
Un grupo de 36 enfermos de covid-19 fue trasladado en ambulancia desde hospitales regionales, la semana del 9 de agosto.
En tres diferentes caravanas, los pacientes viajaron de Nicoya, en Guanacaste, y San Carlos, en Alajuela, hasta hospitales de la Gran Área Metropolitana (GAM).
Esta imagen de ambulancias en fila podrían ser el preámbulo de lo que se espera en esta nueva ola pandémica, con el agravante de que circula en Costa Rica la variante delta del SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19.
Marco Vargas, director del Centro Especializado en Atención de Enfermos Covid (Ceaco), describe en el podcast ‘Reporteras de covid’ la necesidad de desahogo que hay actualmente en los hospitales regionales.
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“Es aquí, además, donde hacemos un llamado a todas las personas: ¡por favor, acudan a vacunarse! Usted no quiere estar en una caravana de estas”, dijo el médico.
Actualmente, hay más de 1.000 personas internadas, la gran mayoria en hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). De esa cantidad, 420 permanecían en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), según datos al miércoles 18 de agosto.
En un hospital como el de San Carlos, un 70% de quienes necesitan cuidados hospitalarios son personas que no se han vacunado, a pesar de que en ese cantón alajuelense han dispuesto de todas las facilidades para tener acceso a la vacuna.
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La pandemia no solo tiene un efecto sanitario, que se mide en la cantidad de enfermos en los hospitales y el tratamiento de sus secuelas, incluido enfrentar la muerte.
La covid-19 ha desencadenado una sindemia con múltiples efectos en otros escenarios, principalmente, el económico. La vacuna, entonces, no es solo para proteger la salud física, sino también el empleo, la educación y las finanzas del país.
¿Quiénes están dispuestos a viajar en esa caravana?