El río Desagüe, situado en las faldas del volcán Poás, se tiñó de gris debido a la intensa caída de ceniza en los últimos días.
Habitualmente conocido por su color azul vibrante, en videos captados por La Nación este miércoles se observa una corriente que se asemeja a cemento líquido fluyendo a través de la naturaleza circundante.
La actividad volcánica en el Poás comenzó en enero de forma leve. Sin embargo, en marzo se intensificó y desató una serie de erupciones de ceniza y material piroclástico que llegaron a su punto máximo el día 29 de ese mes, cuando el coloso lanzó una columna de ceniza que alcanzó los 1.000 metros de altura.
El pasado 21 de abril, una explosión de gran magnitud fue visible desde diversas comunidades del Valle Central. El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) reportó el evento a las 2:14 p. m., con una columna eruptiva que alcanzó los 4 kilómetros de altura.
Aunque no se registraron sismos previos, durante la tarde se reportó caída de ceniza en Sarchí, Grecia y Poás, debido al desplazamiento del viento hacia el suroeste del cráter. Imágenes compartidas en redes sociales mostraron capas del material volcánico sobre carreteras, vehículos y viviendas.
Asimismo, se observó un cambio en la tonalidad de la nube eruptiva, que pasó de negra a blanca, cubriendo densamente algunas zonas, además de generar un fuerte olor a azufre.
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Este miércoles, se produjo el segundo evento relevante del macizo en menos de 72 horas, con una potente erupción registrada a las 5:29 a. m., cuya pluma alcanzó al menos 3.500 metros sobre el cráter.
Más tarde, a las 7:44 a. m., ocurrió una explosión de menor intensidad que generó otra nube de ceniza de aproximadamente un kilómetro de altura.
Ante la creciente actividad del macizo, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) elevó a alerta roja el nivel de vigilancia en el Parque Nacional Volcán Poás, el cual fue cerrado de forma preventiva e indefinida desde el 26 de marzo.
La medida de la CNE fue adoptada tras una evaluación técnica que identificó una intensa emisión de ceniza, gases y fragmentos de roca (bloques balísticos), elementos que representan un riesgo directo para visitantes y personal del parque.
“Se declara alerta máxima en todas las áreas del Parque Nacional Poás. Además, se aumenta el nivel de alerta en siete cantones”, comunicó la CNE.