La tarde de este jueves, en Tirrases de Curridabat, falleció David Daniel Monge Segura, de 21 años, mientras manipulaba un oxidante conocido como perclorato de potasio. Este químico, similar a la sal, se utiliza en la elaboración de fuegos artificiales y le explotó al parecer debido a una manipulación incorrecta.
Luis Salas, director operativo del Cuerpo de Bomberos, afirmó que este producto tiene una reacción explosiva sin necesidad de chispa. La presencia de vapores, como los emitidos por la gasolina o el cloro, puede desencadenar la explosión. Personal de Bomberos y el Organismo de Investigación Judicial realizaron pericias en el lugar para esclarecer el incidente, que se considera el más grave de este tipo en lo que va del año.
La peligrosidad del perclorato de potasio radica en que la tenencia del producto por sí sola ya conlleva riesgos. La chispa generada al encender un interruptor es suficiente para desencadenar la detonación. En entornos industriales, donde se utiliza este químico para la fabricación de fuegos artificiales, los interruptores están diseñados para encapsular la chispa, y los techos de almacenamiento se diseñan para ceder en caso de explosión, minimizando los daños.

La emergencia fue atendida por cinco unidades de Bomberos, la primera de ellas llegó 17 minutos después de recibida la alerta. Además de la extintora de Desamparados llegó la unidad de materiales peligrosos de la estación Metropolitana Norte, una ambulancia de la Metropolitana Sur y dos unidades paramédicas, así como una ambulancia de la Cruz Roja.
La vivienda donde ocurrió la tragedia consta de dos plantas. En la parte baja, además de una cochera para dos vehículos, se encontraba la sala donde se manipulaba la pólvora y un baño ubicado debajo de las gradas. En este baño se encontraba un menor de 15 años, quien también sufrió quemaduras en el tórax debido a la detonación y algunas heridas leves. Fue dado de alta después de recibir atención en la clínica Marcial Fallas de Desamparados.
Múltiples esquirlas
David Monge, primo del menor que sobrevivió, resultó gravemente herido, con amputación de ambos brazos y esquirlas incrustadas en el tórax, abdomen y cuello. Estas lesiones, junto con la compresión de órganos causada por la onda expansiva, resultaron letales. Falleció poco después de su ingreso al Hospital Calderón Guardia.
En la planta baja de la vivienda solo estaban presentes los dos varones. En la parte superior, la casa albergaba la cocina, dos dormitorios y otro baño. El departamento de Ingeniería de Bomberos aún investiga si había otros productos en la casa que pudieron causar la reacción en cadena o qué causó la chispa que llevó a la explosión.
La magnitud de la tragedia pudo haber sido mayor si se hubieran activado los otros sacos de perclorato de potasio presentes en la vivienda. Incluso, durante las labores de rescate, existía un riesgo latente, lo que llevó a los bomberos a evacuar a los vecinos en un perímetro de 50 metros, mientras atendían a los pacientes.

Luis Salas enfatiza que sustancias de esta naturaleza no deben ser manipuladas por personas sin conocimientos específicos y mucho menos en entornos domésticos. En el lugar habían varias bombetas listas, así como mechas y otros materiales para su elaboración. La situación se controló a las 7:58 p. m., momento en el que todas las unidades se retiraron del lugar, ubicado en la urbanización Gloria Bejarano.
Salas destaca la importancia de que toda fábrica de pólvora cuente con el permiso del Ministerio de Salud y la patente municipal. En casos de fabricación clandestina, insta a denunciar ante estas instancias o la Policía.
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