El presidente Rodrigo Chaves y los diputados de oposición se enfrascaron en un juego del gato y el ratón con el proyecto de vuelos baratos a Centroamérica.
Chaves vetó el plan desde el 18 de febrero. Desde entonces, el plan de reducción de impuestos lleva tres meses y medio en el limbo. Ni los diputados han logrado resellar la iniciativa del Partido Liberal Progresista (PLP) ni el presidente ha logrado enterrarla, aunque lo intenta.
El 1.° de mayo, el gobierno tomó el control de la agenda durante tres meses, con la entrada del periodo de sesiones extraordinarias. Utilizando esa potestad, Chaves ha intentado hacer una jugada legislativa, en dos ocasiones, para enterrar el proyecto de vuelos baratos. La maniobra consiste en desconvocar todos los expedientes de la agenda, salvo el del PLP, para que los diputados se vean obligados a votar el resello.
El Poder Ejecutivo confía en que la oposición aún no tiene los 38 votos necesarios para resellar el proyecto.
Chaves hizo el primer intento el 7 de mayo cuando desconvocó 90 expedientes. No obstante, ese día no hubo cuórum para celebrar la sesión.
El mandatario lo intentó de nuevo este jueves 29 de mayo, aprovechando que es un día de baja asistencia. Limpió la agenda legislativa tres horas antes de que empezara la sesión.
Los números no le daban a la oposición. Solo había 40 diputados en el plenario y los ocho oficialistas están en contra del resello. El plan no cuenta con el respaldo de los ocho oficialistas, seis de Nueva República, dos del PUSC y al menos dos del PLN. Esto deja solo 39 votos posibles.
No obstante, la oposición hizo una contrajugada.
Según relató el periodista legislativo de La Nación, Aarón Sequeira, el Reglamento legislativo establece que un veto presidencial debe discutirse en la primera parte de la sesión del plenario, es decir, entre las 3 p. m. y las 4 p. m. Si antes de esa hora no se ha empezado a discutir, ya no puede iniciarse el debate, porque la segunda parte es para proyectos en primer o segundo debate.
Conscientes de la estrategia, procedieron a hacer uso de la palabra Gilberto Campos, del PLP, y el independiente Gilberth Jiménez, quien recientemente se separó del PLN. Era evidente su intención, pues se refirieron a una moción de orden para sesionar de forma extraordinaria el jueves 12 de junio. Además, se saludaron mutuamente apenas terminaron de hablar.
Asimismo, ocho minutos antes de las 4 p. m., la jefa interina del Partido Liberación Nacional (PLN), Alejandra Larios, pidió un receso de 10 minutos, lo que permitió agotar la primera hora. Cuando la jefa oficialista, Pilar Cisneros, se dio cuenta de la contrajugada, ya era demasiado tarde. Como no había más proyectos en la agenda legislativa, se procedió a levantar la moción.
Lo sucedido desató la molestia de Cisneros, quien reunió a sus diputados y acusó a la oposición de no querer trabajar.

Lo cierto es que este juego del gato y el ratón impide que avancen otros proyectos, como el de eurobonos, que tenía posibilidades de ser aprobado el mismo jueves. Así sucede, en parte, porque al Poder Ejecutivo le cuesta negociar.
Aún quedan dos meses de sesiones extraordinarias. Veremos si el presidente sigue intentando enterrar el plan, o bien, si los opositores reúnen los 38 votos necesarios para convertir en ley el proyecto de vuelos baratos hacia los países vecinos.
Otra opción es que la oposición trate de soportar dos meses antes de que se reinicien las sesiones ordinarias. Con el control de la agenda, los diputados tendrían más margen de negociar entre ellos para resellar el plan.