EscucharEn Costa Rica podemos decir que el Coro Sinfónico Nacional de Costa Rica (CSNCR) ha desempeñado un papel crucial en la sociedad, tanto por su modelo de voluntariado como por su significativo aporte artístico y cultural desde su fundación, hace 50 años.
La historia del mismo nos lleva a sus inicios en 1974, justamente un tiempo después de aquella famosa restructuración de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica (OSNCR) que iba a profesionalizar la ejecución musical en nuestro país. La visión fue de crear un ensamble vocal que viniese a complementar la labor de la OSNCR y, por ende, a difundir y fortalecer las artes musicales desde el Ministerio de Cultura y Juventud.
Desde aquel momento histórico, he considerado al CSNCR como una muestra del impacto de la educación y el patriotismo llevado a la sociedad mediante un modelo de voluntariado dentro de las artes. El modelo permite que amantes al canto, así como algunos profesionales de diversas edades y profesiones, se integren a la agrupación, trabajando tres veces a la semana en repertorio que luego será ejecutado junto a la Orquesta en giras nacionales e internacionales o en inmemorables participaciones junto a montajes de la Compañía Lírica Nacional.
Considero que bajo este modelo, el país ha logrado democratizar el acceso a la música coral, llevando el talento y pasión por la música de sus integrantes a lograr participar en producciones de alto nivel, sin la barrera económica que podría representar una carrera musical profesional.
El voluntariado fomenta un sentido de comunidad, de perseverancia y pertenencia entre sus miembros. Este grupo de costarricenses y extranjeros que han sido parte del Coro contribuyen desinteresadamente no solo con su tiempo y habilidades, sino también con un compromiso hacia la cultura nacional, lo que fortalece el tejido social y promueve valores como la cooperación, la disciplina y la dedicación.
Finalizo manifestando que el CSN es una institución clave en la preservación y difusión del repertorio coral sinfónico, en la misión del Centro Nacional de la Música del MCJ, ya que continúa trabajando anualmente en programar la interpretación de obras maestras de la música clásica, así como la promoción de compositores costarricenses y latinoamericanos. Su labor asegura que este patrimonio cultural sea accesible a las generaciones presentes y futuras, donde su modelo deberá ir perfilándose a los nuevos tiempos para seguir siendo un potenciador del desarrollo social.
Muchas gracias a sus directores musicales, pianistas acompañantes y administrativos, con un sentimiento especial a todos los hombres y mujeres que con su tiempo, dedicación y amor por las artes, han logrado que el país celebre hoy este cincuenta aniversario del Coro Sinfónico Nacional de Costa Rica.
El autor de este artículo es músico, ex Director del Centro Nacional de la Música, del Centro Cultural Costarricense-Norteamericano, y profesor de gestión cultural de la Universidad de Costa Rica.
