Son pequeños bocadillos pero grandes en sabor. Los cupcakes son cada vez más importantes en la pastelería mundial y se colocan como el postre favorito de muchos gracias a su versatilidad y dulzura.
Poco a poco, los grandes pasteles de fiesta le están cediendo el campo a estas pequeñeces, ya que los amantes de lo dulce los prefieren por su textura esponjosa y por ser muy prácticos para comer y saborear.
No son un muffin ni una magdalena; aunque se parecen en muchas cosas, los cupcakes tienen su propia historia y mil formas de prepararlos.
“Son muy populares porque son fáciles de repartir en las fiestas; además, se han convertido en un regalo especial para los invitados, porque también se usan como recuerdos”, comentó Ciara Vicenti de Dolce Factoría.
Otro de los motivos por los cuales son tan populares es porque son agradables a la vista. Los cupcakes se pueden decorar de cualquier forma: puede ponérseles lustre de azúcar, pasta australiana, crema de mantequilla de maní, confites, maní y cualquier cosa que se le ocurra.
“Por más sencillo que sea el lustre, se puede teñir de colores y darle sabores particulares que combinen con el quequito y el relleno”, apuntó Vicenti.
Son la combinación perfecta entre un delicioso postre y la creatividad y, además, tienen pocas calorías (305 en una porción de 100 gramos).
Sencillez. La base de la pasta para hacer los cupcakes es la de cualquier queque o pastel: harina, mantequilla, huevos y azúcar. Se deben de hornear en moldes especialmente hechos para ellos –cuando nacieron allá por 1976 se cocinaban en pequeñas tazas de barro, de ahí su nombre–; en el molde se ponen recipientes hechos de papel encerado o cartón llamados pirotines y se vierte la mezcla.
Ese es otro de los secretos de los cupcakes : gracias a su presentación se pueden llevar a cualquier lado, no es necesario usar cubiertos para comerlos y las manos no se ensucian porque son individuales.
Un atractivo más de estas minidelicias es su relleno. Además del sabor del queque, el pastelero puede dar rienda suelta a su imaginación para poner en el centro del pastel cosas realmente deliciosas como dulce de leche, crema pastelera, chocolate o frutas picadas.
“La combinación de los sabores de la pasta, el lustre y el relleno realmente es un gusto al paladar para quienes prueben este postre”, dijo Vicenti.
Un punto a favor de los quequitos es que por su tamaño son mucho más rápidos para cocinarse y suelen ser más económicos que un pastel grande.
Populares. Se dice que fue Amelia Simmons, una cocinera estadounidense, la primera en desarrollar la receta de los cupcakes . Esta receta se publicó en 1976 en lo que se considera el primer recetario de la cocina estadounidense: American Cookery.
En ese entonces, el nombre del pastelito no se había inventado; Simmons solo tituló: “Receta para la tartaleta que se cocina en pequeñas tazas”.
Los cupcakes actualmente son tan famosos que hasta en la televisión son protagonistas. La pastelería Magnolia Bakery, en Nueva York, se hizo famosa después de que Sarah Jessica Parker comiera uno de sus cupcakes en un capítulo de Sex and the City.
También se conoce de un “cajero automático de cupcakes ” ubicado en la Gran Manzana, y que tiene a disposición una gran variedad de pastelitos a toda hora del día.
En París, hay una pastelería que hace las veces de hotel y en sus habitaciones la decoración es con cupcakes , así los huéspedes pueden servirse a cualquier hora del día.