Nunca se imaginó pasar de una persona que no le atraía para nada cocinar y mucho menos en una parrilla, a ser hoy un súper apasionado y experto parrillero. Eso sí, desde su infancia le gustaba participar en las parrilladas de su tío y de otros familiares con los que compartía y generaba recuerdos alrededor del fuego.
Esta es una de las vivencias de David León Zúñiga, quien por sus responsabilidades de tipo laboral se vio, por decirlo de alguna manera, casi obligado a meterse dentro del mundo parrillero, con el objetivo de abrirle este bello mundo de las parrillas a los clientes y amigos para que descubran esos linderos del humo, las brasas, el ahumado y el buen sabor.
Todo empezó en el 2012 cuando ya ocupaba la gerencia de J y G, empresa distribuidora de equipo agrícola en el área de jardinería. En este año, a esta compañía se le otorgó la representación exclusiva en Costa Rica de las parrillas y accesorios de Char-Broil. Recuerda que la primera parrilla Char-Broil que llegó a Costa Rica le tocó armarla y probarla, así como conocer el funcionamiento de cada una de sus piezas, por lo que no tuvo otra escapatoria que tirarse al agua en la preparación de alimentos. De pronto se vio totalmente inmerso en el mundo parrillero hasta convertirse en un gran apasionado de este método de cocción.
Por cierto, esa primera parrilla la adquirió para su uso personal. Desde entonces, no se perdía ningún curso parrillero. “Iba a todos los cursos parrilleros que había, asistía a cursos en casas para aprender y nos sentábamos en la acera o en un caño para ver a los expertos cocinando”, recuerda con gran emoción.
Sus grandes mentores fueron, entre muchos otros, Mauricio Beeche y Rodrigo Madrigal (q. d. D.g.), considerados como los grandes maestros parrilleros de Costa Rica. Con ellos aprendió las técnicas, los trucos y los secretos que se requieren para hacer el mejor uso de los diferentes tipos de parrilla (gas, eléctrica, carbón y la infrarroja).
Como parte de sus funciones en J y G, viajó a Atlanta, donde la familia Bradley fundó, en 1948, la marca Char-Broil, en un pueblito militar conocido como Columbus. Aquí ha estado en cursos de inducción y estas experiencias le han servido para cambiar su concepción del uso de la parrilla. “Regresé a Costa Rica convencido hasta el día de hoy, que una parrilla debe ser para el diario vivir y no para ocasiones perdidas y además que no es solo para cocinar carne, sino para crear experiencias y compartir alrededor del fuego”, comentó.
Además, este curso fue algo mágico, pues se enamoró más de la parrilla. Esto le permite tener más propiedad para ayudar a los clientes para que también se apasionen por ella.
Antes se pensaba que la parrilla solo era para poner unos trozos de carnes y pare de contar, pero esa idea es cosa del pasado. Uno puede cocinar de todo y por eso, es que puede usarse en múltiples ocasiones
— asegura este integrante de la nueva camada de maestros parrilleros ticos.
De psicólogo a parrillero
Distintos proyectos de graduación para obtener varios grados académicos en psicología clínica no fueron suficientes para dedicarse a esta carrera.
Optó por un enfoque más empresarial con una maestría en Psicología Industrial, una especialización en Planificación Estratégica y otra del prestigioso Instituto Centroamericano de Administración de Empresa (INCAE) y el McDonough School of Business de Georgetown USA, en Gerencia de Recursos Humanos. Estas lo acercaron al mundo de los negocios, específicamente a la empresa J y G, donde como gerente, es la voz oficial de la marca Char-Broil en Costa Rica.
Este bagaje académico ha convertido a David en una persona muy exigente en su trabajo y en un investigador nato. Por ejemplo, recuerda cuando en los primeros cursos de parrillas se hablaba de la salmuera para mantener las carnes, esto lo indujo a buscar qué es eso desde el punto de vista químico.
Además, se ha involucrado de lleno con ganaderos como Eduardo Arrata, de la cámara de Ganaderos de Liberia y con personal de la Corporación Ganadera (CORFOGA), para conocer de razas bovinas, cómo se cría una res, alimentación, qué tipos de cuidados debe tener, cómo se transporta hasta al matadero sin estrés y cómo se destaza. Lo anterior, dice David, ha sido un proceso para entender las diversas variables que afectan la calidad de la carne y buscar un mejor resultado a la hora de la cocción y de su consumo, así como poder ayudar a las personas a conocer de manera simple y cotidiana de esto.
Sin duda este tipo de investigación le ha permitido a este vecino de Montelimar de Goicoechea, convertirse en un experto y hasta ser jurado con jueces internaciones como Jorge Rausch y Poncho Cadena en varias competencias parrilleras.