La alimentación en los hogares ha cambiado en los últimos años. Actualmente se buscan alimentos con menos preparación, es decir alimentos procesados que en su mayoría son altos en azúcar, grasa y sodio. Sin embargo, poco a poco se ha hecho conciencia sobre la creación de buenos hábitos alimentarios desde pequeñas edades.
Una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para el estado de salud de los niños, y determinante para un correcto funcionamiento del organismo, buen crecimiento, una óptima capacidad de aprendizaje, comunicarse, pensar, socializar y adaptarse a nuevos ambientes y personas, un correcto desarrollo psicomotor y en definitiva para la prevención de factores de riesgo que influyen en la aparición de algunas enfermedades.
Los últimos datos se obtienen del Censo de Peso y Talla de 2016, en donde se determinó que el 34% de la población de entre 6 a 12 años en el país sufren de sobrepeso y obesidad y según la Encuesta Nacional de Nutrición y el Censo Escolar de Peso/Talla 2008 el aumento del sobrepeso y la obesidad ha sido de un 12.6% en los niños de de entre 6 a 12 años en tan solo 8 años, cifras alarmantes, esto a raíz de la falta de actividad física o movimiento y al incremento en el consumo de alimentos altos en azúcar o grasa.
Adicionalmente, una evaluación del estado nutricional de 119.754 niños y niñas, realizada por la dirección del CEN-CINAI en el 2019, reveló que un 13,6% de esa población infantil presenta malnutrición, un 6,7% sobrepeso y obesidad y un 6,9% desnutrición.
Realmente como padres debemos enfocarnos más en la calidad de alimentos que le estamos ofreciendo a nuestros hijos y no tanto en el peso. Por supuesto el peso es un indicador importante; sin embargo, pesar a nuestros hijos puede traer consecuencias a corto, mediano o largo plazo, por ejemplo: trastornos de la conducta alimentaria o relación no sana con la comida, además la nutrición va de la mano con la actividad física y es importante que, como adultos, seamos capaces de presentarles esto como un juego y como algo divertido. Podemos andar en bici con ellos, pasear a los perros, bailar, caminar, jugar fútbol o cualquier actividad al aire libre, así sus cuerpos dejarán de lado el sedentarismo y adoptarán la cultura del movimiento.
— Dra. Katherine Asch Paniagua, Nutricionista y Profesora de la carrera de Nutrición ULATINA
Además la Dra. Asch, indica que los principales consejos para que los niños tengan una dieta sana y variada son:
- Ser el mejor ejemplo para ellos: si como padres se tiene una alimentación saludable, posiblemente ellos también la tendrán.
- Ofrecer todos los días frutas, vegetales, alimentos frescos.
- Evitar obligarlos o presionarlos a comer.
- Nunca premiar o castigar con la comida.
- Incluir a los niños en la planificación, compra y preparación de alimentos.
- Comer en familia al menos 1 tiempo de comida.
- Ofrecer los alimentos de manera colorida y divertida.
- No hablar del peso con ellos.
- Nunca poner a un niño a dieta.
- Mantener una estructura de los tiempos de comida y sueño.
- Comer siempre en al mesa y sin tecnología.
- En en los primeros 24 meses de los hijos es recomendable no ofrecer constantemente bebidas azucaradas, dulces, chocolates, postres.
- Ver la actividad física como un juego y como algo divertido.
Es importante que los padres de familia se enfoquen en en ofrecerle a sus hijos la mejor calidad de comida de una manera sana, sin obsesiones u obligaciones. Ofrecer esos alimentos de manera natural y divertida.
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