
El análisis de 48 proyectos desarrollados por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) entre el 1.° de enero del 2013 y el 30 de marzo del 2019, periodo en que azotaron al país el huracán Otto y la tormenta tropical Nate, reveló una serie de incumplimientos y un llamado de atención por parte de la Contraloría General de la República.
Los proyectos analizados en la auditoría están en 21 cantones y comprenden obras como reparación de carreteras, puentes, estabilizaciones, construcción de aceras y estructuras de protección, las cuales estuvieron a cargo de la CNE y 20 unidades ejecutoras.
Según la Contraloría, se reconstruyeron 48 obras sin mecanismos que permitieran asegurar su calidad y oportunidad.
De igual manera, en 11 proyectos el costo final de las obras aumentó en promedio un 44% con respecto a lo reservado en el Fondo Nacional de Emergencias.
El informe añade que esas variaciones ascienden a más de ¢4.922 millones, “recursos que, por ejemplo, pudieron haberse destinado a la reconstrucción de cinco puentes de 60 metros, 15 carreteras de 5 kilómetros o la rehabilitación de 38 caminos de aproximadamente 4,5 kilómetros”.
Se determinó que 42 proyectos tardaron en promedio 7,8 meses más de lo previsto y en 27 proyectos hubo órdenes de modificación por asuntos previsibles, tales como efecto de lluvias, materiales no incluidos y parámetros de diseño.
El informe revela que ninguno de los proyectos de reconstrucción cuenta con mecanismos que permitan la medición del desempeño. “A ello se suma el uso incorrecto del cuaderno de bitácora en 47 casos, la ausencia de informes de inspección de la unidad ejecutora en 12 de ellos, y dos recepciones de obra sin sujetarse a los términos de contratación”, agrega.
A manera de ejemplo, indica que en la reconstrucción de la ruta cantonal de aproximadamente 2,2 kilómetros entre Sarchí norte y Bajos del Toro, Alajuela, el costo ha aumentado en cerca de ¢2.000 millones, mientras que el costo inicial que fue estimado de ¢260 millones. Esa obra lleva más de seis años en ejecución.
Los criterios de auditoría fueron presentados el 12 de junio del 2019 a las autoridades de la CNE y este martes el documento fue remitido a los medios.
Se trata de un informe acerca de la eficacia y eficiencia de las obras de reconstrucción a cargo de la CNE.
CNE modifica modelos de control
El presidente Ejecutivo de la CNE, Alexánder Solís, afirmó que la auditoría de la CNE tomó una muestra de ocho proyectos que tiene en investigación avanzada, para determinar y validar porqué hubo un aumento tan grande en los costos.
El funcionario aclaró que la totalidad de proyectos analizados por la Contraloría son de las dos administraciones previas a la suya.
Para reforzar el modelo de fiscalización, Solís nombró una persona que trabaja directamente con él y se encarga de acompañar los procesos de construcción.
"Incorporamos profesionales en gestión y manejo de proyectos con especialidad en riesgo de desastres, así como un equipo de abogados y documentalistas, porque no se llevaba un control preciso del avance en los diferentes estados y los parámetros con que se estaban evaluando los proyectos”, dijo.
Afirmó que hubo procesos previos a su gestión que no se siguieron adecuadamente. “Por eso tomamos con buenos ojos el informe de la Contraloría, pues nos va a permitir reforzar el modelo que ya de por sí veníamos modificando, como parte de las medidas de control”.
Sobre los atrasos en muchos trabajos, indicó que a veces las lluvias son extremas e imprevisibles, lo que implica sacar la maquinaria o que surjan daños en proyectos que apenas se estaban recuperando.
“Después de una tormenta como Nate (4 de octubre del 2017), las lluvias son tan fuertes que muchas veces se torna imposible prevenir cuál va a ser el comportamiento de los cauces. La inestabilidad que se genera en las partes altas de la cuenca después de una tormenta como Nate hace imposible prevenir flujos de lodo y materiales, lo que puede incidir en los plazos”, sostuvo.
De todos modos, manifestó que la auditoría interna está analizando si los atrasos y el impacto a la Hacienda Pública se debieron a esas situaciones o no.
Sobre las obras de reconstrucción por los daños que causó el huracán Otto (24 de noviembre del 2016), afirmó que, por la urgencia, se usó un sistema que incluyó estudios, diseño y construcción en un solo proyecto, lo que luego redundó en replanteamientos de costos y plazos durante la ejecución.
“Es imposible pensar que sin los estudios básicos se puede realizar un diseño adecuado y mucho menos hacer una construcción efectiva en términos de plazo y condiciones ambientales”, dijo.
Afirmó que actualmente solo se trabaja con el modelo de estudios básicos y luego se aprueba el diseño y construcción, de modo que los imprevistos tienden a disminuir, “tal y como lo pide la Contraloría para mejorar la gestión y se ha avanzado en un 60%”, puntualizó Solís.