Una vez más, Mario Zaldivar, escritor e investigador de nuestra música popular, nos brinda otra de sus magníficas obras. El acucioso, insistente y prolífico escritor, licenciado en Administración Pública y con maestría en la misma especialidad, aumenta su abundante historial con una contundente investigación sobre la vida de la vocalista costarricense Julia Cortés.
Es muy probable que varios lectores de estas páginas dominicales tengan algún tipo de remembranza respecto a Julita, como también es muy posible que haya quienes no. En ese caso, para los unos y los otros, el libro Julita Cortés (Lara Segura y Asociados. 2024) les sorprenderá por varias razones. Vamos a hurgar en algunas de ellas que nos permitirán corroborar la trascendencia del escrito.
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Julita y Los Machucambos
Qué palabra más fogosa, exótica y algo insolente es esta de machucambo. En plural, incluso, –me parece– adquiere una elegancia ancestral derivada de alguna, ya desaparecida tribu amazónica colombiana o de esas geografías.
Ni lo uno ni lo otro ni lo demás, porque la verdad es que se trata de un equívoco. Los integrantes del trío Los Machucambos aplicaron mal el término y así se quedaron. Una graciosa anécdota que la reservo para quienes obtengan el libro.
Lo cierto y muy cierto es que este trío fue un rotundo éxito en Europa, algunos países de Oriente Medio e incluso Japón, allá en los lejanos años de las décadas 50, 60 y 70 del siglo pasado. Más de 30 millones de discos vendidos y más de 700 canciones grabadas avalan su fama y es solo un detalle. Su hit musical, una canción titulada Pepito, logró desbancar del número uno en las listas de popularidad europeas a The Beatles.
La voz principal del trío fue Julia Cortés, nieta del expresidente León Cortés y que, siendo adolescente, empezó a trabajar a partir de la segunda mitad de 1950 en algunas embajadas costarricenses en Europa. Hasta el día de hoy, esta mujer es la artista nacional de mayor éxito internacional que ha tenido nuestra historia musical popular. Nadie ha podido igualar sus triunfos y, en mi opinión, difícilmente alguien lo podrá hacer, al menos no en este momento.
El gran valor de este libro es la recuperación para la memoría nacional de su trayectoria, de sus experiencias, de sus propias opiniones, las de sus amigos y, especialmente, el texto escrito por su prima María Lourdes Cortés, catedrática de la Universidad de Costa Rica y ampliamente conocida en nuestra escena cultural, particularmente en el ámbito cinematográfico.
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María Lourdes autorizó al señor Zaldívar para incorporar, en su totalidad, un documento que ella escribió en el 2012 para la revista Herencia de la Universidad de Costa Rica sobre la carrera y vida personal de la cantante. Lo anterior, sumado a lo que aporta el autor del libro, brindan al lector una muy precisa semblanza de la vida, la extraordinaria vida, de una mujer y artista costarricense que no puede caer en el olvido. Este libro es, por lo tanto, la llave que nos permite comprender a cabalidad quién fue Julita Cortés, el trío Los Machucambos y a obtener una nítida pincelada del mundo de su tiempo.
Quiero agregar, en este punto, que recobrar de la historia estos pasajes es recuperarnos a nosotros mismos y, quizá, hasta salvar algo de nuestra maltrecha autoestima cultural.
El índice a gotas
La figura de Julita en la portada del libro, doblemente reproducida, me sugiere o, más bien, me recuerda lo que sentí la primera y única vez que pude conversar con ella. Fue gracias al entrañable Dionisio Cabal, quien fuera el responsable de los dos últimos conciertos de Julita y Los Machucambos ocurridos dichosamente en este país.
Cualquiera podría notar que se estaba frente a una persona íntegra y auténtica en su esencia, indisoluble a pesar de sus propios pesares. Ahora, en la portada, vestida como la pudieron ver y disfrutar sobre el escenario, miles y miles de personas en el viejo continente y más allá.
Justo después de los agradecimientos y la introducción entramos de lleno a una semblanza de su infancia y adolescencia. Preámbulo necesario para degustar uno de los puntos fuertes del libro. Me refiero al texto que su prima, María Lourdes, escribió para la revista Herencia (UCR 2012- ISBN 1659-0066). Gracias a estas revelaciones emitidas desde la confianza familiar llegamos a enterarnos de cosas que, en la anterior semblanza, no habría sido posible conocer.
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El texto de María Lourdes es de una bellísima y sincera honestidad que nos deja al borde del balcón más íntimo en el laberíntico hogar de vida de la cantante. En algunos tramos son confidencias tan personales, realizadas por la propia Julia, que obligan a una pausa para reflexionar o respirar profundo, quizás ambas. Gran aporte a esta obra y que no quedó solamente en eso, pues María Lourdes autorizó también la publicación de fotografías inéditas de la familia, de la artista y del trío.
El texto fue titulado desde su primera publicación La cantante de los pies descalzos, resaltando uno de los sellos escénicos de la artista como fue, precisamente, cantar, bailar y hablar siempre descalza. Un detalle que aumentó la celebridad del trío Los Machucambos, eso más el derroche de la brutal espontaneidad teatral de Julita solamente antecedida, casi tres décadas atrás, por la vedette afroamericana Josephine Baker quien se hiciera mundialmente famosa precisamente en esa misma ciudad de París.
