Varios acontecimientos trascendentales se alinearán durante los primeros cinco meses del 2022 para la toma de decisiones. Durante ese breve pero intenso período, viviremos unos comicios en febrero, una casi segura segunda ronda electoral en abril y el arranque de una nueva administración en mayo.
Si la vacunación avanza lo suficiente y la variante ómicron lo permite, en enero comenzará una fase de mayor apertura para el comercio y las actividades masivas y académicas.
En febrero, expira el plazo concedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para aprobar la agenda de ajuste fiscal a cambio de un crédito por $1.778 millones para aliviar las finanzas públicas (el país ya recibió el primer desembolso por $293,5 millones).
No cabe duda de que el 2022 llega con la cancha marcada e investido de grandes expectativas, porque los acontecimientos que se avecinan incidirán directamente en nuestro futuro próximo y lejano.
Todos tendremos una cuota de responsabilidad en la toma de decisiones. En las urnas, por ejemplo, la voluntad mayoritaria decidirá quiénes serán nuestro próximo gobernante o próxima gobernante y diputados.
Del mismo modo, seguirá dependiendo de la disciplina ciudadana y de la actuación oportuna de las autoridades el éxito o fracaso de las medidas para mitigar el impacto de la pandemia y abrir la economía.
A los actuales congresistas les tocará definir la suerte de la agenda del FMI, así como de otros proyectos vitales que la nueva administración requerirá para impulsar la reactivación.
Por su parte, quien gane las elecciones deberá conformar un gabinete a la altura de las circunstancias, pues, como nunca antes, será exigido para que cumpla sus promesas de campaña.
Quien nos gobierne deberá también definir muy bien las primeras medidas que tomará a partir de mayo para dar señales de confianza y concertar con la oposición, sí o sí, una agenda de proyectos urgentes.
A pocas horas de que caiga la última hoja del almanaque de este año, el 2022 debe estar muy nervioso esperando que llegue el 1.° de enero, a sabiendas de todo lo que le espera.
Serán cinco meses abrumadores, pero también fundamentales para marcar el derrotero de nuestra generación y de las venideras. Ojalá todos tomemos las mejores decisiones. Feliz Año Nuevo.
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