
Los privados de libertad acudieron a las urnas este 3 de abril para hacer valer su derecho al voto.
La Nación visitó la Unidad de Atención Integral (UAI) Reinaldo Villalobos, en San Rafael de Alajuela, donde el Ministerio de Justicia y Paz habilitó una de las 27 mesas de votación que se colocaron en 19 centros penitenciarios.
José Francisco Quirós Navarro es un privado de libertad de 62 años y cumple una condena de 30 años de prisión, de los cuales ya descontó 10. Este domingo dice haber cumplido “con la democracia costarricense”, según considera, y pide al nuevo presidente “más comprensión con la población carcelaria y que no olviden que todos merecen una segunda oportunidad”.
“Pedir mejores condiciones para quienes estamos aquí en la UAI es difícil, porque aquí realmente la pasamos bien. Trabajamos, estudiamos y tenemos la opción de desplazarnos sin restricciones de horarios. Además, comemos mejor que otras instancias.
“Pero sí les pido por quienes están en otros módulos porque uno sabe que en esos lugares se pasa muy mal. Pasé tiempos amargos en La Reforma, en mediana abierta, en la oscuridad, donde los alimentos son terribles; no los puedo describir porque me daría vergüenza. Con cucarachas, por ejemplo”, detalló Quirós.
Johan Irola descuenta una pena de 13 años por un robo agravado, un robo simple y tenencia y transporte de drogas. Dentro de sus peticiones al nuevo mandatario está que realmente acabe con la corrupción que existe en las diferentes instancias gubernamentales.
“Yo lo que le pido es que hagan las cosas como se deben de hacer. Que ojalá crezca la oportunidad laboral en el país, que verdaderamente traten de acabar con la corrupción y que a nivel carcelario el día a día sea más humano.
“Otro tema es lo de leyes, lo de flagrancia provocó que aquí adentro se vive muy mal en algunos ámbitos porque las cárceles se llenaron”, dijo Irola.
Otro caso es el de Alonso Mejías, quien cumple una pena de 35 años por un homicidio. Tiene 12 años de estar privado de libertad y dice que él aprendió de su error. Mató a un muchacho por diferencias entre las bandas de su comunidad, Alajuelita, San José. Hoy estudia a nivel universatario y espera algún día poder reintegrarse a la sociedad.
“Votar es importante. Yo le pido al nuevo mandatario que se fije en la política carcelaria. En mi caso, considero que aprendí de lo que una vez hice. Cuando yo estaba en la calle ni tan siquiera tenía el sexto año. Aquí ya estoy en la universidad y deseo salir pronto para darle mi aporte a la sociedad. Muchos hemos escarmentado y buscamos una nueva oportunidad. Ojalá pronto existan políticas en las que se nos apliquen diferentes pruebas y estudios que certifiquen que una persona privada de libertad está lista para volver a la libertad”, detalló Mejías.
Se redujo el hacinamiento en las cárceles
Viviana Boza, viceministra de Justicia, estuvo presente en las diferentes juntas receptoras de votos y explicó que este Gobierno trabajó muy duro en bajar el porcentaje de hacinamiento en los diferentes centros penales del país.
“Dentro de los principales logros de esta administración está el hecho de bajar el porcentaje de hacinamiento carcelario, en el último corte de febrero está en 5,4% cuando en el 2018 lo recibimos con un 36,6%. Este es el porcentaje más bajo que ha tenido Costa Rica en su historia.
”Otro logro es que los procesos técnicos han tenido mejoras importantes, tanto así que el porcentaje de éxito en el nivel semi-institucional de la población que sale con algún beneficio, anda cercano al 99,9% en el 2021. Esto quiere decir que los privados no están volviendo”, mencionó Boza.
La UAI es un centro penal que tiene 11 módulos donde en cada uno conviven 64 privados de libertad; en este momento tienen una población de 648 hombres.
Producto de la pandemia, tiene un módulo destinado para que los presos que resulten positivo a la covid-19 puedan cumplir su cuarentena.