
“Los niños y las niñas de las escuelas costarricenses están subsidiando el sobreprecio en el arroz, en contratos que esconden ese subsidio a favor de cuatro agroindustriales y eso está afectando claramente el presupuesto de los más vulnerables en este país”.
Esta es la principal conclusión que el economista e investigador de la Universidad Nacional (UNA), Leiner Vargas, expuso el pasado jueves a los diputados de la Comisión para el Control del Ingreso y el Gasto Públicos.
Vargas realizó un estudio sobre las compras del Programa de Abastecimiento Institucional (PAI) del Consejo Nacional de Producción (CNP), en el marco de la ruta del arroz promovida por el presidente Rodrigo Chaves.
El académico sostuvo que los perdedores por los sobreprecios que el PAI está pagando son los comedores escolares, las instituciones públicas que compran el arroz, los hospitales y los centros penitenciarios.
Indicó que los ganadores ni siquiera son los productores del arroz, a quienes solo les llega un porcentaje mínimo del sobreprecio pagado, sino cuatro grandes agroindustriales a cuyas arcas llega el 60% de ese sobreprecio.
De acuerdo con el economista, asociado al Centro Internacional de Política Económica (Cinpe) y coordinador del área de Regulación y Políticas Públicas de ese centro universitario, no hay diferencia nutricional entre el arroz de calidad 80% grano entero y el de calidad 95%.
No obstante, en algún momento se obligó a que las compras a través del PAI se hagan con el arroz de grano 95% y hasta 99% entero, lo que ha implicado precios 40% mayores, sin ningún sustento.
Eso significa, según denunció Vargas, que los comedores paguen por el arroz que consumen los escolares y colegiales casi el doble de lo que se paga por un kilogramo de arroz en la calle.
Por ejemplo, un kilogramo de arroz de 95% se puede encontrar en la calle a ¢797, mientras que a través del PAI cuesta hasta ¢1.119.
Este sobreprecio causa que los escolares y colegiales tengan menor margen de consumir proteína y otros alimentos requeridos según su esquema nutricional, por estar pagando un precio más caro en un alimento base del plato.
¿Por qué el arroz está más caro?
Leiner Vargas explicó que el CNP y cuatro agroindustriales firmaron contratos en que se afirma que se paga granza nacional (arroz con cáscara) proveniente de pequeños y medianos productores a ¢27.200 el saco de 46 kilos y que se pagaría a las industrias dicha granza a ¢33.000, incluyendo servicios de almacenamiento, secado y pilado.
“El CNP contrató servicios a los agroindustriales que no son el objetivo ni beneficiarios de la ley del PAI en forma directa, y sin considerar un modelo de costos razonable. Tampoco realizó un proceso de licitación pública que garantizara el mejor proveedor en costos y servicio, según dicta la ley”, argumentó el economista.
Sostuvo que la ruta del arroz del presidente Rodrigo Chaves es culpable de este sobreprecio porque obligó a las instituciones a dejar de comprar arroz 80% grano entero (conocido como 80/20) y, en su lugar, comprar calidades superiores a 90% de grano entero, beneficiando sus ingresos y generando un sobreprecio de compra a los contratos hechos con industriales.
Adicionalmente, los industriales se dejan los subproductos del pilado del arroz, que son la semolina, la puntilla y la cascarilla, que tienen valor.
“Se liquida la granza por adelantado a los industriales y luego se les compra el arroz a categorías distintas a la firmada en el contrato, con sobreprecios de hasta un 100% respecto a los precios de arroz en el mercado”, indicó Vargas.