Por supuesto que el peso musical del trío fue contundente y sumado al histrionismo de la Cortés produjeron este fenómeno musical que hizo que la memorable Brigitte Bardot expresara en algún momento: “¡J’aime Los Machucambos!”. Cuando el lector llegue a la altura de este apartado, recomiendo absolutamente buscar la música de ellos. Será el condimento perfecto para continuar.
El siguiente capítulo es un lujo necesario al que nos da acceso el Sr. Zaldívar. En varias unidades nos brinda un panorama muy preciso de la Francia musical en la que se nutrió, creció y evolucionó Julita Cortés. Todo el repertorio del trío está construido en los referentes culturales más inmediatos y de gran resonancia social: la fragmentada identidad del mundo de postguerra, los turbulentos y revolucionarios años 60, el desenfado juvenil y la militancia política de los años 70. La música y las canciones fueron los catalizadores más inmediatos en un mundo que apenas se reconstruye y rápidamente se fragmenta, dando paso al poder de la identidad cultural. Latinoamérica ganó en Europa todos los espacios y Los Machucambos fueron, en gran medida, grandes responsables de ello.
En Costa Rica, el ser humano y en Latinoamérica, la artista
El libro continúa con tres capítulos dedicados, el primero, al retorno a la patria, seguido de una breve disección a su intensa personalidad.
Después de las revelaciones obtenidas del texto de María Lourdes Cortés, las siguientes páginas, sin necesidad de profundizar en la sicología de su comportamiento, se encargan de enfatizar en, y cito textualmente al autor, …”esa ansiedad existencial de Julia Cortés que alimentó el fuego sagrado que todo artista vierte en un momento determinado... ese misterioso magma en que se cuece el auténtico valor de cada artista; ahí donde reside uno de los elementos más importantes de la personalidad de cada quien”. Y así como con Julia nunca hubo “medias tintas”, en el contenido de esta obra tampoco. Todo se dice y todo se revela tal cual.
Concluye este tríptico con una muy puntual referencia al mundo musical latinoamericano que rodeó la fogosa carrera de la costarricense y así dar paso a una sección que servirá de guía para quienes quieran escuchar las canciones ícono del trío más una reseña histórica o anecdótica de cada una de ellas. Debo reconocer que esta especie de curaduría realizada por Zaldívar no pudo ser más acertada y es, en sí misma, un delicioso y entretenido recorrido por el repertorio latinoamericano y mundial.
Llegamos así a los anexos y nos topamos con dos secciones que solamente un conocedor e investigador de la Costa Rica musical de esas décadas puede brindar. Zaldívar nos obsequia una entrevista realizada por él a la propia Julita en el 2001 en su casa ubicada en Escazú y luego, a manera de complemento histórico rehabilitador, un listado de los artistas musicales costarricenses que desarrollaron carrera en el extranjero, algunos compañeros de generación de la Cortés, y así obtenemos, finalmente, un resumen total del mundo de su tiempo, la panorámica que nos permite recordar la cantidad de ilustres y talentosos músicos y cantantes que hemos tenido y que tristemente hemos olvidado.
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Todo el libro viene acompañado de una impresionante colección de fotografías que avalan cada palabra escrita, todo momento vivido y, una a una, las lágrimas y sonrisas que brotaron de Julita Cortés durante su vida.
Epílogo
Mario Zaldívar obtiene, en mi opinión, una de sus mejores obras biográficas con este libro. Suman ya más de 10 publicaciones y todas con el propósito de documentar la vida y obra de ilustres artistas de la música popular. Una colección de textos cuyo “resultado es un canto general donde héroes disimulados u olvidados del todo emergen con nueva fuerza… para colocarse como monumentos en el lugar de gigantes que les corresponde y que no han recibido el tratamiento laudatorio del Estado”, tal y como lo escribió el periodista Carlos Morales –artículo publicado por el Semanario Universidad, 15 de noviembre del 2023– dedicado a dos publicaciones sobre Mario Chacón (2022) y Ricardo Mora (2024).
Cuesta creer que la mayoría de esta obra se ha concluido sin el apoyo de algún ministerio o empresa privada. Con sus propios fondos, el autor ha construido este legado fundamental en la historia de nuestra cultura popular. Incluso, en una confesión hecha por el propio escritor, nunca fue atendido por instituciones que la lógica impone su participación, tal es el caso de la Asociación de Compositores y Autores Costarricenses (ACAM) o de la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes (AIE). Un contrasentido realmente absurdo, típico de una sociedad que pierde su identidad a pasos agigantados en función de un espíritu de consumo libre.
Esta indiferencia podría solventarse, en el caso de ACAM o AIE siendo las entidades involucradas en el único evento que reconoce a toda la producción musical nacional, creando un reconocimiento a los artistas de gran proyección internacional con el nombre de Julita Cortés. Una manera simple y constante de recordar una trayectoria artística extraordinaria. Una deuda moral que en gran medida ya ha sido subsanada con este libro.
¿Dónde conseguir el libro Julita Cortés?
Para obtener el libro Julita Cortés, puede ponerse en contacto con don Mario Zaldivar al teléfono 8921-7025.