La historia del hombre que golpeó a su hijo de dos meses de vida con sus manos y puños y sería el responsable de su muerte, pone en el foco la salud mental masculina posterior al nacimiento.
“Algo cambió de pronto, empecé a sentir rechazo, estaba cansado de que llorara por todo, que no durmiera, que había que estar llevándolo a la clínica”, manifestó al equipo de trabajo social del Hospital Nacional de Niños (HNN).
¿Existe la depresión posparto en los hombres? En las mujeres, este comportamiento de tristeza, desolación y rechazo al bebé se ha asociado en gran parte ―aunque no únicamente― al balance químico del cerebro y las fluctuaciones que este tiene durante el embarazo, parto y posparto debido a las diferentes cargas hormonales.
Pero los hombres no experimentan este tipo de fluctuaciones hormonales ni cambios biológicos, ¿puede darse esto en los hombres? La respuesta corta: sí, porque no todos los componentes en este fenómeno son biológicos. La respuesta completa requiere una explicación mayor. Para ahondar en ella, La Nación consultó con el psicólogo Álvaro Solano y exploró estudios científicos que se han hecho.
Solano fue enfático en que la depresión posparto no puede utilizarse como pretexto para justificar la violencia o la agresión de forma física o psicológica hacia el bebé o la pareja. Incluso, en el caso del niño de San Carlos, también hay otras variables que podrían estar desde antes en ambos padres.
“En principio hay una negligencia parental por parte de ambos padres. No podríamos hablar o decir que en él hay un trastorno, porque necesitamos de instrumentos para saber que hay un trastorno que lo llevó a esta conducta, para eso se le debe entrevista y analizar. Pero por lo que uno lee del informe de trabajo social, podría identificar que sí hay mucha falta de empatía a la situación, él no puede enfrentar lo que significa criar a su hijo”, señaló.
¿Qué dice la ciencia?
Son varios los estudios que confirman la existencia de la depresión posparto en hombres. En 2017, una investigación de la Universidad Brigham Young, en Utah, Estados Unidos, destacó que entre el 5% y el 10% de los hombres tienen síntomas depresivos posteriores al parto.
El reporte en la revista Social Work, señala que en el padre, este fenómeno suele manifestarse, principalmente, en forma de estrés por las nuevas tareas que afrontará. Factores económicos, temor a perder la libertad y ansiedad por lo desconocido, contribuyen a este trastorno emocional en población masculina.
Los síntomas en los hombres suelen incluir un estado de ánimo triste, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, fatiga, problemas para dormir, pérdida de apetito y sentimientos de desesperanza e irritabilidad. También se verá un menor involucramiento en las labores de crianza del bebé.
En el 2010, un estudio realizado por investigadores del Virginia Medical School y publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), concluyó que la depresión posparto se manifestaba claramente en uno de cada diez varones cuya pareja había dado a luz.
Además, se determinó que estos rasgos depresivos son relativamente intensos. La mayoría de ellos se manifiesta durante el periodo comprendido entre el tercero y el sexto mes luego del nacimiento del bebé.
No hay un consenso en si esto es más común en los padres primerizos o en quienes ya tienen más hijos. En 2014, un estudio de la Universidad de Northwestern Feinberg, en Chicago, indicó que eran los primerizos, pero el estudio de 2017 en Social Work decía que en quienes ya tenían hijos, y por ende responsabilidad de criar a hermanos mayores, tenían un 57% más de riesgo.
En 2010, una investigación en JAMA Pediatrics ya había indicado que había grupos con más riesgo, como los más jóvenes, de estatus socioeconómico más bajo o que tienen historia previa de depresión.
En las emociones y en la biología masculinas
En 2020, una revisión bibliográfica en la revista Clínica y Salud señaló que en los hombres la biología también juega un rol en las emociones posteriores a un parto.
En la parte biológica, la depresión posterior a un parto se ve más en los hombres que tienen niveles menores de testosterona, cortisol (también llamada “la hormona del estrés” y la oxitocina (hormona relacionada con las buenas relaciones sociales y con el placer, llamada “hormona de la felicidad”.
Pero también entraban a jugar, como lo hacen en la mujer, factores psicológicos, como el que la pareja tenga depresión posparto, haya problemas de pareja, no se tenga las suficientes redes de apoyo para cuido del bebé o más bien sentirse desplazado de las interacciones con su hijo.
Para Solano tampoco podemos obviar otros factores, por ejemplo, la depresión masculina es una realidad y puede darse en cualquier momento, así que es posible que un hombre que ya es propenso a episodios depresivos los tenga en esta época.
Otro aspecto es que los cambios y la responsabilidad también pueden generar emociones que podrían desencadenar en cuadros depresivos de mayor o menor intensidad.
“Pueden verse como reacciones al cambio en la rutina, a cambios en la relación de pareja, al miedo del rol social de ser proveedor cuando la economía está mal y a que ese hijo es tu responsabilidad. Pero esto debe trabajarse también, para que el hombre pueda tomar su rol en la crianza”, dijo Solano.
Riesgos para el bebé
En 2020, un artículo en la revista Pediatrics pidió a los neonatólogos y pediatras vigilar la salud mental y emocional no solo de la madre, también del padre.
De acuerdo con el documento, la depresión posparto paterna impacta directamente en la crianza y en funcionamiento de la familia y tiene implicaciones tanto a corto como a largo plazo para la salud del niño.
Los autores, quienes trabajan en servicios de psicología y salud mental de hospitales pediátricos señalaron que, para el final del primer año de vida del menor, los padres con depresión son más proclives a pegarles a los hijos y no pasan tanto tiempo jugando con ellos ni leyéndoles.
Los niños y adolescentes también tienen menor salud emocional y menores herramientas para lidiar con la frustración.
Por esta razón, los autores pedían estar pendientes de esto, porque, al ser menos común, no todos los padres son conscientes de lo que experimentan, y además, ellos están menos dispuestos a buscar ayuda profesional que las mujeres.
Buscar ayuda
¿Cuándo debería buscarse ayuda profesional? Estas son algunas señales:- Tener sensación de vacío y sentirse culpable por tenerla
- Estar obsesionado con las finanzas
- Empezar a separarse de la familia y los amigos
- Mostrarse enojado sin causa aparente
- Insomnio o, por el contrario, dormir demasiado
- Perder el interés por cosas que antes le gustaban
- Percibirse sin esperanzas y con pesimismo hacia el futuro
- Preocupación constante, pero sin buscar las soluciones
- Se aísla y está más callado
- Problemas para realizar las tareas básicas
¿Dónde buscar ayuda? Lo más recomendable son las citas periódicas con un psicólogo. Si no puede pagarlas, hay opciones de fundaciones donde se ofrecen servicios a bajo costo o apoyos gratuitos. Por ejemplo, el Instituto WEM, es una organización no gubernamental que trabaja con diferentes temas de masculinidad de la mano de profesionales. Comentar esto al pediatra también podría ayudar a encontrar guías.
Otro punto importante es que este proceso también debe hablarse en pareja, para que ambos estén claros de la situación y puedan ayudarse sin afectar al bebé.