Aunque esto puede ayudar con algunas manifestaciones, la combinación de alcohol y acetaminofén puede ser tóxica para el hígado. Además, otros analgésicos de venta sin receta, como la aspirina y el ibuprofeno, pueden aumentar la liberación de ácido e irritar el revestimiento del estómago.
“Se debe actuar con cuidado al consumir estos medicamentos antes o después de beber alcohol", advierte el NIAAA.
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Lo que sí puede hacerse
El NIAAA recalca que no hay recetas mágicas y todo es cuestión de tiempo y no volver a exponerse a tanto nivel de alcohol otra vez.
“No existe manera de acelerar la recuperación del cerebro después del consumo de alcohol", subraya el sitio web.
Si se despierta con síntomas, tomar líquidos constantemente ayudará contra la deshidratación. Agua y líquidos calientes como un caldo de pollo hidratarán y al mismo tiempo ayudarán a la digestión.
Tomar efervescentes usualmente diseñados para la indigestión puede contrarrestar la inflamación estomacal y ayudar contra esa sensación.
Consumir durante el día proteínas menos pesadas, como pescados y mariscos puede ser de utilidad.
Hay quienes buscan los sueros. Sampson destacó que los usados normalmente para tratar diarreas o vómitos no servirán. En este caso son más recomendables las bebidas isotónicas para deportistas, pues reponen los nutrientes que se necesitan, aunque no actúan de forma mágica o inmediata.
Por lo demás, queda esperar a que el cuerpo por sí mismo elimine el alcohol de la sangre en unas horas.
“Al final, el único remedio infalible para la resaca es evitarla; bien sea consumiendo alcohol en moderación o eligiendo no beber del todo“, concluye el NIAAA.
De esta forma también podría evitarse la llamada “goma moral”, ese arrepentimiento de lo hecho o dicho cuando se estaba bajo los efectos del licor.
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