Texto original publicado por La Nación el 17 de abril de 1973
Marta C. C., de 30 años, y sus dos hijas menores, una de 8 y otra de 4 años, murieron aplastadas por un enorme alud en la finca El Silencio, una de las zonas más afectadas por el terremoto de Tilarán.
Una patrulla de la Guardia Rural comenzó el estudio y la excavación del terreno desde las 6 a. m. Después de trabajar con las palas sobre el alud, apareció la mano de una de las niñas y continuaron con la excavación hasta extraer los tres cadáveres.
Un detalle conmovedor para las autoridades y para cualquiera persona fue que la madre apareció abrazando a sus dos hijas como protegiéndolas en medio del desastre que las sorprendió la madrugada del 14 de abril.
La casa de esta familia quedó totalmente destruida. Las tres víctimas fueron enterradas ayer por la tarde en el cementerio de Tilarán.
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