El Departamento del Tesoro de Estados Unidos informó, la mañana de este lunes, que Alejandro Arias, alias Diablo, el prófugo más buscado de Costa Rica, evade la justicia utilizando “información de contactos gubernamentales” del exmagistrado, exministro de Seguridad y extraditable Celso Gamboa Sánchez.
Las autoridades le atribuyen a Diablo el liderazgo de una violenta organización criminal transnacional, dedicada al narcotráfico, sicariato y, en sus orígenes, al robo de ganado.
El gobierno de Estados Unidos anunció, el 30 de abril de este año, una recompensa de hasta $500.000 (unos ¢250 millones) por información que conduzca a su arresto o condena, en cualquier país.
La captura de este escurridizo cabecilla ha resultado una odisea para las autoridades policiales, quienes intentan seguir sus pasos desde octubre del 2016, cuando salió de prisión preventiva como sospechoso del delito de homicidio.
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Diablo, en apariencia, se esconde en zonas de difícil acceso cerca de la frontera con Nicaragua.
En 2022, el exministro de Seguridad Pública Jorge Torres afirmó que este criminal ha llegado a penetrar incluso los cuerpos policiales para evadir su arresto.
Sobre la posibilidad de capturarlo, el entonces ministro indicó que era posible, pero que se requería un trabajo de inteligencia y un equipo reducido de personas con acceso a la información, para así reducir las fugas de datos y operativos.

“Sabemos que se ha metido la corrupción y cuando la Policía se está moviendo ya él sabe, entonces tenemos que verlo con inteligencia, tenemos que verlo diferente y no puede estar involucrado todo el mundo”, manifestó.
Una de las evidencias de su infiltración en las autoridades ocurrió en 2019, cuando fue capturado un colaborador suyo junto a un agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quien posteriormente fue despedido por fuga de información.
Por su parte, el subdirector de la Policía Judicial, Michael Soto, también admitió en mayo que la corrupción ha dificultado la captura.
“Hay problemas en todos los cuerpos policiales del país, y eso hay que decirlo como es”, afirmó.
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De acuerdo con la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Arias ha conspirado para transportar cargamentos de cientos de kilogramos de cocaína procedentes de Colombia.
“La cocaína se contrabandea posteriormente a través de Costa Rica, Honduras y Guatemala hasta México, con destino final a Estados Unidos”, detalló el comunicado en el que se anunció la cifra que pagaría el gobierno norteamericano por pistas que conduzcan a su paradero.
El prófugo acumula múltiples antecedentes delictivos. Figura en expedientes judiciales desde el 2015 como reo rebelde por los homicidios de Ademar Jiménez Gómez y Pablo José Castro Barrantes, ambos relacionados con ajustes de cuentas por venta de drogas.
En marzo del 2019, el OIJ lo identificó como líder de una banda que robó más de 200 reses en menos de un año. Aunque se detuvo a varios miembros de su grupo, él nunca fue capturado, debido a que recibía alertas previas a los allanamientos.
En su vivienda, la policía encontró un fusil AK-47 y distintivos de la Fuerza Pública. También se sospecha que lideró el robo de ¢1.200 millones a un camión remesero en 2019.
En setiembre del 2020, se difundieron audios donde ofrecía hasta ¢5 millones por cada policía asesinado. Las autoridades lanzaron operativos para capturarlo, sin éxito.
Desde el 2021, Diablo ha extendido su influencia a Río Cuarto, así como a los distritos de Venecia, Aguas Zarcas y Florencia en San Carlos. También se le ha visto en Penshurt, Valle La Estrella y Bananito, en el sur de Limón.