
Los altibajos de la pandemia también impactaron el precio de los combustibles. Por si no ha sacado la cuenta, llenar el tanque de su carro se encareció en los últimos nueve meses ¢8.955, si es de 45 litros, pero si es de 60, usted ahora paga ¢11.940 más que en diciembre de 2020.
Inicialmente, la emergencia sanitaria por la covid-19 provocó en el mundo una caída en los precios de los combustibles, aunque en Costa Rica hubo razones por las cuales esas bajas se percibieron menos. Luego, con la aplicación de las vacunas, la gente salió más de las casas y por lo tanto la demanda de gasolinas y diésel aumentó, y con ella, los precios.
De ahí que para agosto de 2021, la gasolina súper sume ¢199 más por cada litro, y ¢198, en el caso de la regular.
El comportamiento del precio del diésel en el país es un tanto diferente al de las gasolinas, pero igual que esos carburantes, también aumentó. En este caso, el diésel registró un incremento de ¢240 por litro, pero considerados no en los últimos nueve meses, sino en 15 meses, contados desde junio del 2020, cuando tuvo su costo más bajo, según datos de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Desde el 2020 hasta la fecha, la pandemia ha sido el factor determinante: el confinamiento, el inicio de la vacunación y la aparición de variantes agresivas del virus causante de la enfermedad han tenido efectos en el precio.
Otro elemento clave ha sido la devaluación del colón frente al dólar. El tipo de cambio pasó de ¢617,30 a enero de este año a ¢629,95 este lunes, según el Banco Central de Costa Rica.
Esa diferencia de ¢12,65 influyó en el cálculo de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) al ajustar los precios locales pues todos los hidrocarburos importados se adquieren en el extranjero en moneda estadounidense.
“En lo que respecta al comportamiento del precio de los combustibles en nuestro país, hay que tener presente que el precio final para los consumidores es fijado por la evolución de diversas variables”, confirmó Mario Mora, Intendente de Energía de la Aresep en alusión al precio externo en el mercado de carburantes y al tipo de cambio.
Primeros efectos
Los primeros efectos de la pandemia en los precios de los combustibles en el país aparecieron en febrero del año pasado, cuando Recope solicitó rebajar ¢40 al litro de ambas gasolinas y ¢63 en el diésel debido a una menor demanda de petróleo en China por el impacto del nuevo coronavirus, que en el resto del mundo ya confinaba a las personas en sus hogares para evitar contagios.
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“Para este país asiático, las repercusiones en su economía han sido muy serias causando gran preocupación a nivel mundial. La producción interna cayó de forma estrepitosa debido a las medidas en el país para aislar a la población y detener la expansión del virus, así como la cancelación de vuelos locales e internacionales”, indicó entonces la Refinadora.
La crisis sanitaria provocó una nueva rebaja el 28 de marzo de 2020, la cual dejó los precios del litro de súper en ¢580, de regular en ¢555 y el diésel en ¢498.
Los precios internacionales de estos derivados continuaron a la baja pero sin trasladarse a todos los consumidores en Costa Rica a partir de abril del 2020, debido a la búsqueda de recursos para el bono Proteger, creado por el Gobierno para ayudar a familias afectadas por la reducción de jornadas laborales o suspensión de contratos.
La “Ley de protección a las personas trabajadoras” que instauró esa ayuda ordenó mantener fijo el precio local de la gasolina súper y regular de modo que, cuando bajara su costo internacional, la diferencia se guardaría para alimentar estos subsidios estatales.
Así, entre abril y julio del 2020, solo bajó el precio del diésel el cual llegó a perder ¢106 en ese lapso de cuatro meses antes de empezar una tendencia al alza que cambió su precio de ¢358 en junio del año pasado a ¢598 a mitad de agosto del 2021; un repunte de 50% equivalente a ¢240.
Esa subida en el diésel arrancó a finales de julio del 2020 cuando Recope solicitó un alza debido al incremento en el mercado internacional, alimentada por una lenta recuperación de la demanda de petróleo y sus derivados conforme se restablecía la actividad industrial y de manufactura de China y la reactivación de actividades económicas en otras economías del mundo.
Subidas casi sin pausa
Desde la declaratoria de la pandemia en marzo del 2020, los usuarios de hidrocarburos han tenido alzas en forma sostenida
FUENTE: ARESEP || ÉDGAR JIMÉNEZ Y JUAN F. LARA / LA NACIÓN.
Pausa y luego alzas
Los precios en Costa Rica tuvieron una nueva baja entre octubre y noviembre debido al surgimiento de una cepa de coronavirus en el Reino Unido, la cual provocó restricciones de desplazamientos y viajes en Europa y temores de medidas similares en otras partes del mundo. Esto contrajo la demanda en el mercado externo.
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Sin embargo, a partir de diciembre del 2020, los precios nacionales comenzaron la tendencia al alza debido a la aplicación de la primera vacuna contra la covid-19. Esto ocurrió el 8 de diciembre del 2020 en Reino Unido, que empezó a administrar el fármaco de Pfizer/BioNTech como parte de un programa de vacunación masiva.
La expectativa de otros programas de vacunación en Estados Unidos y países europeos con ese medicamento impulsó la demanda mundial de petróleo y derivados nuevamente.
Así es como el litro de gasolina súper agregó ¢199 a su valor, el cual pasó de ¢552 a inicios de diciembre a ¢751 a mediados de agosto de este año. En el mismo lapso, el precio en la regular agregó ¢198.
Los usuarios en el país percibieron dos rebajas entre agosto y setiembre que redujeron ¢18 el litro de gasolina súper y de ¢12 en regular y otra de ¢3 para el diésel que, en setiembre, volvió a subir ¢7 para una diferencia en los últimos dos meses en ¢4 del favor del usuario.
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Hoy, el litro de gasolina súper cuesta ¢734, el de regular ¢715 y el diésel ¢596.
“Todos los aumentos a la fecha han sido por aumentos en el mercado de precios externos y la devaluación del colón frente al dólar, básicamente eso lo explica. En el caso de la devaluación, se aprecia más durante este año”, expresó Carlos Montenegro, director ejecutivo de la Cámara de Industrias de Costa Rica, un sector que hace uso intensivo de energía en algunos de sus procesos.